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Claudio Lozano, director del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp) concluyó en un informe reciente que el gobierno de Mauricio Macri creó en el primer semestre 5 nuevos pobres por minuto. Para Lozano, “el aumento de 1 millón de pobres más no ha hecho otra cosa que hacer colapsar a la sociedad argentina”.
Pensando en las políticas para 2017, el economista aseguró que “el gobierno pretende que sea una suerte de impasse en el ajuste, habida cuenta que pretende tener éxito en la elección de octubre”, y manifestó que “si le va bien” después de las elecciones “vamos a tener nuevas noticias en términos de ajuste, devaluación, de tasas de interés, tarifas y demás”.
En esta charla con analiza el papel de la CGT, de Sergio Massa y el Frente Renovador y el papel del Poder Judicial con Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
- ¿Qué hizo el gobierno de Cambiemos para alcanzar la pobreza cero?
- La verdad que no ha sido siquiera parte de sus objetivos. Nadie puede endilgarle estupidez a quienes gobiernan. Las políticas aplicadas tuvieron un sentido exactamente inverso al de la consigna de alcanzar la pobreza cero. Las políticas aplicadas tenían por objetivo poner en situación de recesión y caída de la actividad económica al conjunto del país porque, con el enfoque vigente, la recesión es el camino para dominar la inflación y al mismo tiempo reducir los costos laborales, que son, según el pensamiento de quienes gobiernan, el problema principal de la economía y de la sociedad argentina. En ese contexto, el objetivo de reducir costos laborales que se expresó en el proceso de transferencia de ingresos a los sectores de mayor capacidad económica por vía de la devaluación, la quita de retenciones, la permisividad en materia de transmisión a precios de este tipo de medidas, sumado a los procesos de aumento tarifario; han impactado sobre el conjunto de la población trabajadora con caídas salariales, de planes sociales y de jubilaciones del orden del 10% en promedio y han hundido el poder adquisitivo del conjunto de la población, el consumo doméstico y por lo tanto, el mercado interno. En ese contexto, recesión mediante, impacta también en términos de despidos, no sólo por la estrategia oficial de despedir trabajadores del sector público, sino básicamente por la desaparición de fuentes de empleo de la actividad privada, por vía de caída del poder adquisitivo y aumento de desempleo, uno tiene un impacto en términos de aumento en el número de pobres, que en los primeros seis meses es un aumento de 1 millón 300 mil pobres más, que de alguna manera implica 7.000 por mes, 290 por hora y 5 por minuto, y de esos, 2 son indigentes.
- ¿Cómo ve la situación social del país, de cara a fin de año, y qué opina de la ley de Emergencia Social?
- La ley de Emergencia Social es un paliativo que han arrancado las organizaciones sociales a partir del proceso de movilización que ha vivido la sociedad argentina, que se ha expandido durante todo el año. Desde el 24 de febrero con la marcha de estatales contra los despidos, hasta la marcha por el tema de la emergencia social hace dos semanas, no ha habido otra cosa que un continuo de movilizaciones, conflictos y cuestionamientos a la política gubernamental, que no han terminado; porque la ciudad de Buenos Aires estos días ha estado colapsada por movidas y conflictos conducidos por organizaciones que en algunos casos no han sido parte de la discusión de la emergencia social. El aumento de 1 millón de pobres más no ha hecho otra cosa que hacer colapsar a la sociedad argentina y eso es lo que estamos viviendo. La emergencia social es un paliativo, un intento por parte del gobierno de poner una curita en un problema para tratar de contener la situación. Habrá que ver si eso alcanza, garantías en ese sentido no existen.
- ¿Qué opina del papel de la CGT en este año de Cambiemos?
- La CGT ha tenido un papel francamente lamentable, básicamente luego de la movilización del 29 de abril donde las tres versiones de la CGT más las dos CTA encabezaron una multitudinaria movilización, donde reclamaron una ley contra los despidos que fue votada en el parlamento. Luego de eso y frente al veto del Ejecutivo, la CGT tendió a quitarle marco de legalidad a la expresión del conflicto social. De hecho no se pudo consumar una jornada de protesta y de paro nacional con la contundencia que hubiera sido razonable y necesaria porque la CGT decidió buscar cualquier excusa para no parar, y entre esas excusas implicó aceptar un bono miserable, que en ningún caso significa modificar el deterioro salarial que hubo durante el año. El bono por lo general está muy por debajo de lo que debería estar ya que la pérdida de salario equivale a entre uno y dos salarios de cada trabajador, y no es eso lo que el bono va a representar en ningún caso. Pero una vez que se cobra el bono, al otro mes el salario sigue estando en el nivel que estaba y se institucionaliza un piso bajo de salario como punto de partida de la negociación paritaria para el año que viene. En la práctica lo que la CGT ha convalidado es la estrategia del gobierno y de los sectores empresariales más concentrados para que el salario esté en un piso más bajo como punto de partida de la recomposición de la actividad económica del año próximo.
