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Columnistas
31/03/2024

Y ahora, ¿qué sayo se calzará el peronismo?

Y ahora, ¿qué sayo se calzará el peronismo? | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Hay piantavotos honorables en el peronismo y es apremiante deshacerse de ellos, por más que ocupen hieráticas poltronas parroquiales.

Juan Chaneton *

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Exactitud no es lo mismo que verdad; y la conjetura no excluye el rigor. Jacques Lacan lo decía con sus miras puestas en otros territorios del conocimiento o de algo a lo que se ha dado en llamar conocimiento. Pues que el psicoanálisis sea conocimiento todavía está por verse. Aislemos, empero, el vocablo "conjetura" que puede ser una excelente naranja a la que exprimirle todo su jugo para, luego, volcarlo en la canaleta de la política.

Los políticos profesionales viven conjeturando y rara vez dicen algo "científico", pues la ciencia no es lo suyo. Lo suyo es el histrionismo y la representación. Lo supo bien Milei, que si bien hizo lo suyo a trancas y barrancas, siempre estuvo aupado y promovido por una "tevé" que por esos días y con tal de calumniar al "kirchnerismo", era capaz de encontrar belleza hasta en una foto de Bela Lugosi. Y les pasó el trapo, bien y fácil, este outsider que impostaba desparpajo, a viejos zorros de la política clásica que se creían más vivos que la muerte.

En 1980, se decía que el Estado era ineficiente; en 1990 que la clase política era ineficiente; en 2000, que el ineficiente era el ciudadano; y a partir de tiempos recientes empezamos a escuchar voces que proponían que volver a la esclavitud era un propósito sensato y un camino razonable para gentes laceradas, humilladas y ofendidas por políticos mentirosos que pagaban deudas fraudulentas a organismos ávidos, al costo de la calidad de vida de sus votantes, o que jodían a los jubilados con nuevas fórmulas inventadas por ellos y que consistían en que ellos eran los que dispondrían, de tanto en tanto, lo que debía cobrar un jubilado. Y eso fue peor que la fórmula de actualización anterior, que era la de Macri. Para empeorarla, se refocilaban en fiestas que les prohibían a todos en nombre de la higiene pública porque la "pandemia" nos acechaba a todos; o se vacunaban contra esa pandemia con vacunas que no había para nadie pero sí para funcionarios del gobierno o para connotados voceros periodísticos de ese gobierno conocidos por todo el pueblo como partidarios del oficialismo fernandiano. Y se autopercibían como unos vivos bárbaros por hacer eso.

Así llegó Milei.

Por lo demás, el actual "presidente" ha hecho opciones geopolíticas coherentes. Algo que su antecesor no supo hacer. Y no sólo eso. Tampoco supo que a la oportunidad la pintan calva, pero que el oportunismo no rinde frutos cuando la política es algo diferente a un franeleo en lupanares capitalinos. Puerta de entrada a Rusia, para salir enseguida a decirle a Alemania que todo el gas que Rusia no le quisiera vender a Alemania se lo vendería Argentina y las viejas casonas de la berlinesa Unter den Linden, así, no pasarían frío en invierno y bajo los tilos todo seguiría calentito. Eso fue no sólo una falta ética. Eso fue la conducta de alguien que ignoraba, siendo Presidente, como funcionaban los asuntos globales. Y eso se paga. Este no merece una licencia. Merece que lo echen. Su lugar es la UCR, no el PJ.

Se rodeó de una gentuza que entraba a su despacho sin golpear la puerta y que, casualmente, era gente que odiaba a Cristina. Un módico así no puede conducir a nadie a más lugar que a la derrota. Después vino la otra bajeza: la de coincidir con los enemigos de clase y del peronismo en que la "corrupción" de CFK es un axioma de la política argentina y que, como todo axioma, es apodíctico, o aspira a serlo: "Yo no tuve ningún Lázaro Báez", vomitó tal vez esperando el aplauso de la derecha que sin embargo, lejos de festejarle la ocurrencia, ratificó su convicción de que estaba frente a un personaje mínimo al que había que terminar de pisotear, como se hace con los insectos: le facturaron lo que, hasta hoy y si Ariel Lijo no tiene suerte, puede llevarlo a Ezeiza: malversación de dinero público gastado en Olivos en generosas tardes de mate amargo y "cometas" para amigos productores de seguros en operaciones en las que tales productores no hacían falta en absoluto porque "Nación Seguros" era el cobertor de riesgos legalmente inevitable para proteger a todos de las contingencias de la vida.

El sanjuanino Gioja, supérstite de los desperfectos de la aviación provincial, un hombre con esas trayectorias indiscutibles asentadas en la edad, llama a que "sangre nueva" se haga cargo del peronismo. Pero si el peronismo no se democratiza sin, por ello, perder su impronta "social", esa baza se la copará el radicalismo. Y los tiempos urgen. Hay piantavotos honorables en el peronismo y es apremiante deshacerse de ellos, por más que ocupen hieráticas poltronas parroquiales. Cada despedido es hambre para niños y niñas, y cada despedido es una tocada de culo que un golem del círculo rojo devenido "presidente", se permite con el peronismo. Pero esa es una lencería que le sienta bien a un De Loredo que es quien cada vez que Milei acaricia a los radicales con denuestos irreproducibles, contesta -según el crítico literario Martín Lousteau- con un delicado mohín seguido de la frase: te doy cinco minutos para que le dejes de tocar el culo a mi esposa. No llegar tan bajo. De eso se trata. Menos invocaciones a dudosas glorias pasadas, menos "resistencia" y más huevos siglo XXI. De eso se trata.

Pero tal vez nada haya que esperar de semejantes dirigentes. Sólo cuando obreros y estudiantes confluyan en las calles, el proyecto antinacional y antipopular podrá estallar y hacerse trizas y algo definitivamente diferente podrá volver a nacer de las cenizas.



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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