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Columnistas
04/09/2022

Decime si exagero

¿Cuántas cosas nos dice la mujer del wampo?

¿Cuántas cosas nos dice la mujer del wampo? | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Se ha difundido el hallazgo arqueológico en Neuquén de tres cuerpos enterrados hace 900 años con ritos funerarios propios del pueblo mapuche ¿Qué cosas nos está diciendo este hallazgo? La historia de este lugar se abre paso, la comunidad científica se expresa y la sociedad debería escuchar con atención.

Fernando Barraza

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Es muy interesante analizar todo lo que disparó la noticia que se divulgó en distintos medios de comunicación durante esta última semana acerca de la publicación de un artículo de Plos One (periódico científico de consulta internacional) acerca de los primeros resultados de la investigación académica en torno al hallazgo de tres cuerpos humanos enterrados con ritos funerarios mapuche en la zona del cerro Newen Antug (en mapuzugun, idioma mapuche: la fuerza/energía del sol) dentro del ejido de la ciudad de San Martín de los Andes, en una ladera de este lugar que actualmente se denomina Cerro Comandante Díaz. A partir de la liberación y publicación de esa data de difusión científica, distintos medios de comunicación masivos recogieron la noticia tratándola con las improntas editoriales que les caracterizan. Veamos algunos titulares:

El portal digital de TN (Todo Noticias) del Grupo Clarín, apostó por la espectacularización tipo serie de Netflix y tituló: “Misterio en San Martín de los Andes: encontraron enterrada a una mujer adentro de una canoa”y -para que la gente no crea que está a punto de leer una noticia policial- el copete de la nota dice: “La chica, que tendría entre 17 y 25 años, habría sido sepultada hace más de 900 años”.

Infobae, en cambio, continuando su línea permanente de preocupación por cómo nos ven como país desde afuera tituló de manera triunfante: “El hallazgo de una mapuche enterrada en una canoa en Argentina que asombra a los científicos del mundo”y en la bajada reforzó la tendencia de demostrar que hemos “quedado bien” frente al mundo y hasta tenemos una marca récord, entonces dicen: “El descubrimiento de los restos de una mujer muerta hace unos 900 años y cerca de San Martín de los Andes, es el entierro más antiguo registrado en canoa de Sudamérica”

La Agencia de Noticias Télam, ente del Estado Nacional, fue el medio convocante que más cerca estuvo de un abordaje con contexto de preexistencia étnica y tituló: “Hallaron el primer enterramiento de una mujer mapuche en una canoa, con 900 años de antigüedad”. Bien directo, bien enfocado.

De entre las empresas privadas, quien más trabajó el tema preexistencia fue Perfil, quien tituló en su principal producto -su portal digital- con un rotundo: “Neuquén: hallan el cuerpo de una mujer mapuche enterrado en una canoa hace 900 años”. Y en la bajada fue directamente al dato que pareciera más le llamó la atención a varios medios, el del “récord de antigüedad” del hallazgo. Entonces dicen: “Se trata de una joven que tenía entre 17 y 25 años. Los investigadores destacaron el entierro como el más antiguo de estas características y ubicado en el punto más austral de Sudamérica”. El trabajo de Perfil como el único medio nacional de los “grandes” que destacó el tema de la pre existencia se plasmó en frases como "(este hallazgo) amplía las características compartidas entre Chile y Argentina, incluyendo aspectos tanto rituales como materiales". Aunque fueron solos pinceladas de análisis de pre existencia, fue importante que aparecieran en algunos tramos de la nota. Ahora, lo curioso es que a la vez que Perfil alienta notas de divulgación con un perfil bastante más apegado al relato científico -que pone en perspectiva histórico/social el hallazgo- es también el medio que se anima a publicar notas científicas mezclándolas con conceptos de raigambre mística o religiosa, de fuerte anclaje en el cristianismo. Si ustedes entran al portal y leen la nota del enterratorio mapuche, encontrarán a mitad de artículo un enlace que promociona otra nota -de la misma sección- que se titula "Encontraron Betsaida, la ciudad perdida donde nació San Pedro y Jesús multiplicó los panes"y es un artículo que da como cierto y corroborado -y no en potencial, ni en sentido figurativo- el acto de la multiplicación de los panes y los peces narrado en el Nuevo Testamento cristiano. Curioso.

