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Columnistas
26/11/2023

Las grandes huelgas patagónicas (1920-1922)

Las grandes huelgas patagónicas (1920-1922) | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El 10 de enero de 1922 se dio por finalizada la campaña represiva, que dejó entre 1.000 y 1.500 obreros muertos (la mayoría, por fusilamiento) y cientos de detenidos.

Humberto Zambon

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En el siglo XIX y primeros años del XX, Punta Arenas, al sur de Chile, era el centro económico indiscutido del sur. Ubicado sobre el Estrecho de Magallanes, hasta la apertura del canal de Panamá (inaugurado en 1914) era el paso obligado de todos los buques que pasaban del Atlántico al Pacífico o viceversa. Era el centro de abastecimiento y reparación de los buques y descanso y diversión de sus tripulaciones, después de largos meses de navegación. Fue un centro de atracción para inmigrantes de todo el mundo, especialmente españoles, alemanes, italianos y eslavos; y de allí proviene la migración que fue poblando el sur de la Patagonia argentina, como los Braum-Menéndez, Kirchner y muchísimas familias más. Y también los Boric (actual presidente de Chile). Luego de la primera guerra siguió siendo la ciudad más importante al sur de Bahía Blanca, pero a otro ritmo de crecimiento.

Durante la Guerra de 1914-18 hubo un “boom” de la actividad lanera que, al terminar la guerra y disminuir drásticamente su demanda, se convirtió en crisis, con fardos acumulándose en los puertos patagónicos, sin compradores a un precio razonable. Así como en el período anterior el “boom” favoreció a terratenientes y exportadores, ahora éstos pretendían que la crisis la pagaran, al menos en parte, los trabajadores: jornadas de 12 horas durante 6 días a la semana, pagadas con salarios ínfimos (a veces en vales para comprar en los almacenes del patrón) y en condiciones de alojamiento inhumanas.

En estas condiciones se organizó la Sociedad Obrera de Río Gallegos, dependiente de la FORA (Federación Obrera Regional Argentina), anarquista, dirigida por el “gallego” Antonio Soto, proveniente de Punta Arenas. En setiembre de 1920 hubo una huelga de protesta, reprimida por la policía, que detuvo a dirigentes de la Sociedad Obrera. Más adelante los obreros presentaron un pliego de condiciones a la patronal (Sociedad Rural), que pedía un sueldo mínimo de $ 100, descanso los sábados, mejoramiento en la alimentación y un paquete de 3 velas por mes a cada trabajador; incluía el pedido de que no durmieran más de 3 personas por cada 16 metros cuadrado. El pliego fue rechazado por la Sociedad Rural.

En consecuencia, el 1 de noviembre de 1920, con el apoyo de sociedades obreras de otras localidades, se declaró la huelga general en toda la provincia de Santa Cruz; adhirieron las Asociaciones de Puerto Deseado y San Julián e incluían a trabajadores rurales con la adhesión parcial de ferroviarios, empleados de La Anónima y otros. Se organizaron “piquetes” que recorrían las estancias reclutando peones y tomando a los estancieros y administradores como rehenes, además de incautarse de alimentos y armas; se movían permanentemente para evitar la represalia policial.

Hubo un enfrentamiento armado cerca de Lago Argentino, con bajas (muertos y heridos) en ambos bandos.

El 1 de febrero de 1921 llegó a Puerto Santa Cruz el coronel Héctor Varela al frente de tropas enviadas especialmente por el presidente Yrigoyen, para controlar la situación. Rápidamente se reúnen en Río Gallegos con el gobernador Yza, quien les pide que no haya represión. El día 15 se reúnen con una delegación de los huelguistas con quienes acuerdan otorgar la mayor parte de los reclamos iniciales, a cambio de la libertad de rehenes y el desarme de los huelguistas.

Al día siguiente se levantó formalmente la huelga, lo que se vivió en la FORA como una gran victoria. Pero no bien retirada la tropa, la policía allanó y clausuró los locales de la Sociedad Obrera de Río Gallegos, Puerto Deseado, San Julián y Puerto Santa Cruz, deteniendo y deportando a sus dirigentes; inclusive hubo un muerto, mientras que algunos patrones procedían a despidos arbitrarios de quienes habían participado del movimiento. La Sociedad Obrera decretó una nueva huelga general.

El gobierno nacional resolvió enviar tropas del Regimiento 10 de Caballería al mando del coronel Varela, que partieron desde Buenos Aires el 4 de noviembre de 1921. Las tropas se dividieron en dos cuerpos comandados por Varela (el principal) y por el capitán Elbio C: Anaya el otro. En Santa Cruz rastrillaron el territorio en búsqueda de huelguistas y procedían a su fusilamiento sin ningún juicio previo y sin distinguir si se trataba de dirigentes o simples adherentes a la huelga. Todavía se discute si fue una orden del gobierno nacional (Yrigoyen) o decisión de los jefes militares.

El 10 de enero de 1922 se dio por finalizada la campaña represiva, que dejó entre 1.000 y 1.500 obreros muertos (la mayoría, por fusilamiento) y cientos de detenidos.

