En junio tendrá lugar en Suiza una “Cumbre de Paz por Ucrania”, en la que varios “líderes” discutirán sobre la situación en Ucrania: Zelenski, Macron, Scholtz, etcétera. Es como Santillana del Mar, la ciudad de las tres mentiras: no es santa, ni llana, y carece de mar. Al igual que lo que suele hacer el diario de Buenos Aires Página 12, entrecomillar a discreción cualquier palabra expresada por Rusia o China (así sea la declaración que Moscú sea “la capital” de Rusia), el título de esta reunión miente en cada partícula y escala.

Para comenzar, no es “Cumbre”, en tanto Rusia no está invitada; y esto desacredita tanto la reunión, que Lula decidió no asistir. Al no estar Rusia, tampoco puede ser “de paz” y menos “por Ucrania”, puesto que el OC (Occidente Colectivo) “central” y sus alcahuetes bálticos sólo promueven que se inmole hasta el último ucraniano. En todo caso, lo que Berna quiere evitar (“Berna” es sólo un decir, vengan más comillas pues) es que cualquier funcionario ruso pueda dejar en ridículo al “Obersturmführer” de Kiev-invitado de honor, ése sí-, y quien no perderá la ocasión para lloriquear y pedir más sistemas de misiles Storm Shadow y ATACMS a sus patrones para seguir atacando población civil en territorio que declaran suyos (Donetsk), o directamente en Rusia (Belgórod).

Para los rusos, Zelensky y toda su camarilla ya forman parte, de manera oficial, de la “Wanted List”. De modo que cualquier acercamiento en Suiza sería imposible: la Federación -por ley- no puede negociar con criminales. Los tiempos y condiciones para una rendición de Ucrania la pondrá Rusia.

Entretanto, se multiplican los viajes de Oeste a Este. Desde el VIP lounge de American en Dulles, llegó Blinken a un bar de Kiev, con su Epiphone Casino, a tocar nada menos que “Rockin’ in the Free World”, de Neil Young (NY). Al músico canadiense le debe haber fastidiado que usaran su letra ya sea malinterpretándola o probablemente sólo usándola para los fines que Blinken juzga convenientes, sólo por lo que “parece” que dice el título. Aclaremos, la letra de NY no se refiere al “Free World” que promueve Washington, y que aún menos, puede atribuírsele al régimen de Kiev.

Otro viaje del “Mundo Libre”, esta vez a Tbilisi, capital de Georgia, fue realizado por agentes lituanos, entre ellos el ministro Gabrielus Landsbergis, nieto o bisnieto de otro de los nazis siempre ensalzados por el régimen de Vilnius. Fueron, como Pedro por su casa, a protestar en las calles por la aprobación en el Parlamento de la Ley de Agentes Extranjeros, siendo -justo ellos, extranjeros y funcionarios, para colmo. Esas protestas son parte del modus operandi de siempre, usado con éxito en el Maidan en 2014, y en grado de tentativa vigente en Bratislava, con el ataque artero a su Primer Ministro Robert Fico por parte de un fanático pro-ucrania, otro “lobo solitario”(...) En las embajadas del OC en países que no quieren ser una colonia tan evidente, se cocinan estas protestas “contra la falta de democracia”, o la “falta de integración a la UE”, (…), aprovechando a los cipayos locales que no escasean en ninguna parte.

En el momento de redactar esta columna, se confirmó la muerte del Presidente de Irán Ebrahim Raisi, de su canciller y tripulación, al caer el helicóptero que los transportaba. Muchos lo lamentamos profundamente. En Israel y en la (ex)Argentina se festejará. O, como mínimo, sus masas mostrarán esa indiferencia “casualmente” justo aplicada a tragedias en países que su lóbulo frontal percibe como parte del “Eje del Mal” reaganiano, y entonces mejor callar. Lo pude constatar con el atentado al Crocus City Hall.

En su gobierno, Raisi consiguió la entrada de Irán al grupo BRICS. Eso es lo importante, no que Raisi fuera un “ultraconservador”, como afirma Página 12.

Se investigan las causas del accidente: ojalá se descarte un sabotaje. Eso acarrearía una espiral con resultados muy inciertos a escala global.