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Quien fuera el último secretario general del Movimiento designado por Juan Perón, Juan Manuel Abal Medina (padre), recuerda a 50 años del 11 de marzo del 73 el triunfo electoral que llevó a Héctor Cámpora al gobierno después de casi 18 años de proscripciones del partido mayoritario y sostiene que la enseñanza de aquella gesta es la necesidad de “Continuar con lealtad detrás de las banderas del peronismo y no claudicar frente a las políticas neoliberales”.
La que sigue es la entrevista sostenida con el dirigente en el programa La Vaca Atada, que conduce Marcelo Pascuccio por Radio Nacional Neuquén.
-Se están cumpliendo 50 años del triunfo electoral del Frejuli (Frente Justicialista de Liberación) que lo llevó al doctor Héctor Cámpora a la presidencia de la Nación. ¿Qué significado tuvo esa gesta para el pueblo argentino?
-Fue la culminación del proceso de victoria iniciado el 17 de noviembre (de 1972) con el regreso del general Perón al país. Esa elección (del 11 de marzo de 1973) la gana el delegado del general, que era Cámpora, y fue una gran victoria popular de la cual debería haberse derivado un próximo gobierno del general. Pero circunstancias diversas, que analizo justamente en el libro que ustedes mencionaban (“Conocer a Perón. Destierro y regreso”) frustraron un poco ese proceso y también gravemente ya el estado físico de Perón ¿no?
-Claro, Perón no estaba bien de salud. Esto está bien planteado en el libro: había un sobreentendido básico, que era ‘Perón en Argentina significa Perón presidente”. Es decir que la presidencia de Cámpora era un paso, un escalón, en ese proceso, ¿verdad?
-Así es, siempre fue así. O sea, votar por la fórmula Campora-Solano Líma era votar por Perón. No había duda de eso.
-Sin embargo, tengo la impresión y esto también se recoge en el libro, que Cámpora se avenía a renunciar para que el General fuera candidato, pero la derecha peronista trató de presentarlo como una actitud arrancada a la fuerza, como que él (Cámpora) no estaba de acuerdo.
-Hubo muchas maniobras en torno de eso, hubo muchos malos entendidos. Los que nacen bastante de la mala situación física que afrontaba el general, y luego la aparición de algunos sectores desplazados del paladinismo (por el anterior delegado de Perón, Jorge Daniel Paladino, desplazado por Perón por sus vínculos con el dictador Alejandro Lanusse) que habían quedado atrás, fuera de juego digamos, que intentaron aprovechar esa coyuntura para volver a tener alguna participación. Eso tuvo alguna participación. Pero yo creo que lo central fue realmente el mal estado físico, lamentablemente, del General. La Argentina perdió una enorme oportunidad de construir una historia distinta, que no sé cómo hubiera sido pero no hubiera sido la historia que luego todos vivimos, si los gorilas contumaces hubiera defeccionado antes y hubiera permitido una salida popular, legítima, antes. Nosotros desperdiciamos la oportunidad de que el general Perón reencauzara el proceso argentino, por esta actitud gorila de algunos sectores.
-El triunfo electoral del 11 de marzo del ‘73 está íntimamente ligado a todo el proceso que se abre con el regreso de Perón en noviembre del ‘72, y la apertura política condicionada que abre (Alejandro) Lanusse, que había inventado el llamado GAN, Gran Acuerdo Nacional, que a todas luces tenía como objetivo incorporar al peronismo pero seguir manteniéndolo proscripto a Perón. Y allí hubo varios enviados de Lanusse que fueron a Puerta de Hierro, en Madrid, que hablaron con Perón y trataron de sumarlo al proyecto del GAN. Uno de los enviados fue el neuquino Elías Sapag. Pero tengo entendido que la hija de Felipe Sapag, Silvia Sapag, actual senadora nacional por el Frente de Todos, pidió una aclaración al respecto.
-Así es. Eso fue en el día de ayer (por el miércoles, 08/03). Yo, en base a las afirmaciones de ella verifiqué la información (contenida en el libro). Mezclé a los hermanos. Mencioné a don Felipe Sapag como viajando a Madrid para entrevistarlo al general de parte de Lanusse. Eso no es cierto, es un error. Le tengo que pedir perdón a la compañera Silvia Sapag por el error cometido, que lamento y voy a tratar de aclararlo en cada ocasión que pueda. Felipe Sapag, un político importante con el que el peronismo tuvo circunstancias diversas, pero no tuvo intervención en eso ni vio al general. No se conocieron con el general, directamente. Nunca hablaron personalmente, nunca estuvieron juntos. Fue Elías Sapag quien viajóa Madrid.
-Elías Sapag era además el que tenía relación con Lanusse.
