-?
La semana legislativa se prefiguraba liviana para el bloque de la primera minoría. El lunes se realizó casi sin sobresaltos la primera sesión de la quincena y el martes se apuntaba como un día de gloria, ya que a partir de las tres de la tarde se debatiría la reforma del Código Procesal Penal con la que el oficialismo pensaba anotarse una contundente demostración de consenso (y Poder) político.
No resultó así.
Si bien quedará registrado para la fría estadística que se logró convertir en ley la controvertida reforma del artículo 114 del Código Procesal Penal, referido a las razones que debe tener un juez para dictar la medida cautelar conocida como “prisión preventiva”, lejos estuvo su resultado de significar una amplia victoria o una demostración de poder.
Por sólo 15 votos contra 13, el oficialismo se alzó con un triunfo de dudosa calidad. En primer lugar por las ausencias, no todas justificadas. En segundo lugar por la exigua diferencia, que demostró la profunda disociación entre la realidad –significada por aquellos que presuntamente interpretan “lo que pide la gente”- y la verdad de un conjunto de normas jurídicas que tienen por obligación velar por el efectivo cumplimiento de una ley justa e igualitaria.
El oficialismo hizo malabares para llegar a una victoria en la que no todos creen. Se negoció hasta instantes previos a la votación. Al fin y al cabo aún suenan las palabras de los que asumieron la defensa de las reformas, quienes aceptaron que ellas no significaban la solución a los problemas de inseguridad que inquietan a la población. Y que las incorporaciones al texto vigente tenían carácter orientativo.
No todos los diputados del oficialismo votaron conformes. Tampoco los que lo hicieron desde otros bloques.
La endeblez argumental se terminó de transparentar con la opinión de la presidenta del Tribunal de Impugnación, Florencia Martini: calificó a la reforma como un “manifiesto político”. De manera inmediata le respondió el diputado Claudio Domínguez, quien anunció que pedirá un juicio político a la magistrada.
Más allá de la credibilidad de sus amenazas, la excesiva respuesta de Domínguez inquieta a propios y extraños. Sus compañeros de bloque, las más de las veces no se sienten identificados con sus expresiones, y le recelan el trato directo que le dispensa el gobernador, con quien se “mensajea” tanto en las sesiones como en las reuniones de comisión.
Una disputa de fondo
Tampoco son tranquilas las aguas en torno a un fuerte debate que inició la comisión de Trabajo. El martes recibió a la conducción de la Asociación de Meretrices, que defiende un proyecto de ley para legalizar el trabajo sexual autónomo.
Con claridad meridiana, su presidenta Georgina Orellano expuso las principales razones. Fue escuchada con atención por todos los legisladores, que en su gran mayoría se expresaron a favor de lograr alguna legislación al respecto.
La sorpresa la dio el oficialismo, ya que estuvo presente en la reunión el director de Diversidad del gobierno provincial, Adrián Urrutia, quien comprometió el apoyo de su área a la iniciativa. Su mensaje fue tomado de buen grado por el diputado del bloque del MPN Pablo Bongiovani, que saludó la madurez y evolución del debate.
En la reunión también estaban presentes otros diputados y diputadas del mismo bloque quienes, a juzgar por sus evidentes expresiones faciales, difícilmente les haya agradado la opinión del ex candidato a intendente de la ciudad de Neuquén.
Es más probable que se hayan sentido identificados por el comunicado que 48 horas después emitió el ministerio de Ciudadanía que conduce Gustavo Alcaraz. En su texto, se critica con dureza cualquier posibilidad de legalización de la prostitución, actividad a la que considera peligrosa y causante de la trata.
No todos con Macri
La sesión del martes dejó otra perla. Los legisladores discutían acerca del pedido de tratamiento sobre tablas de una resolución que pretendía pedir al Enargas la realización de una audiencia pública por el tarifazo.
Unos días antes, el vicegobernador de la provincia, Rolando Figueroa, se encargó de difundir con amplitud su posición favorable en este punto. Varios legisladores de la oposición confirmaron a este cronista que sus pares del MPN les anticiparon el acompañamiento a la medida, en medio de la sesión, en charlas informales en la banca de uno de ellos.
Sin embargo, curiosamente votaron en contra, en una decisión tomada con el vértigo de una orden militar.
Figueroa ha ido lejos enfatizando que su posición es la del MPN “que defiende a la gente”, y que se reconoce en el marco ideológico de un “neo peronismo”, alejado de una peligrosa “visión privatista del Estado”. La misma visión que defiende su ex compañero de fórmula y gobernador de la provincia, Omar Gutiérrez.
Sin embargo, es probable que se acuse al periodista de publicar falsedades sin sustento, a pesar que todas ellas cuentan con su rigurosa comprobación. Es una rutina de la política, que consiste en negar la existencia del sol poniendo el pulgar delante de sus ojos como toda barrera.
Va con firma | 2016 | Todos los derechos reservados
Director: Héctor Mauriño |
Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite