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Columnistas
03/12/2023

El vuelo más caro

El vuelo más caro | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Cuando a un presidente electo le pagan su traslado en un lujoso avión, tiene la misma simbología que la invitación del magnate inglés Joe Lewis hecha a jueces, a fiscales y a periodistas a su mansión de Lago Escondido. Queda claro quién manda y a qué intereses deben responder los invitados.

Rodolfo Canini

El empresario Gerardo Werthein, mencionado como el futuro embajador argentino en Estados Unidos, pagó por 250 mil dólares el viaje a Javier Milei y su comitiva a EE.UU., aunque para no caer en un delito por recibir una donación de un particular, rápidamente salieron a decir que cada participante del vuelo había pagado su parte. ¿Quién es este empresario? Junto con Paolo Roca fueron los mayores aportantes a la campaña del libertario. Es un empresario con intereses principalmente en el sector financiero y una de las caras locales del principal Fondo de Inversiones del mundo “Black Rock”. El gesto “generoso” de colaborar con el transporte del presidente electo y su comitiva al país del norte no es puro altruismo. Para él es una muy modesta inversión que seguramente derivará en cuantiosas ganancias y posesiones en un futuro cercano para los intereses que representa.

Estas prácticas “amistosas” que tienen empresarios con funcionarios en diferentes países del mundo es muy habitual en un sistema donde la corrupción es inherente y funcional al sistema económico que naturaliza la concentración de las riquezas en pocas manos. Un claro ejemplo de esa concentración es Black Rock, el mayor fondo de inversión a nivel global, que maneja una cartera de 117.600 millones de dólares, un monto que equivale al PIB anual de Alemania, Francia e Italia juntas. ¿Qué relación tiene con nuestro país ese Fondo de Inversiones?. Black Rock mantiene en sus carteras gran parte de los bonos recibidos en el programa de reestructuración de la Deuda Externa y es accionista de YPF. Posee el 5,67% del paquete, con 9,77 millones de acciones en su poder. Ingresó en la petrolera como socio privado en los 90, como parte de su alianza global con Repsol. Es accionista además de multinacionales de fuerte presencia local como Coca-Cola, Bayer, Apple, Microsoft, Telefónica, Mercado Libre, Tenaris, Grupo Galicia, Banco Macro, Telecom, Arcor, Pampa Energía, entre otras. Es decir, ya es parte de la economía de nuestro país, desde hace tiempo.

Argentina puede ser Ucrania sin guerra

Larry Fink, su presidente, integra la junta directiva del Foro Económico Mundial de Davos, y fue nombrado, por Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, mediante un Memorando de Entendimiento en noviembre de 2022, como referente del Fondo de Desarrollo (UDF). Larry Fink se hará cargo de la gestión de recursos y de la reconstrucción de Ucrania. Esto deja en evidencia hasta dónde pueden tener injerencia en un país. El objetivo formal es que “el Fondo de Desarrollo movilice y atraiga capital público y privado para la reconstrucción del país utilizando instrumentos financieros, (….) que se centrarán en sectores clave de la economía ucraniana, como la energía, las infraestructuras, la agricultura, la industria manufacturera y las tecnologías de la información.” Ucrania tiene 32 millones de hectáreas cultivables de las más fértiles del planeta. 18 millones de las 32, las compraron Cargill, Monsanto y Dupont. Los dueños de esas empresas son Blackrock, Blackstone y Vanguard. Las tierras fueron compradas a bajo precio, producto que es un país que sufre un conflicto bélico y a que sus deudas lo condicionan determinantemente.

Las armas las carga el Diablo y EE.UU.

Los países en guerra siempre ven afectadas sus economías. El deterioro de ellas, son beneficios para otros. Y en este haber siempre figura EEUU. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el país del norte sigue siendo el mayor exportador de armas del mundo. Es el responsable de un 39% de las ventas internacionales de armamento entre 2017 y 2021, frente al 32% entre 2012 y 2016, datos que evidencian objetivamente el “beneficio” que le trajo la guerra planificada y promovida por el sheriff del mundo. También es cierto que para obtener éstos beneficios hay que invertir. Da cuenta de ello los 858 mil millones de dólares destinado al presupuesto de defensa.

Sin poner en peligro la vida de ninguno de sus militares, y mucho menos de sus ciudadanos civiles, la economía asfixiada de Estados Unidos de hace unos años atrás, recibió oxígeno. Están obteniendo resultados récord de gracias a la guerra Rusia/Ucrania(OTAN). La industria armamentista sostiene unos 800.000 empleos directos en la superpotencia americana. Los contratistas estadounidenses que integran el complejo industrial-militar concentran el 39% del comercio internacional de armas. Desde el inicio del conflicto armado en territorio ucraniano, se registró un aumento en la cotización de las acciones pertenecientes a las principales compañías fabricantes de armamento estadounidenses.

Las armas de fabricación estadounidense representan el 95% de las compras de armas de Países Bajos, 83% para Noruega, 77% para el Reino Unido y un 72% para Italia. Los países europeos destinaron un 2% de su PIB, como mínimo, a sus Fuerzas Armadas en el marco de la OTAN. Claro está que la guerra en tierras lejanas trajo aparejado un fortalecimiento geo-económico estadounidense en Europa, ya que este aumentó su influencia energética y armamentística en el “viejo continente”. La revalorización de la moneda norteamericana, que se da a partir del conflicto armado, permitió a los estadounidenses controlar su propia inflación a costa de que se dispare en el resto del mundo.