-Era quien tenía una relación estrecha con Lanusse, exactamente. Quiero nuevamente a Silvia Sapag y a toda su familia, les agradezco que me hayan aceptado las disculpas y quiero reiterar ese agradecimiento
-En aquellos años vos eras el secretario general del Movimiento peronista. Fuiste el último secretario general, después Perón disolvió eso. Y como tal podés dar una visión sobre cuál fue el rol de la juventud y del sindicalismo, tanto en el retorno de Perón al país como en el triunfo electoral del 11 de marzo del ‘73.
-En cuanto al retorno de Perón hay que hablar no de un proceso de unos meses sino de un proceso de muchos años. En ese proceso, distintas agrupaciones juveniles fueron teniendo mucha importancia. Ahora, la mayor parte de esas agrupaciones juveniles se desarrollaban en los alrededores de los sindicatos. A los sindicatos, el General les encargaba en primer término que se cuidaran. O sea que no perdieran el sindicato. Si se pierde el control del sindicato, ¿de qué sirve? La lucha pierde ese instrumento. Bueno: esto llevaba a que algunos se pasaban de rosca y terminaban arreglando con los adversarios del peronismo. Pero bueno, tanto el sindicalismo como los sectores políticos del peronismo a lo largo de los años conservaron una lealtad importante hacia el General y el general siempre veía su regreso primero que nada como el pago de una deuda de lealtad. El general decía que la lealtad es valiosa cuando se da desde los seguidores un líder hacia ese líder, y el líder debe devolverla siendo leal a sus seguidores. Fueron desarrollándose, como decía, distintas agrupaciones juveniles, y a partir de 1970 comienza lo que podríamos llamar una “nueva juventud”. Que viene de la mano de un clima de época y de un proceso de radicalización de juventud, procedente más de las capas medias, que no habían tenido relación con el peronismo. Había sectores de diversas extracciones, y los sectores provenientes de grupos cristianos por un lado, y de grupos nacionalistas por el otro, se peronizan de este proceso que este proceso que tiene lugar a partir de 1970 que es la captura y enjuiciamiento y ejecución de Pedro Aramburu. Y luego el proceso de movilización general que se va dando, firme y fuerte, frente al gobierno militar, deja de ser patrimonio de la izquierda clasista como había sido antes, en el Cordobazo, para pasar a tener una importancia central en eso esta nueva Juventud Peronista. Y allí hay una figura que siempre resalto porque es de justicia hacerlo, que fue Rodolfo Galimberti. Rodolfo Galimberti supo encabezar esta gesta junto con un grupo de sus compañeros, entre los que estaban precisamente vos y otros compañeros como Beto Ahumada, como Jorge Bernetti, como Mario Herrera, como Ernesto Jauretche, entre otros. Constituían un grupo que se llamaba JAEN (Juventudes Argentinas para la Emancipación Nacional). Luego el general lo hace a Rodolfo como su delegado ante la Juventud, integrante del Consejo Superior del Movimiento por la Juventud. Entonces hay un proceso de reorganización de la Juventud con la creación de un consejo provisorio, allí confluyen distintos sectores, y esto tiene una importancia muy grande en la movilización durante la campaña del “Luche y vuelve”. La consigna “Luche y vuelve” nace de estos sectores. Yo siempre me quedé con la idea de que la consigna nació de Rodolfo, pero si no fue de Rodolfo Galimberti fue de muy de sus alrededores. Y como digo fue muy importante. Desgraciadamente en este proceso, que tuvo como fuerzas muy importantes a la juventud y al sindicalismo, se dan las diferencias entre sindicalismo y juventud. Esto fue una de las cosas negativas del proceso que hicimos lo posible por encaminarlas. En alguna medida se encaminócon el regreso, el Movimiento llegó más o menos entero a las elecciones del 11 de marzo, pero allí existían dificultades que luego iban a convertirse en insalvables, desgraciadamente. Creo que esto es lo central de aquella etapa.
-¿Cuál es el mensaje para la juventud actual, para las jóvenes generaciones, de ese triunfo del 11 de marzo que permitió restablecer la democracia y la plena vigencia de la Constitución en 1973? ¿Cuál es el mensaje para la actualidad?
-El mensaje, yo creo, paratodo el movimiento nacional y popular, es que el peronismo es la identidad mayoritaria de los trabajadores, del pueblo trabajador argentino. Continuar con lealtad detrás de las banderas y no claudicar frente a las políticas neoliberales que se vienen imponiendo en todo el mundo. Ya obtendremos una nueva victoria. Hay que seguir militando por estas ideas, que son las ideas más nobles de la Argentina desde el nacimiento de Argentina como tal. No debemos abandonar.
-Gracias Juan Manuel.
-Reitero mis saludos a la senadora Silvia Sapag, y la aclaración de ese error grave pero absolutamente involuntario que cometí en el libro. Gracias.
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