El acuerdo de flexibilización laboral que ya rige a las actividades de Vaca Muerta, junto con los aumentos del precio del gas en boca de pozo y el nuevo plan de estímulo a las inversiones, ya empezó a mostrar fuertes repercusiones en la industria petrolera. Por un lado, algunas operadoras comenzaron a acelerar sus proyectos en la Cuenca Neuquina, mientras que por otro, se acentúa la crisis en el sur del país.

La tormenta política se desató en Chubut, la principal provincia productora de petróleo, donde el gremio – con el aval del gobernador Mario Das Neves- se resiste a acordar una flexibilización como hicieron Guillermo Pereyra (Petroleros Privados) y Manuel Arévalo (Jerárquicos). La primera consecuencia de ese pacto fue la pérdida de 1800 puestos laborales, tras la baja de 33 equipos por parte de YPF.

Das Neves apuntó todos sus cañones hacia el ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren. Lo acusó de responder a intereses del lobby del shale gas y quiere que Mauricio Macri que lo eche del gobierno.

Trató al ex CEO de Shell de "impresentable" y amenazó con instalar una carpa negra en la Plaza de Mayo. Señaló que Aranguren "tendría que dar un paso al costado porque aparte tiene intereses creados con la firma Shell en Vaca Muerta, en perjuicio de todas las empresas productoras de petróleo".

El chubutense también está furioso con la quita de los reembolsos a las exportaciones por puertos patagónicos.

Para evitar un estallido social en Chubut y en el norte de Santa Cruz, la zona petrolera por excelencia donde se ubica Cerro Dragón, el yacimiento petrolero más grande del país, intervino el ministro del Interior Rogelio Frigerio.

Das Neves ya avisó que no permitirá “que los trabajadores sean el mecanismo de ajuste" y le solicitó al presidente que "nos otorguen el mismo tratamiento que a la provincia hermana de Neuquén" en materia de política petrolera.

Es decir, quiere que se pague el subsidio de 20 mil pesos por mes a los petroleros despedidos, eximirlos del Impuesto a las Ganancias, sostener el piso del barril de Escalante, que se restablezcan los reembolsos a las exportaciones por puertos patagónicos y que se aplique el esquema del nuevo Plan Gas en la Cuenca del Golfo de San Jorge.

Chubut corre con dos grandes desventajas con respecto a Neuquén: una es la resistencia de su dirigencia gremial de aceptar la flexibilización, y otra es el potencial gasífero. La provincia que gobierna Omar Gutiérrez, uno de los mandatarios preferidos de la Casa Rosada, tiene un historial de 10 años de exploración y desarrollo de los yacimientos no convencionales. Además cuenta con formaciones tight y shale que se encuentran entre los mejores plays del mundo. Chubut apenas tiene algunos pozos exploratorios perforaros por YPF en la formación D-129.

En este contexto, empieza a redefinirse el nuevo escenario laboral en la Cuenca Neuquina, que ya no tendrá los jugosos sueldos petroleros de las mejores épocas. Aún no se concretaron los pagos por parte de Nación de los RePro para los 1800 trabajadores despedidos por contratistas de YPF, y las paritarias se postergarían para el segundo semestre. Se buscaría acordar el pago de un bono puente hasta entonces para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Algunos de esos puestos laborales se recuperarán con la aceleración de los desarrollos de algunos proyectos de gas. Tecpetrol subirá cinco equipos entre mayo y septiembre para cumplir con el anuncio de la semana pasada de apurar los planes de perforación en Fortín de Piedra.

Mientras que próximamente el consorcio integrado por Total, YPF, Wintershall y Pan American Energy (PAE) anunciarán su intención de subdividir al área Aguada Pichana para iniciar dos proyectos de shale gas en Vaca Muerta. Se trata de uno de los yacimientos de gas más importantes de la provincia, donde ya hay varios pozos exploratorios perforados que arrojaron buenos resultados.