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Las nuevas autoridades del MPN, abrumadoramente de la lista “azul”, asumieron el viernes entre críticas airadas a los reclamos partidarios de Rolando Figueroa. La suerte del oficialismo en la interna por la sucesión ya está echada, falta ahora que juegue el líder de los “violetas” y tome la decisión más trascendente: dar batalla dentro de su partido o romper con el poderoso statu quoy desafiarlo desde afuera. Será a suerte y verdad.
El entorno de Figueroa ha venido agitando desde hace meses la posibilidad de romper el cerco partidario, una jugada de difícil pronóstico y que se sepa sin antecedentes en las internas del MPN, que a lo largo de la historia han sido no pocas veces ásperas y hasta violentas pero siempre dentro del cauce de la propia fuerza.
La semana que concluye Figueroa dio a conocer un pliego de reclamos o exigencias a la conducción partidaria. El documento contiene 20 puntos y aunque es mucho más detallado se enrola en la misma vertiente crítica que el diputado nacional del MPN y sus seguidores han venido exponiendo contra el oficialismo partidario que lideran Jorge Sapag y el gobernador Omar Gutiérrez.
Es un secreto a voces que de un tiempo a esta parte Figueroa ha venido alentando, con encuestas propias y otros argumentos la posibilidad de que Sapag, en su carácter de virtual árbitro del partido gobernante, termine por convencerse de que lo mejor para todos es que retire a su candidato, Marcos Koopmann, y proclame una lista de unidad encabezada por Figueroa.
Justamente por esto último, es difícil saber en qué medida el pliego de demandas de Figueroa es una desinteresada búsqueda de renovación de estructuras fosilizadas o un instrumento de presión para condicionar su permanencia en el partido, teniendo en cuenta que más allá del optimismo de las encuestas, salir a jugar por afuera es en alguna medida un salto al vacío que le puede salir bien al protagonista o terminar en una derrota inédita para ambas alas del partido provincial.
Y esto también porque aunque todo es posible en política, resulta arduo imaginar que alguno de los candidatos de las otras fuerzas políticas, sean de derecha, de centro o de izquierda, ceda su lugar y deponga los intereses de su coalición para ofrecerle gentilmente el primer puesto a Rolando, puesto que parece ser el único que le interesa.
Dicho lo anterior, es preciso reconocer que varios de los reclamos de Figueroa, lejos de parecer caprichosos, resultan justificados y hasta deseables, como por ejemplo la aplicación del sistema D’Hondt para las listas de candidatos o la eliminación de las cláusulas restrictivas para extrapartidarios y afiliados sin antigüedad.
Si bien se podrá decir que una interna lanzada desde hace meses no es el momento apropiado para estos cambios, se trata de transformaciones deseables en el contexto de una fuerza democrática y negarse a abrir un amplio debate interno sobre estos temas suena a desplante autoritario que justifica algunas de las críticas del diputado nacional y sus seguidores.
Hay que decir también, que más allá de la justicia de algunos reclamos, Figueroa no es un recién llegado al partido cuyas estructuras critica. Fue vicegobernador, autoridad partidaria y perteneció al riñón del poder al que ahora critica, de manera que no lo deja bien parado hacerlo como si viniera desde afuera.
Entre los azules, aseguran que aunque Rolando rompa el cerco, ganarán igual. Algo que no deja tranquilo a nadie, porque si se observa la performance del partido provincial en las elecciones de los últimos años se advierte con claridad que no parece sobrarle nada como para encima ir dividido.
Pero es cierto también, que más allá de las cualidades y limitaciones que exhibe el candidato “azul” Marcos Koopmann, quien sin duda ha venido mejorando en su conocimiento público, la propuesta que presenta su sector no se reduce a su persona, por el contrario incluye el peso del aparato del Estado y del partido junto con figuras como la del propio Sapag, Gutiérrez y, sobre todo, el intendente Mariano Gaido. Se sabe, además, que a “Marquitos” lo acompañara una mujer con trayectoria y peso político dentro de su partido.
Gaido en sí mismo la gran apuesta del oficialismo emepenista en la ciudad que concentra más del 40 por ciento del padrón de la provincia. Si en una elección el partido provincial suele no reparar en gastos, en esta ocasión viene tirando la casa por la ventana desde hace tres años. Prácticamente no hay día en el que “Mariano”, acompañado de “Omar” y de “Marcos” no inaugure una obra.
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