- ¿Cómo ve el panorama económico para el año que viene, con lo que se expresa en el presupuesto y teniendo en cuenta que es un año de elecciones?
- Tengo la impresión de que el gobierno va a intentar de que sea un año menos duro de lo que fue el 2016 y va a tratar de apelar a la obra pública, por lo menos es lo que expresa el presupuesto; obra pública financiada con endeudamiento para recomponer con ese mecanismo algo de empleo y algo de ingresos. Igualmente creo que lo va a hacer con salarios bajos y con crédito caro, por lo tanto, va a ser una recomposición de la actividad fuertemente concentrada y con bajos niveles de impacto distributivo; no me parece que haya que esperar en ese sentido nada muy relevante. Pero de alguna manera entiendo que el gobierno pretende que sea una suerte de impasse en el ajuste, habida cuenta que pretende tener éxito en la elección de octubre. Y en todo caso si le va bien seguramente luego de octubre vamos a tener nuevas noticias en términos de ajuste, devaluación, de tasas de interés, tarifas y demás. Tengo la impresión que busca un impasse para llegar en mejor medida a la elección de octubre. Igualmente sería deseable que los argentinos encontremos mecanismos en la legislativa del 2017 para frenar una orientación que no nos lleva a ningún lugar.
- ¿Le va a ir bien al gobierno en las elecciones?
- Dependerá de lo que seamos capaces de construir como sociedad en términos de alternativas opositoras. Nosotros desde Unidad Popular trabajamos para que pueda emerger una fuerza que efectivamente esté por fuera de lo que son los términos de esta gobernabilidad conservadora que hoy se ha instalado en la Argentina y que muchas veces involucra, no solamente al gobierno nacional, si no a parte importante de la oposición institucional. En ese sentido creemos que hay que darle vida a una nueva fuerza política.
- ¿El Frente Renovador se ubica como una alternancia de esta derecha conservadora, de recambio?
- Creo que Massa tiene una actitud muy oportunista en materia electoral pero que ha sido contraparte del gobierno y cómplice de definiciones sumamente trascendentes para la estrategia oficial, y tiene que ver con la perspectiva más conservadora que se pretende instalar en el país. En ese sentido, Massa acompañó a Macri a Davos, dio los votos para el acuerdo con los fondos buitres, y el reinicio de este ciclo de endeudamiento monstruoso y monumental que ha tenido la Argentina en apenas 11 meses. Massa es el que puso los votos para abrirle la puerta al proceso de blanqueo como premio a los sectores que han especulado con la fuga de capitales, y es el que puso los votos para descapitalizar el sistema previsional sobre la base de permitir que se vendan las acciones que tiene el sistema como producto de sus rentas. Massa tiene demasiada responsabilidad del rumbo que estamos teniendo, obviamente cuida las formas y en determinados momentos aparece presentando alguna perspectiva opositora, pero ciertamente ha demostrado puntos de acuerdo sumamente importantes con el gobierno nacional.
- ¿Hay una persecución contra Cristina Kirchner?
- Lamentablemente tenemos un Poder Judicial que funciona de manera sumamente asociado al clima político dominante. Hay causas que son muy viejas de las cuales la ex presidenta tiene que dar cuenta, pero son causas presentadas antes de que cambiara el gobierno. Tienen años en el Poder Judicial y nunca avanzaron. Recién ahora, en el marco del cambio de gobierno hay una celeridad que resulta sumamente extraña. Causas que no se movieron nunca ahora se mueven con mucha más velocidad. Del mismo modo, al revés, hay causas que involucran a muchos funcionarios entre ellos el propio presidente de la Nación en el problema de los Panama Papers y eso anda bastante demorado. Todos tienen que responder a la requisitoria que la justicia hace, sería lógico que los argentinos tuviéramos oportunidad de tener precisión sobre las maniobras que han llevado adelante y es lamentable que eso siempre quede en una nebulosa, atravesado por suspicacias de distintos tipos habida cuenta del modo en que se maneja el poder judicial. Lo cierto es que necesitamos construir una fuerza política que no puede ser ni la de aquellos que van revoleando bolsos en la puerta de los conventos, ni de aquellos que están saqueando al país con las cuentas off shore. Necesitamos una fuerza política que pueda enhebrar un proyecto estratégico de país.
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