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25/06/2023

Un burgués pequeño, pequeño…

Un burgués pequeño, pequeño… | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Gerardo Morales ya tiene rosqueada la entrega del litio a empresas norteamericanas. El berretismo político-periodístico dice que los miles que se movilizan en Jujuy están allí “por plata”. Y que las cabezas perforadas por balas de goma o por proyectiles de gas son heridas “autoinfligidas”.

Juan Chaneton *

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Un burgués pequeño, pequeño, esto es, un módico pequeñoburgués, un mediocre a tono con los tiempos, para más y mejor decir, que miente y lo desmiente un cineasta estadounidense y luego vuelve a mentir y lo desmiente un candidato a presidente que lo obligó a borrar la mentira que había colgado en las redes acusando con una foto del año pasado en Guernica y no de este año en San Salvador de Jujuy, a La Cámpora, acusando a esta organización política de los crímenes que él está inspirando en Jujuy ¡so ruin ...!!!

Dice Gerardo Morales que lo que está ocurriendo en Jujuy ocurre por responsabilidad de Grabois, Alberto Fernández y Cristina Kirchner (¡¡¡ ... !!!). Un poco más y les echaba la culpa al Gato Sylvestre y a Pablo Duggan.

Así son estos. Los Morales-Feinman, curten el berretismo político-periodístico y lo único que pueden decir es que los miles que se movilizan en las barricadas callejeras están allí “por plata”; si no dicen eso, tienen que admitir que la sangre en la calle es la prueba del fracaso de sus políticas. Entonces dicen que los docentes y comunidades indígenas están ahí por plata, o que no son jujeños sino de Buenos Aires, o que la sangre que brota de las cabezas perforadas por balas de goma o malamente golpeadas por proyectiles de gas, son “autoinfligidas”. 

Y así, el sujeto emboca en el arte por partida doble: en la literatura y en el cine. Pues evoca al mínimo hombrecito que Alberto Sordi nos regala en la película de Mario Monicelli referida en el título, y encaja también a la perfección en Jean Valjean, esa escoria humana que Victor Hugo retrató en Los Miserables.

Pero lo peor no es nada de eso. Lo peor es que se quiere robar el litio. Y a cambio de algo, como siempre es en estos casos. A Salta, por caso, ya han llegado gringos con dificultades para hacerse entender pero no tanto como para que no se sepa lo que les están diciendo a pobladores y pobladoras pobres de la provincia: nosotros les vamos a dar luz más y mejor que la que tienen ahora, siempre y cuando ustedes apoyen nuestra presencia aquí, pues ya hay algunos que nos están denunciando. Es decir, hacen política estos agentes, y cacarean en Salta capital pero, como el tero, ponen los huevos, más allá, en el límite de la provincia con Chile y Bolivia, donde está el litio y ya hay allí, con trámites de radicación iniciados en secretaría de Minería provincial, empresas Limited Liability Company, LLC (esto es, ese erre ele, en nuestro mejor idioma) que quieren "desplazar a China" del negocio. En eso andan, en averiguar como pinta la cosa popular para quedarse con el litio. En Jujuy cuentan para igual menester, con Gerardo Morales, que es eso lo que se halla detrás de la represión a la protesta popular.

Sin embargo, la represión de hoy es un punto que no juega solo, sino en tándem con el proyecto de robo de la riqueza provincial-nacional. Pues hay que hacer notar que el procedimiento represivo de Morales es preventivo, como lo fue el terrorismo de Estado de Videla, Massera y Agosti. En 1976, había que destruir al único actor social que podía impedir la entrega del patrimonio nacional y la concentración monopólica de la renta nacional que venía a instaurar Martínez de Hoz. Ese actor era la clase obrera organizada institucionalmente y también la organizada por fuera de las instituciones gremiales y dentro de las fábricas, comisiones internas y cuerpos de delegados. Morales hace lo mismo. Los únicos que le pueden frustrar sus negociados de entrega del litio son los trabajadores jujeños, en particular, los más combativos, y contra éstos está abriendo fuego por estos días. En ambos casos, en el de Videla y en el de Morales, hay contrainsurgencia preventiva, ayer con un pretexto (la subversión) y hoy con otro (la quema de la legislatura). Pero a la legislatura la quemaron después de que la negra sangre de una herida abierta en la pelea regara el asfalto de la ciudad. A la sangre de Nelson Mamani, militante político del Partido Obrero, me refiero.

