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05/11/2023

Shalom Scholtz

Shalom Scholtz | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La masacre se podría detener si el mundo cae en la cuenta que la narrativa sionista es solamente otro bastión del evangelio corporativo funcional a sus socios/patrones, tal como lo es el apoyo del “mundo libre” a los nazis en Ucrania.

Oliverio Jitrik

La designación “Israel-Hamas” para etiquetar al “conflicto” que vuelve a asolar Palestina es ya solamente una ironía macabra. Enunciada de tal modo en los medios occidentales, afecta en sus voceros una suerte de preocupación por los civiles palestinos (“no todo palestino es terrorista”, etcétera, etcétera) que es hueca tal como sus gobiernos. El hecho que hayan sido asesinados más de 8500 palestinos (en los que se incluyen más de 3800 niños al día 31 de octubre) serían meros detalles y sólo consecuencia del uso por parte de Hamas “de escudos humanos” en Gaza, y de la complicidad de su población, que irresponsablemente los cobijan.

Es sabido que, en la narrativa israelí, la venganza así sea derivada contra civiles está plenamente justificada, y ya no digamos el asesinato directo de miembros de Hamas aunque estén desarmados y rendidos. Es también de uso para Washington que, si la víctima de una “acción punitiva” es meramente un “terrorista”, va de suyo desechar la posibilidad de capturarlo vivo, con la certeza de que nadie proteste porque en la cabeza de la masa alienada sólo se compensa el daño que el aún presunto terrorista causó en alguna plaza o lugar de la parte civilizada del mundo (que incluye la única democracia de medio oriente). Este fue el caso del ridículo de la administración del “grone” Obama, el sobado montaje del “entierro marino” (sic) del supuesto responsable del 9/11, ejecutado en una habitación paquistaní sin dilaciones por valientes SEALs. En efecto, ¿para qué dejarían los EEUU cabos sueltos sobre el atentado a las Torres? En ese sentido, ¿por qué entonces las FDI no logran capturar vivo ningún mando de Hamas para que aclare un poco sobre el ataque del 7/10?

Sin decir tantas estupideces como la canciller de Alemania Anallena Baerbock, su jefe Scholtz las actúa sin necesidad de hablar, ajustándose en la testa un hebraico kipa, en el colmo de la babosería postmoderna contemporánea, quizás le salió de las tripas alguna buena fe y mostrar solidaridad con las víctimas del 7 de octubre en los kibutz y en la fiesta electrónica pero, de paso, ubicó automáticamente a los judíos que ni la deben ni la temen a ser “las víctimas”, en línea con lo que promueve el corpus israelí, Israel=judíos implica antisionista=antisemita. En sintonía, hay muchos progres que se congratulan de que varios de sus “amigos judíos” condenaran el ataque de Israel a Gaza después del 7/10 -confundiendo tácitamente al estado de Israel con algo así como el Reino de los Judíos- exhumando un natural, ése sí, antisemitismo. Es tan estúpido festejar que haya judíos que no apoyan la masagre en Gaza (como lo hizo un grupo de clérigos judíos en NY y en Jerusalem) como destacar/lamentar que haya “goim” que sí lo hacen.

En un artículo del diario Página12 publicado el 2 de agosto de 2006, mi padre señalaba sobre esos lugares comunes acerca de la “paradoja” de que en Israel haya judíos se comporten, técnicamente, como nazis. Decía el vetusto: “Por esa razón, lamentarse de que tan luego los judíos, que tanto han sufrido a lo largo de la historia, lleven a cabo operaciones militares de gran crueldad, es un producto de una vulgar mala conciencia y en consecuencia una falsedad: quien ejecuta tales operaciones no son “los judíos” sino un Estado que actúa con una lógica de Estado y no una comunidad que, teóricamente, debería estar destinada al bien supremo dados los fundamentos que les dan identidad.”

La masacre se podría detener si el mundo cae en la cuenta que la narrativa sionista es solamente otro bastión del evangelio corporativo funcional a sus socios/patrones (leer a Rodolfo Canini en esta publicación), tal como lo es el apoyo del “mundo libre” a los nazis en Ucrania. En consecuencia, manifestarse exclusivamente “contra Israel” parece, sin duda, insuficiente. El minuto a minuto más brillante Putin lo expresó muy claro: “Tenemos que entender quién está detrás de la tragedia de los pueblos de Medio Oriente: la actual élite gobernante de Estados Unidos y sus satélites, que se benefician de la inestabilidad en el mundo y obtienen sus réditos de sangre”.

29/07/2016

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