El diario socialista “La Vanguardia”, en aquel tiempo de importante circulación, así como los periódicos anarquistas, mantuvieron informada a la opinión pública nacional, en particular sobre las matanzas obreras, lo que generó indignación generalizada; inclusive se trató en el Congreso la creación de una comisión investigadora de lo ocurrido, lo que no llegó a aprobarse. Ante ese panorama, el gobierno nacional trató de “dar vuelta la página”, cerrando definitivamente el caso.

El juez federal Viñas (padre de los posteriormente conocidos intelectuales Ismael y David Viñas) que tuvo un papel independiente durante todo el conflicto, aparentemente, en este caso, de acuerdo con el gobierno, resolvió el cierre de todas las actuaciones judiciales y la libertad de todos los detenidos.

Pero el cierre y el olvido no llegaron. El 27 de enero de 1923 el anarquista Kurt Wilckens mató en una calle de Buenos Aires al coronel Varela (lo “ajustició”, vengando a los obreros fusilados de la Patagonia” según unos, o “lo asesinó”, según otros). Lo concreto es que volvió el debate público sobre lo ocurrido, la huelga, la represión y el fusilamiento sin juicio previo.

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La fuente documental fundamental de este tema es el libro de Osvaldo Bayer, “Los vengadores de la Patagonia Trágica” publicado por Editorial Galerna de Buenos Aires, que, a su vez, tiene una interesante historia. Según cuenta su editor, a fines de 1971 acordaron con Bayer la publicación del libro sobre este tema, que venía trabajando hacía tiempo y estaba muy avanzado, y que incluso ya había publicado algo en la revista “Todo es historia”. Cuando presentó lo recopilado parecía excesivo para un solo tomo, en particular por el precio del que resultaría el libro para una editorial cuyo objetivo era producir libros al alcance popular. Así que resolvieron publicar el tomo I (1972) y anunciar para fin de ese año al número II. Al publicar el tomo II (fines de 1972) se tiene el mismo problema que con el anterior, por lo que se anuncia la edición del tercer tomo, que se edita en 1974 anunciando, a su vez, un cuarto tomo. La situación política argentina empeoró en 1975 y, especialmente, luego del golpe de 1976. Bayer de tuvo que exiliar.

Finalmente, el 4° tomo fue publicado en Alemania (en castellano) en 1978 (en Buenos Aires en 1984). En el 2001 Bayer publicó en un solo ejemplar, “La Patagonia rebelde”, una síntesis de los cuatro tomos. En 1974 se presentó la película “La Patagonia rebelde”, con guion de Osvaldo Bayer, dirección de Héctor Olivera y participación de Héctor Alterio, Federico Luppi, Luis Brandoni y “Pepe “Soriano; una excelente película de gran éxito.

Yo tengo una fuente adicional. Un tío abuelo (Luis Galí) que administraba una estancia en la zona de Paso Ibáñez (hoy Luis Piedrabuena) y fue tomado como rehén de los huelguistas. Hablaba elogiosamente de ellos y del trato humano y del respeto con que eran tratados; inclusive, en alguna oportunidad, participaron –con voz y sin voto- de las asambleas que realizaban habitualmente. Posiblemente los ocupantes formaban parte de un grupo de anarquistas de buena formación ideológica y esta experiencia no se puede generalizar, pero sí, entiendo, habla muy bien de los dirigentes del movimiento y de la finalidad del mismo.

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Manuel Fidalgo fue un asturiano que llegó a nuestro país siendo muy joven, con su familia. Antes de los 20 años se radicó en la Patagonia, donde ya trabajaba su hermano mayor. Manuel trabajaba en el puerto de Comodoro Rivadavia cuando se enteró que su hermano estaba en la Estancia Martinovich, en Jaramillo, al norte de Santa Cruz; un día, a fines de diciembre de 1921, resolvió visitarlo, en un largo viaje que incluía los últimos 19 km. a pie. La estancia estaba en manos de los huelguistas (su hermano era uno de ellos) y a los pocos días llegó el ejército al mando del capitán Anaya, redujo a los huelguistas y, en forma sumaria, a todos, incluido Manuel, los condenó a morir fusilados; lo salvó el capataz de la estancia, Kuno Tschlamer, quien convenció al militar que era un visitante reciente. El capitán Anaya, en un pedazo de papel de cuaderno escolar y escrito con lápiz-tinta (muy usual en esa época) resolvió su liberación por “falta de mérito”. Se adjunta fotocopia de ese “documento” histórico que muestra la liviandad e informalidad con que se resolvía vida o muerte de las personas.

Cabe señalar que Manuel Fidalgo se radicó definitivamente en Comodoro Rivadavia; fue un autodidacta de gran cultura y con los años se convirtió, por mérito propio, en el referente del socialismo en el sur del Chubut. Lo conocí cuando yo era muy chico y lo recuerdo como hombre bondadoso, solidario y pacífico; a pesar de ello, los “servicios” lo habían catalogado como “hombre peligroso” y, cada vez que había un problema social o un golpe militar, habitual en una época, terminaba con su casa allanada y él detenido. Cuentan que, en una oportunidad, al levantarse, escuchó en la radio una marcha militar; entonces preparó un atadito de ropa con una muda limpia, los elementos de higiene personal y el libro que estaba leyendo, y se presentó en la comisaría para “evitarles el trabajo de ir a buscarlo”.

Fue un luchador incansable de la democracia y del socialismo. Pudo ver el regreso democrático porque falleció en Comodoro Rivadavia, en 1985.

29/07/2016

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