Es claro que la "crisis" en el fútbol argentino ha sido inducida por las actuales autoridades nacionales con el objetivo de dejar en pie un puñado de Sociedades Anónimas que compitan en un torneo que será difundido televisivamente por las empresas ligadas al oficialismo. Esto arruina la gran elaboración popular argentina de un siglo: los clubes como construcción social democrática, con presencia cultural y trabajo formativo para las nuevas generaciones.

Esa es la base de la discusión. Pero quiero indicar que aquí hay corresponsabilidad argumental de buena parte del mundo del fútbol, en especial el periodismo. ¿Por qué? Esencialmente porque tales factores positivos nunca fueron debidamente valorados por propios ni por extraños. De las dirigencias escogidas por los socios es habitual que desde la izquierda y desde el peronismo se hablara de "mafiosos" con ligereza, en vez de adentrarse, participar y ofrecer opciones mejores. Eso ha quedado instalado.

Luego, porque venimos de un excepcional período del fútbol argentino, ultra competitivo en lo interno, generador de grandes jugadores desde inferiores, y con presencia en las tres finales más importantes del planeta a nivel de selección. Lejos de mostrar eso, el periodismo deportivo de todos los colores, con alguna excepción, señaló hasta el cansancio: que no salen nuevos valores. Que no se juega bien en los torneos locales. Que haber perdido tres finales por penales luego de igualar los cotejos era decididamente un fracaso.

Estos disparates evidencian la corresponsabilidad de los zonzos que vienen llorando y quejándose del fútbol argentino desde hace más de diez años, sin ver lo que tenían delante de las narices. Gente que califica livianamente una gestión, gente que habla del juego y le importa un pito entender de qué se trata. Gente que, en definitiva, la va de ganador sin ganar nada en lo personal, afirmando "a mí no me vengan con penales ni con finales perdidas. Yo quiero ganar hasta a la bolita".

Pelotudeces insignes como esas, son parte de la argamasa argumental que le ha permitido al macrismo generar esta destrucción.