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“Sabemos que los intereses que operan detrás del FMI son los de los capitales internacionales que hacen negocios, por lo cual es una muy mala noticia que Argentina vuelva, después de lo que había sido romper con el FMI allá por el 2006”, opinó Agustín D´Atellis, a raíz de la reciente “recomendación” del FMI al gobierno nacional para que suba la edad jubilatoria de las mujeres a 65 años.
Para el economista, las recomendaciones del organismo financiero internacional tienen consecuencias “nefastas”, ya que opera “con una visión muy corporativa del sector financiero concentrado, con recetas que no funcionaron nunca”.
D´Atellis dijo, en diálogo con , que ve “muy mal” el escenario económico para el 2017, y no descartó que haya una corrida en enero contra el dólar y le haga “pegar un salto”; lo que va a aumentar la inflación y va a seguir deteriorando los salarios de los trabajadores.
- ¿Qué significa el regreso de la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI) y cómo se llego a esta situación?
- Es terrible, Argentina eligió transitar el camino del endeudamiento externo, armar un modelo de valorización financiera, anti industrial y hoy depende la economía completamente del ingreso de divisas internacionales, que puede darse por endeudamiento, como está ocurriendo o por ingreso de dólares especulativos; como también está ocurriendo, por esa oferta de bicicleta financiera que Argentina le hace al mundo. Hay una necesidad de generar dólares, que además se van, porque como entran salen, ya que el proceso de fuga de capitales se profundizó, la rendición de utilidades al exterior de empresas multinacionales aumentó muy fuertemente, así como la importación de bienes de consumo. Entonces para financiar ese requerimiento de dólares hace falta que ingresen por estos canales. Y el gobierno nacional empieza a evaluar que el FMI le puede dar condiciones que a priori parecen más ventajosas que los mercados internacionales, ofrece créditos a tasa más baja en un escenario donde el mundo se está tornando complejo. Estados Unidos está con una postura de suba de tasas más agresiva de lo que era un tiempo atrás y empiezan a encontrar como alternativa recurrir al FMI, lo cual es una muy mala noticia porque sabemos cómo opera el FMI. Sabemos por lo que viene ocurriendo en la periferia europea, que el FMI no cambió su forma de ver las cosas, su forma de actuar como lo hacía en la década de los ‘90, imponiendo sus paquetes de ajuste. El FMI trabaja defendiendo el interés del acreedor, con una visión muy ortodoxa que tiene de la economía. Sabemos que los intereses que operan detrás del FMI son los de los capitales internacionales que hacen estos negocios, por lo cual es una muy mala noticia que Argentina vuelva después de lo que había sido romper con el FMI allá por el 2006 y que estemos pensando en aceptar las condiciones del Fondo nuevamente.
- ¿Alguna vez funcionaron las recomendaciones del FMI? ¿Cuáles fueron las consecuencias más importantes de las mismas?
- Las consecuencias son nefastas, nunca funcionaron. Estuvo por detrás de los programas de flexibilización laboral, de paquetes de ajuste. El FMI, con una visión muy corporativa del sector financiero concentrado, emite sus informes y condiciona las políticas macroeconómicas de países como el nuestro, con recetas que no funcionaron nunca. Basta ver lo que está ocurriendo con la salida que requerían países como España o Grecia, que venían de situaciones de crisis con elevados niveles de desempleo y recesión, y lo que hizo el FMI fue exigirle más y más ajuste, y hundirlos cada vez más en la recesión a cambio de darles el capital que necesitan para seguir refinanciando las deudas, y patearlas hacia adelante y que vayan creciendo con cargas de intereses altos. El accionar del FMI sigue siendo la misma de siempre, tiene una visión muy ortodoxa de la economía y sigue defendiendo la rentabilidad de las grandes corporaciones financieras internacionales.
- Hay quienes dicen que el gobierno utiliza al FMI para que le recomiende medidas que no quiere anunciar el mismo gobierno. ¿Hay algo de cierto en esto?
- Tal cual, porque gran parte de las medidas que el gobierno quiere llevar adelante, como subir la edad jubilatoria o cuestiones vinculadas a la flexibilización laboral, sabe que no hay plafón y que tendría un alto costo político. No van a encontrar mucho margen para poder avanzar, porque los últimos años hubo una concientización muy grande en términos de derechos adquiridos. Ahí donde recurre al FMI. De a poco van a ir instalando la idea de que necesitamos al FMI porque la economía no tiene los dólares que necesita, obviamente haciendo referencia al período pasado, no sé cuánto les va a durar seguir hablando de la pesada herencia; pero eso le va a permitir justificar el ingreso del FMI. Ahí empieza a instalar sus ideas, va a sacar un informe con recomendaciones y empieza a instalar los temas. Hablar de flexibilización laboral o de subir la edad jubilatoria son cosas que en la Argentina parece que iban a quedar atrás, que no tenían margen; sin embargo hoy se empiezan a hablar. El FMI va a ser funcional a ir instalándolo con la visión de alguien externo para que el gobierno no asuma el costo político de tener que plantear estos temas y de a poco van a formar parte de la agenda y van a tratar de implementarlos. En la década del ‘90 el FMI fue socio y cómplice de la política económica Argentina y de todo lo que hubo atrás de ese modelo económico que deterioró tanto el entramado social y productivo argentino; el FMI estuvo detrás de todo eso y ahora la intención es que vuelva a jugar el mismo rol, por eso es que preocupa tanto.