 

Para terminar este repaso de repercusiones, veamos con una lupa regional y con atención singular el modo y la forma en la que el Diario Rio Negro, el de mayor llegada local, reflejó la noticia.

La editorial viene teniendo desde hace algunos años un peculiar punto de vista sobre la temática mapuche, se puede leer en las entrelíneas de las crónicas de la actualidad que el diario hace y que involucran el tema, en las notas de opinión y hasta en la permisividad que el medio permite en sostener y no eliminar comentarios de odio rayanos a lo ilegal (o directamente ilegales) que algunos lectores dejan en los foros públicos. No hay como constatar fehacientemente si esta tendencia editorial hizo que la nota haya sido publicada de la manera en la que se publicó, pero lo cierto es que, a pesar de estar la empresa radicada geográficamente en territorios donde reside el 90% de la población mapuche que habita del lado este de la cordillera, se optó por no incluir la palabra “mapuche” ni en el título, ni en la bajada. Recién en el tramo final del segundo párrafo aparece la primera mención a la pertenencia étnico cultural mapuche del hallazgo. Y no solo esto: nunca se tiene un punto de vista editorial propio, ni se utiliza el término “mapuche” fuera de las menciones parafraseadas del artículo de origen. Mucho menos se consulta a autoridades mapuche de nuestra región. Esta clara falta de perspectiva analítico histórica que traslade el hallazgo a un plano de actualidad es notable.

Y esa tendencia, lo repetimos, no es prioritaria del gran medio regional: sobrevuela la mayoría de los artículos escritos y publicados sobre el tema. En este avistaje se puede concluir -sin temor a equivocarse- que es bajísimo el porcentaje de medios que se animó a colocar en perspectiva intercultural la noticia. Y solo uno, o dos, fueron los que decidieron correrse por completo de un abordaje museológico de la noticia.

Para la mayoría de los medios lo que se “descubrió” (utilicemos la palabra descubrir en el sentido de “destapar”) en el cerro Newen Antv fue tratado editorialmente con una ahistoricidad notable, casi como si se pudiera equiparar al hallazgo del fósil en buen estado de un nuevo dinosaurio carnívoro.

El error de posicionarse en esta perspectiva ahistórica es crucial, porque en vez de reforzar la idea de la preexistencia de una cultura viva y en un periodo de fortalecimiento notable (la mapuche, claro está) lo que se hace es tender un puente directo para desconocer esa cultura, al punto tal de convertirla en algo del pasado, algo que ya no está. Esa es una gran torcedura de la realidad, ni más ni menos que una gran mentira.

Hacer desaparecer las culturas originarias fue la gran apuesta de los colonialismos desde el siglo XV al XVIII y del liberalismo positivista del siglo XIX. En todas las campañas de avance territorial y de imposición cultural y política que sucedieron durante todos esas centurias, la estrategia fue la misma: exterminio directo, genocidio.

Hoy los derechos internacionales consagrados hacen que ese método de aniquilación brutal no sea posible, pero la ahistoricidad -a pesar de estar construida de palabras y no de espadas y pólvora- llega y se instala para hacer el mismo trabajo.