Del neoliberalismo al anarco capitalismo

Cuando la economía de un país es endeble y la sociedad se encuentra fragmentada, se puede condicionar con políticas antipopulares. Cuánto más débil la economía y más fragmentada la sociedad, más condicionada la soberanía popular. Si a esa sociedad con una economía debilitada por su desigualdad se le inocula odio, la violencia comienza a dar señales. No es que toda la sociedad ejercerá la violencia como forma de relacionarse, pero sí la ejercerá el poder económico para imponer condiciones al resto.

Ese resto seguramente será mayoritario, pero dentro de él habrá quienes adhieran a la idea de “ordenar” a través de la violencia; otro sector se someterá a las reglas de juego impuestas y un tercer sector reaccionará violentamente, respondiendo a la violencia proveniente del Poder económico. El desequilibrio entre éstos sectores juega a favor o en contra de un modelo político fascista, imprescindible para imponer políticas económicas impopulares.

Sólo con una dictadura se pudo hacer el primer experimento neoliberal en el mundo de la mano de Milton Friedman. Fue en Chile, bajo el régimen pinochetista. Con el tiempo se van justificando y naturalizando las injusticias, la pobreza y las profundas desigualdades. El capitalismo salvaje denominado “anarco-capitalismo” quiere dar el primer paso en nuestro país. Para ello, el poder económico necesita condiciones políticas y sociales. No basta con ganar la voluntad popular con más del 50% de los votos para implementar políticas económicas que afectarán negativamente a millones de compatriotas, quizás a una amplia mayoría. Tampoco basta borrar de un plumazo a movimientos políticos arraigados en la historia de nuestro pueblo; ni adherir a extraños postulados religiosos, que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia.

Milei y el jasidismo

En otra publicación de “Va Con Firma” desarrollé la vinculación de Javier Milei con el Sionismo y con los Evangélicos Sionistas. El presidente electo en su viaje a EEUU visitó la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, conocido como “el Rebe de Lubavitch”, quien fue líder de una dinastía jasídica, parte del movimiento del judaísmo ortodoxo. La creación de esta línea permitió al sionismo lavarse la cara. Este es un movimiento cuestionado por un vasto sector del judiasmo por haber priorizado lo económico a la fé. El jasidismo logró vincular la fé judía con la fortaleza económica y la protección militar del Estado de Israel. “La ley judía establece los criterios necesarios para la paz y seguridad de Israel: estas sólo pueden ser logradas desde una posición de fortaleza militar y fronteras seguras. Cualquier señal de disposición, incluso meramente hablar de resignar tierra a nuestros enemigos, es seguro de alentar el terrorismo en Israel y en el exterior”, establece la enseñanza del Rebe. No es un movimiento de mayorías dentro del judaísmo, pero es de un gran poder económico, principalmente en EE.UU.

Estamos en la mira

El Poder real, el económico, necesitará generar desorden, caos, profundizar la violencia. A Ucrania no la podrían expoliar sin una guerra mediante; lo mismo a Irak, a Afganistán y a Libia con sus recursos energéticos. Si bien aquí el Poder Económico llega con los votos, se le hará imposible alzarse con todos nuestros recursos y patrimonio sino generan luchas fratricidas. Ya las vaticina y las promueve Mauricio Macri diciendo “los jóvenes que votaron a Milei no se van a quedar en casa y los orcos van a tener que medir muy bien cuando quieran hacer desmanes en la calle”. En el mismo sentido el economista libertario ex menemista Carlos Rodríguez llamó a sufrir, “porque estaremos en una guerra, y son los pobres los que tienen que sufrir… como en toda guerra”, agregó ante la mirada atónita del periodista. A éstas declaraciones llamando a formar milicias voluntarias, cual camisas negras o pardas, hay que sumarles las exclamaciones de “terminar con el Kirchnerismo” y el intento de asesinato a Cristina Fernández, nunca investigado por el poder judicial. Son los mismos intereses que fueron capaces de desaparecer a 30.000 compatriotas en la década del 70, y hasta de robar bebes, ¿Por qué no serían capaces de promover una guerra civil, si les conviniese? La Argentina está en la mira. A no exponer la cabeza. A no entrar en provocaciones. De hacer protestas, deberían ser masivas, para no regalarse fácilmente a las detenciones selectivas, a los palos y a las balas del poder real.

Vienen por nuestros recursos y por la democracia

Está claro que el mundo se mueve principalmente por intereses económicos, pero también por cuestiones simbólicas. Cuando a un presidente electo le pagan su traslado en un lujoso avión, tiene la misma simbología que la invitación del magnate inglés Joe Lewis hecha a jueces, a fiscales y a periodistas a pasar unos días en su mansión frente al exclusivo Lago Escondido. Queda claro quién manda y a qué intereses deben responder los invitados; intereses que están muy lejos de los intereses que en la degradada democracia representativa se deberían representar. Cuánto más capitalismo, menos democracia; y con el anarco-capitalismo, nada de democracia, la pura violencia.

29/07/2016

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