- ¿No le parece que está un poco desacreditado el FMI o cree que pueden volver a instalarlo como algo válido?
- Desacreditado esta, pero creo que pueden volver a instalarlo. Yo estoy cada vez más escéptico porque hay muchas cuestiones que estaba convencido que durante los últimos años se había logrado como parte de una batalla cultural y que muchas de las medidas y de los derechos adquiridos no tenían marcha atrás. Pero me sorprendió que tuvieran marcha atrás más rápido y más sencillamente de lo que uno hubiera esperado. Con esto va a pasar lo mismo. Si empiezan a instalar un discurso de que 'Argentina necesita dólares, y las condiciones del mercado son desventajosas, porque ganó Donald Trump, y por qué no recurrir a un organismo como el FMI, que nos da mejores condiciones', y va a salir toda la caterva de economistas que sale a bancar esas líneas de pensamiento porque es funcional a sus propios intereses. Va a haber que jugar a esta batalla cultural de nuevo y tratar de que la gente tome conciencia y haga memoria de qué es lo que ocurrió con la economía argentina cuando el FMI formo parte de esto. En algún momento se había logrado concientizar a la gente sobre el rol del FMI y todavía tiene mala imagen, pero me parece que quienes estamos en el tema y lo seguimos lo tenemos más presente, y el público en general, la gente que esta ajena a todo esto sin darse cuenta, le pueden ir instalando ciertos discursos y van apareciendo estas cosas y de repente están de nuevo en escena.
- ¿Cómo ve el escenario para el 2017, siendo un año de elecciones?
- Lo veo muy mal. El año que viene depende completamente de la disponibilidad que haya de financiamiento externo. Argentina necesita muchos dólares. El gobierno tiene proyectado un déficit tanto comercial como fiscal, encima va a ser más fuerte de lo que el gobierno proyecta, todo eso financiado con endeudamiento externo y con dólares especulativos. No hay otro canal de ingreso de dólares a la economía que no sea ese. De hecho, en el presupuesto el gobierno proyecta no sólo para el año que viene, sino para el 2018 y 2019, déficit creciente comercial, o sea que la única generación de dólares va a ser por la vía de endeudamiento externo y por el ingreso de dólares especulativos. Y el ingreso de dólares especulativos tiene la contracara de que te exige tener alta la tasa de interés, eso va contra la inversión productiva, contra el consumo y afecta la actividad económica. Y es como una trampa de la cual no se puede salir porque en el momento en que baje la tasa de interés y deje de ser atractiva internacionalmente esa especulación en Argentina, corrés el riesgo de que se produzca una disparada del dólar y que eso se traslade a precio. Y por otro lado es muy dependiente del endeudamiento externo, el año que viene sólo de vencimientos de capital y de intereses, Argentina tiene alrededor de 33.000 millones de dólares de los cuales 22.000 están en manos de inversores privados, con lo cual son vencimientos que tenés que afrontar, y es un piso de necesidad de emisión por refinanciamiento. Cuando hacés la cuenta, mínimo vas a necesitar 50.000 millones de dólares y es un monto muy grande para salir a buscar a los mercados. Tenés dos cosas; una que las tasas de interés van a ser más altas, y otra es si está disponible ese capital. Si Estados Unidos asume esa posición proteccionista y acelera el aumento de la tasa de interés, si ése financiamiento no está disponible, la situación va a ser muy complicada. El desmanejo económico que hubo este año, la recesión a la que se empujó la economía llevó a ampliar mucho el déficit fiscal, que era uno de sus discursos de campaña, aumentó un 50%. Todo eso se hace insostenible. Si logran acceder a los dólares en un año eleccionario se van ver tentados a volcar dinero a algunos sectores que garanticen algún estímulo del consumo aunque sea mínimo para tratar de sostener la economía si quieren tener un buen resultado.
- ¿Y si no acceden al financiamiento?
- Ahora si el financiamiento no está accesible el año que viene las cosas se van a empezar a complejizar. Yo no descarto que en enero haya una corrida fuerte contra el dólar y esto haga pegar un salto. Eso va a hacer que el año que viene la inflación no se acerque ni por casualidad a la meta que el gobierno pretende, y como van a querer cerrar las paritarias a ese nivel, puede llegar a haber una pérdida adquisitiva del salario.
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