A veces la falta de perspectiva histórica en los medios trabaja por encargo y a veces trabaja por inercia, con los coletazos mismos de la colonización del pensamiento que -desgraciadamente- nos habita a las personas desde la cuna. Por eso es dable pensar que todos los artículos que se escribieron sobre este descubrimiento y que no honran la historia cultural del hallazgo, no fueron escritos con una intención política digitada, “mala” y prescripta por las lineas editoriales de los medios. Algunas de todas esas notas ahistóricas deben haberse sucedido porque -por desgracia- estamos sumergidos en una colonización tal de nuestro pensamiento, que no alcanzamos a notar que pasando por alto toda perspectiva histórica, estamos volviendo a hacer desaparecer una cultura viva de un solo plumazo.

No es menor el siguiente dato: el único periodista especializado en divulgación científica que resalta el agradecimiento que el equipo de arqueólogos que participan del proyecto hacen a la comunidad Curruhuinca por la perfecta señalización del enterratorio y la predisposición total para realizar los ejercicios de descubrimiento, es Federico Kukso. Fuera de él, nadie menciona la importancia de una comunidad actual en la construcción efectiva de este importante hallazgo arqueológico.

Que la comunidad Curruhuinca, actora fundamental de la actual vida social de San Martín de los Andes, haya sido la llave que hizo posible este acontecimiento de conocimiento para toda la humanidad parece ser un detalle que poco o nada interesa a los medios. Allí también hay ahistoricidad y -por que no- cierto grado de racismo positivista

La manera en la que los científicos llegan hasta estos cuerpos despedidos en una ceremonia de wampvjvwun ( wampo-pvjv-wun), que puede interpretarse (mas que traducirse) como la acción de “quedarse hasta el amanecer con el espíritu en la canoa”, ha sido posible por la señalización del lugar hecha por los propios descendientes de esas personas.

¿Importa si el lugar permaneció 900 años “señalado” con cenkes (chenques) que las comunidades de la región sabían reconocer con exactitud o si la marcación perfecta del lugar trascendió a través de relatos intergeneracionales que daban cuenta de dónde estaba enclavado ese lugar sagrado de despedida de los cuerpos? Y sí, a los científicos sí les ha de interesar, pero a la sociedad en general más le debería interesar la continuidad de ese conocimiento, que se “movió” a través de las centurias hasta llegar a nuestros días. Días en los que la cultura mapuche está viva.

Todo esto, a pesar de ser una evidencia clara de pre existencia del pueblo mapuche a ambos lados de lo que hoy son los Estados argentino y chileno, y a pesar de tejer un puente directo de la continuidad de esa cultura hasta nuestros días, no es atendido ni pareciera generar el interés que realmente merece. Ese es un error tremendo, y es la confirmación de que es enorme la deuda de nuestras sociedades colonizadas con la multiculturalidad.

Ilustra mucho al respecto el enfoque que el comunicador y Licenciado en Ciencias Políticas Adrián Moyano, autor de importantísimas obras de reseña histórica sobre el pueblo mapuche, hace sobre el caso puntual de la mujer del wampo. Él prefiere hablar sobre este hallazgo arqueológico como una “confirmación” más que como un “descubrimiento”, dice:

No me sorprende tanto esta confirmación, que si bien tiene tintes espectaculares, no es excepcional. Hay muchos hallazgos arqueológicos anteriores, que se refieren al oeste de la provincia de Rio Negro, a Neuquén o al oeste de La Pampa que denotan la presencia de cultura mapuche no solo antes de que llegaran los españoles a esta zona, sino de cuando España ni siquiera existía. Eso está presente a través de manifestaciones cerámicas o de la actividad de los Malal en la zona del Aluminé y del Río Malleo. La arqueología viene dando cuenta de la presencia de la existencia de gente que evidentemente participaba de la cultura mapuche dentro de lo que actualmente es jurisdicción argentina cuando -insisto- España ni siquiera había logrado su identidad como entidad política. Además lo que viene a ratificar la arqueología está ya confirmado por las fuentes históricas desde hace tiempo, con textos de los siglos XVI en adelante, cuando llegan las primeras expediciones españolas al este de la Cordillera de los Andes y dan cuenta de la existencia de personas a la que los cronistas llaman puelches, además de toponimia en mapuzugun. Toda esa gente hablaba en mapuzugun, y eso no es menor, porque hablar en mapuzugun denota una representación del universo, habla de como es la relación de las personas con el universo, con esa naturaleza que habita. Expresarse en mapuzugun implica una adhesión al Az Mapu (código tradicional del Pueblo Mapuche), de hecho en las crónicas hay menciones al Az Mapu que son antiquísimas, del Siglo XVI. Entonces lo nuevo que hace este hallazgo arqueológico es estirar el lapso temporal varios siglos antes, pero llega para reafirmar todo lo que ya se conocía”.

