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En el primer Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897 se debatieron opciones territoriales para establecer un futuro Estado judío. Lo importante era tener un Estado para vivir protegidos y dejar de ser perseguidos. Para algunos sectores del Sionismo no importaba dónde. Otros, en cambio, eran defensores de establecer ese futuro Estado en Palestina, argumentado los vínculos históricos del pueblo judío con ese territorio. El propio Theodoro Herzl, fundador del Sionismo, y considerado el padre del Estado de Israel, planteó la idea en el Sexto Congreso Sionista celebrado en Basilea, Suiza, en 1903. En ese mismo Congreso, el Gobierno del Reino Unido ofreció una parte de territorio en África Oriental (parte de Uganda y de Kenia) producto de su piratería colonial.
Argentina: la otra Palestina
La Argentina era otra opción defendida por una buena parte de líderes sionistas. Herzl consideraba a nuestro país como una posibilidad para un asentamiento masivo de judíos en una parte de su libro "Der Judenstaat"(El Estado Judío), subtitulado con "Versuch einer modernen Lösung der Judenfrage"("Propuesta de una solución moderna para la cuestión judía"), bajo el epígrafe "¿Palestina o Argentina?". "Uno de los más fértiles de la tierra, de inmensa superficie, población escasa y clima templado" opinaba el fundador del Sionismo. Según el historiador José Antonio Lisbona, hubo emigraciones importantes de judíos de Polonia, Ucrania y Rusia a Argentina, pero no hubo ninguna oferta oficial por parte del gobierno argentino, como sí lo hubo en la Declaración Balfour, que sí tenía algún derecho geoestratégico una vez expulsados los turcos de lo que sería Palestina, después de la primer guerra mundial. No obstante, la Argentina, y en particular el sur de la Provincia de Buenos Aires estaba considerada seriamente como un territorio destinado a la fundación del Estado de Judío.
La Asociación de Colonos Judíos, con sede en Londres y gerenciada por el Barón Muricio de Hirsch en 1904 comenzó comprando tierras en el sur oeste de la provincia de Buenos Aires. El objetivo era trasladar a los judíos perseguidos por el Zar Nicolás II de Rusia. La cantidad de tierra eran unas 160 mil hectáreas. La Asociación de Colonos Judíos invirtió unos 18 millones de libras en compras de tierras entre Canadá y Argentina, el equivalente a unos 4.000 millones de dólares para reasentar a los judíos de Europa del Este. Fue un gran impulso para el Sionismo. La organización recuperaría ese dinero a través de la devolución de los créditos otorgados a los colonos. Se cumplirían tres objetivos: darles seguridad a los judíos perseguidos en diferentes países, hacer un negocio financiero y tercero y principal, generar una base para implantar el ansiado Estado. Por aquellos años, el sur de la provincia de Buenos Aires era escasamente habitada, condición que a muchos dirigentes sionistas seducía para instalar el Estado Judío en esos lares.
Con los alemanes, todo bien
En 1887, se afincaron en esa zona, específicamente en Coronel Suárez, alemanes provenientes de las cercanías del Río Volga, de la región sur europea del Imperio Ruso. Allí formaron tres colonias. No era un problema para los sionistas, ya que esos alemanes habían sido perseguidos por los rusos, al igual que los judíos. Más aún, las tres colonias alemanas sirvieron como base para la migración judía. En 1904 , colonos enviados por el sionismo se incorporan a las colonias alemanas de Coronel Suárez, mientras esperan que estén las condiciones en Leloir (a unos 80 kms), para el alojamiento de los recién llegados. Cuando comenzó la segunda guerra mundial no fue lo mismo. Muchas familias judías migraron de Coronel Suárez (Barrio “Fideo”, donde vivían muchas familias judías) por miedo a los ya descendientes de alemanes. Otra curiosidad, el abuelo de Axel Kicillof fue parte de esa migración interna.
En una de esas colonias alemanas se radicó Lothar Hermann, después de la segunda guerra mundial, quien era judío pero se hacía pasar por alemán. Militante del Partido Comunista de Alemania (PCA). Torturado por los nazis hasta el punto de perder la vista. Fue recluido en el campo de concentración de Dachau y logró salir cediendo sus propiedades, escapando hacia la Argentina. Su obsesión, era cazar jerarcas nazis. Hasta que lo logró por intermedio de su hija Sylvia, que en forma casual conoció al hijo de Adolf Eichman, quien le revelara su verdadera identidad. El resto es historia conocida que terminó con la ejecución en Israel del jerarca nazi secuestrado por el Mossad (Servicio Secreto israelí). Lo que no es tan conocido, es que la valentía de haber denunciado a un oficial nazi, a Lother Hermann le costó 15 días de torturas en manos de la Policía Federal Argentina y su tumba en Coronel Suárez fue tres veces destruida.
El acuerdo entre el sionismo y los nazis
El sionismo llegaba a la conclusión que una vez que los colonos se afincaban e interactuaban con los habitantes del lugar, fuere el lugar que fuere, perdían su identidad. “Los gauchos judíos”, la novela de Alberto Gerchunof, lo evidenció claramente. Por eso, las alternativas a Palestina como lugar para implantar el Estado Judío se fueron desvaneciendo.
En 1933 se firmó el Acuerdo Haavara (Acuerdo de Transferencia) entre los sionistas y las autoridades nazis en Alemania. Este acuerdo promovió que los ricos judíos alemanes pudieran emigrar a Palestina, que en ese momento estaba bajo control británico. Las personas judías que emigraran bajo este acuerdo podían llevar sus activos y bienes. La condición era que adquirieran materias primas en Alemania para venderlas y recuperar parte de su capital, pagando una comisión al Banco que operaba la transferencia.
El sionismo terminó pagando el gas empleado en la ejecución del genocidio judío, porque mucho de los productos que compraron a través del Acuerdo Haavara, beneficiaron a la corporación química IG Farben, cuya filial Degesch comercializaba los gránulos de Zyklon B, que se convertían en un gas mortal. Un total de 60 mil judíos ricos pudieron emigraron a Palestina, mientras que millones encontraron la muerte bajo el régimen nazi.
Diferencia entre nazi y sionista
La diferencia entre el nazismo y el sionismo, es que el primero se centró en la superioridad de la raza, mientras que el segundo priorizó a individuos considerados más "idóneos" para su proyecto.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y tras el Holocausto, la presión por establecer un Estado judío aumentó. El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General aprobó un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén. Claro está, que el Estado terrorista de Israel aún no lo respeta. Utiliza a la Franja de Gaza como el gueto que en Varsovia impusieron los nazis para con los judíos, o lo que es peor: como el campo de exterminio de Auschwitz. Se parecen mucho.
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