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24/09/2023

Milei y el extravío de la razón

Milei y el extravío de la razón | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Estoy seguro que a semejante candidato se lo debe neutralizar con la razón tratando de desmenuzar con esa lógica sus propuestas formuladas como exabruptos amenazantes.

Osvaldo Pellin

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Si aun consideramos que es importante conocer el pensamiento de un candidato a presidente, en lo que se refiere a Milei, lo que se sabe de él es que por toda idea con la que piensa operar en la realidad es una motosierra. Lo demás lo suponemos o son tan explícitos sus exabruptos, que lo que tenemos son esos sonidos de ira que ya lo caracterizan.

Como si un cirujano se presentara ante sus pacientes con un cuchillo de carnicero para intervenirlos quirúrgicamente.

La política que incluye la dialéctica como partitura para la dilucidación de cierta verdad, no puede ser omitida y cambiada por el insulto gratuito e inesperado, el sonido gutural por la crispación o directamente, el grito destemplado.

Y yo creo que quien se inviste de candidato debe tener un bagaje de respeto por el electorado. No puede ser un barra brava y no hablo de la calidad de sus ideas que pueden provenir del extremo geométrico que se le ocurra, pero lo que se dice tiene que ser fundamentado tendiente a persuadir no a compulsar.

No puede todo resumirse en un insulto o en improperios que violentan toda forma civilizada en la comunicación. Y digo esto corriendo el riesgo de que a algunos les caiga muy bien esa forma de presentación y el discurso del mencionado personaje y se empecinan respondiendo, “A mí no me importa,yo igual lo voy a votar”.

Todo es posible y en la libertad pregonada por el candidato también pareciera estar tolerada aquella violencia que agrede o que ofende. La democracia se encontraría en un problema si prohibiera hablar a aquellos violentos sin freno. Siempre se apela a las condiciones de plena libertad en la que es deseable vivir que incluiría puteadas de variable calibre, gestos amenazantes y descalificaciones humillantes. No me refiero, por supuesto, a la contaminación del lenguaje cotidiano que ya exhumara bajo el título Las malas palabras, con desopilante humor, Fontanarrosa. La opción nos plantearía que se podría conservar el debate sin apelar al insulto y a cierta empatía y respeto por el otro.

El señor del hablamos todavía no ha podido articular una instancia de comunicación social que no incluya el insulto y la descalificación, la amenaza o directamente el disparate, de lo que no ha podido salvarse ni el Papa Francisco ni tampoco su propuesta de la venta de órganos humanos en un mercado de compra venta.

Muchos comunicadores recomiendan no criticar a Milei porque dicen, es una ola que te va a pasar por arriba, vista la adhesión que ha recibido. Yo me pregunto ¿uno puede cuidarse cuando la amenaza lo incluye entre sus víctimas anónimas?

Evidentemente esto pasará y la Historia se encargará de evaluar los efectos de semejante aparición y la cosa moverá a risa o lamento porque aun no sabemos realmente que va a hacer con el poder político con que se lo invista a este personaje histriónico.

En última instancia también se recomienda no intentar oponerse a Milei a través de la razón, con lo que quedamos despojados del arma que podría colocar en su eje sus aspiraciones, independiente de toda especulación electoral, casi como un indispensable remedio para cortar la cadena de trasmisión de la violencia.

Estoy seguro que a semejante candidato se lo debe neutralizar con la razón tratando de desmenuzar con esa lógica sus propuestas formuladas como exabruptos amenazantes.

Se fundamenta además que la gente vota con bronca por los últimos malos gobiernos. Eso no es razón para que se incendie Roma. Sobre las ruinas será muy difícil construir lo nuevo. Mejor sería imaginar construir lo nuevo aprovechando lo bueno que se hizo, para lo cual el nombre  de los autores hay que buscarlos en los libros de Historia. 

El mesianismo de los falsos profetas solo nos conducirá al caos, al cual será fácil acceder a través de la voluntad del voto confundido por la ira. Una vez allí la salida hacia el orden demandará mucho esfuerzo, mucho sacrificio y mucho tiempo.

29/07/2016

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