Pasó el mes de mayo. Mes clave en la historia de nuestro país y del mundo. Para nosotros se refiere a la semana que culmina el día 25 y marca el comienzo del país como nación independiente.

Pasó mayo. Y con él la celebración del día 1, en nuestro país, del día de la Constitución, por ser el aniversario de su aprobación en 1853. Continuamos con el día 2, día de luto, ya que es el aniversario del hundimiento del buque General Belgrano por orden directa de Margaret Thatcher durante la guerra de Las Malvinas; en ese ataque murieron 323 tripulantes, la mitad de las bajas argentinas en toda la guerra.

Y también en mayo se recordó a la escarapela nacional (día 18) y se celebró el día del himno (día 11).

Pasó el mes de mayo, pero volvamos al principio. El día primero fue el día internacional del trabajador que, en realidad, nació como un día de lucha por las 8 horas de trabajo. Así lo declaró el congreso de la Internacional Socialista de 1889, en recuerdo a los trabaores que mataron en Chicago tres años antes, luego de una lucha por mejores condiciones laborales (lo habitual eran jornadas de 12 horas, que en algunos casos llegaban a las 16 horas). Casi medio siglo después, el día de lucha se convirtió en fiesta; pero como la historia parece circular, en un continuo regreso al pasado, ante el avance de recortes de derechos sociales en nombre de la “flexibilización” y de la “modernización” de la relación laboral, ahora, 125 años después de su creación, al menos en nuestro país, debe volver a la lucha por los derechos amenazados por el poder.

Pasó mayo. Y con él el homenaje mundial al denominado “mayo francés”, que fue una reacción de la juventud, especialmente estudiantil, contra los valores de la sociedad de consumo que habían edificado sus padres, en una rebelión fundamentalmente cultural pero que redescubrió la lucha de clases (la unión obrero-estudiantil) y los valores de la ilustración (libertad, igualdad, fraternidad). Originada en Francia en 1968 y tuvo repercusiones en lugares dispares como México, Polonia, Checoeslovaquia, Yugoeslavia y China. Inclusive hay quien sostiene su influencia en nuestro “cordobazo”, el de 1969. Representan un cambio de época.

Pasó mayo. Pero queda la pelea gratuita con el gobierno español, generada por un presidente que olvida su representatividad y se empeña en pelear con todos los países en que las autoridades (para suerte de ellos) piensan distinto a él (Brasil, China, México, Colombia, Chile, España…).

Si nuestro presidente sigue a este ritmo nos quedaremos, como país, absolutamente solos. O sólo acompañados por Estados Unidos y por Israel.

Pasó mayo. Y es posible que el futuro lo reconozca como el mes en que renació la dignidad de nuestros órganos legislativos, hecho que comenzó cuando el Senado rechazó del DNU 70 por inconstitucional (marzo de este año), y que ahora sumó ahora sumó la discusión pormenorizada de la llamada “Ley de Base” y sus anexos y, en Diputados, la discusión y aprobación de la financiación del sistema educativo.

Pasó mayo. Pero quedó la vergüenza de galpones llenos de artículos de consumo, comprados por el gobierno anterior para los comedores populares, pero que ahora se negaban a repartir mientras sectores crecientes de la población pasa hambre.

Pasó mayo. Pero quedó la evidencia de lo que significa la motosierra ciega en el recorte de las erogaciones públicas. No se hicieron las inversiones necesarias para aprovechar el gas del gasoducto recién construido y tampoco se tomaron las previsiones del caso, y estamos ante una crisis energética “gratuita”, producto de la inoperancia gubernamental.

Pasó mayo. Y que quedó como el mes de la primera rebelión provincial contra el “ajuste” nacional, protagonizado por policías, docentes, salud pública y demás sectores afectados por esta política que se unieron para resistirla en la provincia de Misiones. ¿Se extenderá a las provincias vecinas? Es probable, ya que la problemática es común y la esperanza y la paciencia se acaban…

Pasó mayo. Y se conocieron más cifras que hablan de la hiperrecesión que vivimos y que se seguirá profundizando mientras continúe esta política de ajuste:

-Se siguen sumando los despidos tanto en la actividad pública como en la privada. Es preciso pensar que, tras cada cesante y ante la falta de demanda de trabajo, se está ante un profundo drama personal y familiar.

-Se conoció el índice de actividad industrial (IPI) a marzo, que cayó el 21,2% anual, mientras que la capacidad productiva ocupada era solamente del 53,4%.

-También se conoció el estudio de O. Ferreres sobre el primer cuatrimestre: la caída de la actividad fue del 9,7% anual, a pesar de la mejora de agricultura y ganadería por el fin de la grave sequía que afectó el año pasado (+10.5%) y de la minería (+3,8%). Cayó la industria manufacturera, la construcción (-24%), el comercio (-13,5%) y demás actividades.

Pasó mayo. Pero la lucha continúa.