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El raudo comunicado de la Cancillería Argentina emitido el mismo 13 de abril, justo después de la lluvia de drones y misiles lanzados por Irán hacia territorio israelí, es sólo un sinceramiento estilo región 4 de lo que ni siquiera la caterva de los controladores de arriba le ordenan expresar a su títere de los pulgarcitos levantados.
Es cierto que se ha abusado del uso de comparativos del tipo “ni Fulano o Zutano se atrevió a …” pero cada uno de los párrafos del comunicado convocarían a consejo universitario a cualquier profesor que se atreviera a enunciarlos en el aula de alguna universidad norteamericana, esas que tanto le gustan a Beatriz Sarlo, aunque quizás me equivoque: acaso, si bien la corrección política a la gringa no tolere un vago ejemplo de choques culturales con oriente por la forma de comer en China, es posible que, si se aluda a cualquier rasgo del Islam no pase nada.
El lamentable panfleto argentino incluye frases tales como “Argentina respalda enfáticamente al Estado de Israel en la defensa de su soberanía, en especial contra regímenes que promocionan el terror y buscan la destrucción de la civilización occidental (sic)”, “los atentados fueron perpetrados por organizaciones estatales iraníes” (ahí arrugó Mondino, no quiso decir directamente “Irán”) a “Nuestra política exterior se basa en la defensa de los valores occidentales (sic) en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada (resic)”. “El estado de Israel es baluarte de los valores occidentales en Medio Oriente” (y como remataría el analista mexicano Alfredo Jalife: “recontra sic”).
¿Qué cascote redactó eso? ¿”la defensa de los valores en defensa de la vida”? Se ruborizará Sarlo -que juzga al gobierno de Milei de “vulgar y canchero”-pensando en que eso lo ven, justo, en ese amado Occidente, lugar en donde nació y se difundió el pensamiento de los griegos antiguos que basta y sobra para darse cuenta de quienes son hoy los buenos y quienes los malos en todo el entuerto mundial contemporáneo. Y el Occidente Colectivo (OC) no está precisamente en la categoría de los primeros, aunque Milei lo vea exactamente al revés, y los valores occidentales para él no sean ni Spinoza ni Schubert sino una retorcida interpretación del liberalismo económico para beneficiar a unos amos cuya decadencia tiene al mundo en vilo.
Opino que los sectores académicos, culturales y artísticos de nuestro país deberían expresar algún repudio a las ideas que expresa este panfleto, so pena de, tácitamente, adherir a ellas. Es utópico: tratan de sobrevivir y sólo tendrán fuerzas para “convencer” al gobierno de que son importantes. Desde el Conicet, los científicos insisten en destacar que este organismo puso satélites argentinos en órbita y que cuenta entre sus filas a investigadores de “talla internacional”. Nada de eso importará a este, él sí, régimen implacable.
Pero, a todos los que están o se hacen los indignados por la jugada persa (desde Alberto Fernández a Ursula Von der Leyen), es justo señalar que el operativo ejecutado por Teherán el 13 de abril fue limpio y quirúrgico: se atacaron sólo blancos militares y muy pocos misiles lograron trasponer el Domo de acero israelí, el sofisticado y supuestamente inexpugnable sistema de defensa antiaérea. Ceñimiento modélico al Artículo 51 de Naciones Unidas. Ningún herido. Nos vamos enterando que Irán aplicó la de “te digo, Juan, para que me entiendas Pedro”: dos los escasos países árabes cercanos al OC, Jordania y Arabia Saudita, fueron informados previamente por Teherán del ataque, que al final resultó más bien un espectáculo de pirotecnia pero que resultó una contundente advertencia que Washington aparentemente entendió: Ol´ Joe “sugirió” entonces a su colonia sionista que no cometiera los errores que, efectivamente, llevarían a un descontrol en los abastecimientos mundiales de crudo y cosas mucho peores. Irán usó nada más la línea más modesta de sus drones y misiles, pero suficientes para exhibir lo que puede hacer, “just in case”.
Esa noche del 13 de abril no hubo un solo ataque a Gaza. Entonces, le preguntaríamos a Alberto Fernández, ¿hay que perder tiempo quedando bien con quién, condenando qué? Irán es soberano, y no les quita el sueño de manera alguna lo que puedan decir en un país como el nuestro, muy grande en territorio pero vacío de sustancia.
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