Columnistas
01/03/2017

La guerra de las tizas, humo para ocultar la gran guerra

La guerra de las tizas, humo para ocultar la gran guerra | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

“La política está jaqueada por la acción judicial y su brazo armado mediático” dice la autora que se preocupa por la dirigencia opositora “anestesiada” y advierte que “la última gran crisis terminó con casi 100 muertos en todo el país, esta vez el número puede ser mayor”.

Daniela Bambill *

“La estrategia es tirar doce cosas, se concentran en una y avanzamos en once”. Palabras más, palabras menos,  pronunció el ministro de Educación en un video que se viralizó al ritmo de la indignación e impotencia de quienes lo veían.

Si nos detenemos en el supuesto “sincericidio” y paramos la pelota,  podemos percibir la impunidad con la que se manejan y deberíamos replantear el camino a seguir como oposición.

El establishment  vernáculo ha tomado el poder y lo está ejerciendo. Macri es solo la cara -descartable por cierto- necesaria para avanzar en la voracidad de sus planes.

Esta semana mientras la oposición se “distraía” con la campaña cibermediática del Voluntariado Docente, la interna peronista bonaerense y las ridiculeces de la familia presidencial arrodillándose ante los reyes de España,  en el Boletín Oficial se publicaba con fecha  24 de febrero la resolución que vulnera las Leyes de Defensa y de Seguridad de la República, habilitando el espionaje militar y la represión en forma “progresiva”.

La Resolución del Ministerio de Defensa habilita el espionaje militar bajo el eufemismo de “informe socio-ambiental” y vulnera la Ley de Seguridad Interior derogando la resolución 1020/2009.

Claro está que las protestas sociales son una realidad que el gobierno de Macri no puede frenar, la convocatoria del 7 de Marzo de la CGT promete ser una bisagra en materia de reclamo popular, las medidas económicas focalizadas en beneficio del sector financiero aceleran vertiginosamente un desenlace conocido por los argentinos.

En 33 años de democracia no se había percibido el clima asfixiante de persecución política que atravesamos, la corrupción de gran parte del Poder Judicial resulta más perniciosa que la obscena corrupción del presidente y sus intereses familiares, porque el Poder Judicial pone en peligro como ningún otro Poder de la República los derechos y garantías constitucionales de todos los argentinos.

La política está jaqueada por la acción judicial y su brazo armado mediático,  la anestesiada dirigencia opositora frente al avasallador accionar de la ceocracia constituye el escenario propicio para la crisis de representatividad que indefectiblemente nos lleva a una crisis institucional conocida tristemente por los argentinos.

El uso de la fuerza contra el pueblo está institucionalizado y publicado en el Boletín Oficial, los indicadores económicos señalan el fin del pregón de la alegría y la esperanza para controlar la consciencia colectiva aletargada por causas judiciales fraudulentas contra los opositores. Del sopor de la estupidez se despierta con la irreversibilidad de la muerte.

La última gran crisis terminó con casi 100 muertos en todo el país, esta vez el número puede ser mayor, pero el número, en última instancia, no importa. Los muertos siempre son nuestros.



(*) Docente. Directora General del Instituto Independencia.
29/07/2016

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