Y junto al litio y cómo robarlo, aparece la otra estafa, la estafa política. Se le empiezan a ver las patas a la sota antes de tiempo, antes de lo que hubiera sido óptimo. También es el “proyecto Larreta” lo que está quedando desnudo en toda su perversidad. Es la “construcción de consensos” para articular las políticas de “cambio” lo que acaba de deschavar, en su verdad pura y dura, la represión moralista en Jujuy. Larreta sabe que sus políticas necesariamente van a desencadenar la autodefensa popular en las calles del país. Y sabe, sobre todo, que sus políticas no son muy diferentes a las de Bullrich o Milei. La diferencia estriba en que él dice que quiere “articular consensos”. Pero esos consensos los quiere para legitimar la represión, no para aplicar políticas que mejoren la vida del pueblo y le abran un curso de acción favorable a la Argentina industrial. Con nadie va a poder consensuar la eliminación de derechos, o envilecer salarios y jubilaciones y eliminar protecciones. Eso lo tienen que hacer solos. Pero para reprimir, sí van a necesitar el apoyo de otros. Larreta salió a respaldar al represor de Jujuy temprano y con énfasis. Y por eso mismo quiere a Schiaretti adentro.

Con todo, el fenómeno es mundial. La democracia en occidente es cada vez menos democrática y ello porque la democracia es una función jurídico-política de lo que acontece en la producción de la riqueza y en su distribución. La concentración y la absorción de pequeñas empresas o bancos quebrados por otros actores del mercado de más envergadura dan cuenta de un fenómeno llamado a extinguir gradualmente los derechos y libertades públicas.

La libertad en modo intenso sólo es compatible con la justicia en igual modo y aquí está el problema para las democracias. Los sistemas políticos de Finlandia y Polonia, por caso, han ido derivando paulatinamente hacia formatos fascistoides y la Unión Europea en su conjunto está -según trascendió recientemente- modificando la ley de medios para autorizar el espionaje a periodistas mediante el uso de software ad-hoc. La excusa es, como siempre, la seguridad nacional. Y el fenómeno tiene su correlato en el Perú, donde la central obrera le reclama a la “presidenta“ en funciones, -la golpista Dina Boluarte- que renuncie antes de que ocurra la tercera toma de Lima.

En Buenos Aires, en tanto, vendría bien una coordinación de la movilización popular, ya que es un disparate la división cuando todos repudian lo mismo: la represión y el hambre por venir si gana Juntos por el Cambio.

Pero, a no olvidar lo esencial: en Jujuy, Morales ya tiene rosqueada la entrega del litio a empresas norteamericanas a cambio de lo que siempre se intercambia en estos casos. Se trata de un gobernador con muchos años agarrado ahí, a la poltrona que su justicia propia le garantiza y legitima formalmente, con la ayuda de insólitos “amigos del pueblo”.

Los tiempos difíciles que vienen requerirán claridad conceptual, audacia y, sobre todo, mucha coherencia. Wado-Manzur es el fruto de una ingeniería tal vez apta para frenar a la derecha en octubre, pero la experiencia Cobos hace ruido todavía. Con este empresario-cristiano-maronita-tucumano, que todo eso es Manzur, se podrá avanzar hasta que los rurales que se autoperciben como “el campo” le pongan el límite. Y para industrializar la Argentina hay que romper ciertos intereses. El hombre devoto del pañuelo celeste y de “las dos vidas” parece (como con Cobos) la mejor opción para sumar votos y para mandar al mediocre Scioli, en las Paso, al desván de los trastos en desuso, pero no para timonear tempestades en el proceloso mar de los enfrentamientos clasistas. Por lo demás, Morales mata gente porque en su espantosa concentración de poder y en sus siniestras persecuciones a opositores de Jujuy, lo apoyaron los peronistas de la legislatura local. ¿Qué van a hacer los buenos peronistas con los peronistas de derecha que siempre tienen adentro y que dicen que son peronistas para mejor impedir que los buenos peronistas desplieguen sus políticas ...?

Parece más de lo mismo. Parece una película setentista. Pardiez ...!



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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