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Vivimos en un mundo de ideas. Una esfera global interconectada dominada por el lenguaje, las imágenes y, sobre todo, por la diversidad.
En este escenario multidimensional y, a diferencia de lo que ocurría con las viejas disciplinas expresivas, el arte contemporáneo abreva hoy en múltiples fuentes en pos de plasmar el hecho creativo, el cual es más un concepto, una idea materializada antes que un hecho estético o formal.
Pero esa génesis es cada vez más un fenómeno colectivo y sinérgico. Hay individualidades, sí, pero también creación en equipo.
Desde hace más de una década, Neuquén viene siendo, tanto en la Argentina como en el mundo, una referencia clave para el arte y la cultura. Nuestra ciudad ha sido anfitriona de emblemáticas muestras de arte y espectáculos de primer nivel internacional como nunca antes se habían producido.
Merced a una composición social mayoritariamente juvenil, centenares de jóvenes artistas de todas las disciplinas han surgido de nuestra región, algunos de los cuales nos prestigian en el mundo con su talento y su obra.
En ese escenario adquiere sentido la creación de un espacio público, tanto de creación como de discusión de ideas en torno al hecho artístico. Una usina cultural que permita a nuestros artistas explorar nuevos caminos y plasmar nuevos conceptos y nuevas expresiones estéticas que ayuden a expresar nuestra identidad, todo ello en sintonía con lo que ocurre en las principales ciudades culturales del mundo que disponen de estos espacios.
El Centro Patagónico de Arte Contemporáneo cumplirá con dicho rol. Será un ámbito público de creación, discusión y expresión artística, que contendrá a todas las disciplinas, formatos y plataformas artísticas que existen en la actualidad, desde la pintura y la escultura hasta la fotografía, el video, la arquitectura y la informática.
Un espacio creativo multidisciplinario en el cual el Estado y el sector privado se mancomunen en el esfuerzo compartido de dotar a nuestra comunidad de un ámbito de encuentro, en la diversidad y la libertad. Un espacio de reflexión y debate en medio del caótico océano del arte.
Pero también representa el fin de la antigua idea de centro y periferia, ya que, con las nuevas tecnologías, las comunicaciones, Internet y las redes sociales, las vanguardias pueden ahora nacer en cualquier punto geográfico del mundo y no, como ocurría antes, en las grandes capitales culturales.
Este centro, que expresa la fructífera conjunción de política y cultura, será cauce y sentido para muchos de nuestros jóvenes artistas, los cuales encontrarán allí un espacio donde poder discutir y plasmar sus ideas y proyectos en un marco de libertad y mutua cooperación.
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Director: Héctor Mauriño |
Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite