En el día de la soberanía nacional nos hemos equivocado una vez más como país, eligiendo a un nuevo presidente que las tiene todas:

Maltratado violentamente en su infancia por sus propios padres, hoy aparece como un porteño alienado, con difusa sexualidad y serias dificultades para expresarse en un lenguaje claro; aparece bastante desconectado de la verdadera historia nacional, como un economista de ultraderecha sin experiencia institucional.

Nació en una ciudad macro donde la vida cotidiana sumerge a sus habitantes en una rutina sin salida, inclinándolos a vivir soñando que les pase algo diferente. Allí se transforman en individuos aislados y compartimentados por los algoritmos sin ninguna posibilidad de discutir o compartir sus posibilidades futuras. En esta angustia urbana los oprimidos votan a sus explotadores y las victimas están al servicio de sus propios verdugos.

Este muchachito ha sido empleado de los yanquis y los represores y hoy sobre todo carece de equipo gubernamental propio, aunque eso sí: tiene un rumbo claro hacia la dependencia y la decadencia nacional.

Un verdadero vendepatria que en lo local viene a terminar las tareas inconclusas del gobierno de la mafia especuladora macrista, en especial la desactivación y destrucción del estado nacional y la apertura a la codicia ilimitada de los mercados, instalando una descarada dependencia de los EE.UU. y su bloque decadente, con la consecuente desactivación del Mercosur y las relaciones bilaterales continentales, consideradas ahora como desviadoras del sendero comercial que nos indican desde el norte.

Ya bastantes preocupaciones les estaban ocasionando Brasil, Perú, Bolivia y Chile como para tolerar que Argentina, (con su fuerte peso geoeconómico) se emancipara, ya que el litio es yanqui y eso nadie lo puede discutir.

Todo parece indicar que el experto presidente constituirá una pieza fundamental en el esquema armado por los planificadores del decadente bloque unipolar neoliberal que en los años venideros se defenderá con uñas y dientes ante el inexorable arribo de la multipolaridad ruso/china.

Ante estas complicadas rupturas del modelo hegemónico el neoliberalismo exagera sus herramientas instalando monstruos prefabricados como Trump, Bolsonaro o Milei.

¿Pero en nuestro caso, tenía que ser en el día de la soberanía?... no podían haber elegido otra fecha? Esa extraña paradoja (del latín paradoxa: ‘lo contrario a la opinión común’) resulta una idea lógicamente contradictoria u opuesta a lo que se considera verdadero a la opinión general. ? Una proposición en apariencia falsa que infringe el sentido común, el mismísimo sentido común que eligió a este personaje con el 55% de los votos en el día de la soberanía nacional.

?Pero a no desesperar ya que aunque algunas paradojas son razonamientos eventualmente válidos, que parten de premisas en apariencia verdaderas, pero que conducen a contradicciones o situaciones contrarias al sentido común; las paradojas son también estímulos para la reflexión y a menudo los filósofos se sirven de ellas para revelar la complejidad de la realidad. Las paradojas también permiten demostrar las limitaciones de la comprensión humana.

La identificación y estudio de paradojas basadas en conceptos que a simple vista parecen sencillos y razonables ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía,las matemáticas y hasta la política.