Los datos son incontrastables, sin embargo los caminos de la negación y el racismo cierran puertas con una fuerza virulenta. Analizando de manera lógica todos los cabos a por atar en temáticas relacionadas a pre existencia y continuidad en vigencia de las culturas originarias, da la sensación de que podríamos salir con poco y muy fácilmente de esta espiral de discursos de odio que solo buscan frenar lo irrefrenable: la existencia misma, sin embargo aquí estamos: en el pico de tensión de una avanzada racista y de odio que entra en sintonía con todos los hechos violentos que construyen este proyecto de sociedad alterada que avienta la derecha internacional, incluido el de este mismo fin de semana, con el atentado magnicida a la vicepresidenta. Una síntesis que da cuenta y denuncia esas escaladas racistas coordinadas a todo nivel es el breve pero asertivo comunicado de repudio que publicó la Confederación Mapuche de Neuquén minutos después de que se confirmara que lo que había ocurrido el viernes por la noche en Recoleta había sido un atentado criminal. El texto dice:

Repudiamos firmemente el atentado contra la Vicepresidenta Cristina Fernández. Estas son situaciones a las que llevan los discursos de odio y violencia a los que nos quiere acostumbrar la derecha racista. Es necesario defender la Democracia -con todo y sus limitaciones- y repudiar estos hechos. Es necesario reconstruir un nuevo pacto social ara el país, una nueva Constitución, donde se fortalezca la diversidad y se abandonen las posturas violentistas”

Parecen hechos incomparables. Un intento de magnicidio y el racismo permanente por acción u omisión, sin embargo todo construye un espíritu de época que deberíamos analizar para intentar modificar en sus puntos oscuros y nocivos. En el texto de la Confederación subyace esa idea con bastante nitidez.

Por eso, desde el hoy, la mujer que fue enterrada en su wampo para que su pvjv (espíritu) viaje al kvlcemapu tras ese acto del wampungvn, está aquí: “desvelada” por la ciencia. Ella reposa en ese mirador llamado por la gente del lugar como Azkintvwe (el lugar de la mirada, de la búsqueda) y desde allí nos cuenta varias cosas importantes 900 después de haber partido. Todas ellas son buenas cosas, todas tienen un anclaje en una forma de entender la vida que aun sigue vigente.

¿Estamos dispuestos a escucharla y deconstruir tantos siglos de de colonización y odio inoculados?

Sería bueno ir terminando esta nota con una foto, la del wampo que este otoño el Lofce (comunidad) Kintvpvray de Villa La Angostura puso a navegar en el Lago Correntoso, atravesando sus aguas para hacer una ceremonia de Xafkintv (intercambio) con los lofce de la otra orilla del lago. Esta foto representa la continuidad entre lo que sucedió hace 900 años y lo que aun sucede.

Finalmente: hay una palabra en mapuzugun que nombra el deseo de que las cosas sucedan, esa palabra es pewmagen, que se puede interpretar en una traducción abierta como el deseo de que se haga presente el “alma del sueño” (pewma es sueño, gen es espíritu, fuerza o alma). Cada mapuche que nombra esta palabra abre el camino de deseo para que algo suceda.

Pewmagen la mujer del wampo ayude a cerrarle la puerta al odio ignorante.

29/07/2016

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