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17/07/2022

La ensalada de la derecha

La ensalada de la derecha | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El MPN desperdició su participación accionaria en las centrales hidroeléctricas con el desmanejo de lo que fueron las "joyas de la abuela". Ahora debería explicitar qué quiere hacer. El investigador de la ruta de aquellos fondos perdidos, Ricardo López Murphy, el denunciante de la “cámara oculta” Jorge Taylor y Jorge Sobisch comparten el mismo espacio político.

Gerardo Bilardo

Cuando tuvo en sus manos una participación accionaria minoritaria en las centrales hidroeléctricas de la región,el MPN desperdició la oportunidad de sostener todas sus posiciones en una industria de energías limpias: dos de las cuatro inversiones hechas con recursos que conformaron las "joyas de la abuela", cobradas por el exgobernador Jorge Sobisch en la década del ´90, se perdieron en operaciones ruinosas.

Con otros protagonistas pero con una historia que se enlaza -no hay forma de desacoplar más de 60 años de presencia política hegemónica de un mismo partido-, el oficialismo local vuelve a la carga por las centrales con nuevos argumentos: aspira a una transferencia del gobierno central del poder decisión sobre las unidades de negocio una vez concluidos los plazos de concesión, lo que sucederá en el 2023 en todos los casos menos en uno, Pichi Picún Leufú, que tiene gerenciamiento privado hasta el 2029.

El MPN debería hacerse cargo del pasado sobischista, al menos en este punto de desmanejo de recursos, y explicitar qué es lo que quiere hacer con las centrales, es decir si está pensando en una administración estatal, conducir una segunda etapa de las concesiones o piensa en privatizarlas.

Una actualización de memoria para recordar qué hizo el MPN con su primer desembarco en las centrales hidroeléctricas. En 1993 ingresaron a la provincia poco más de 700 millones de pesos/dólares, el equivalente a un presupuesto de aquellos años. Los recursos eran parte de los 3.200 millones que el gobierno de Carlos Menem destinó para cancelar deudas con provincias petroleras por regalías mal liquidadas, a cambio de un respaldo político de gobernadores y legisladores de las provincias beneficiadas para avanzar con la desregulación del sector energético y la privatización de empresas del rubro, entre ellas Hidronor, responsable de la construcción y administración del complejo de centrales de generación de energía ubicadas sobre los ríos Limay y Neuquén.

La gestión de Sobisch recibió la mayor parte del dinero en bonos (614 millones), con los que compró acciones de YPF que a su vez vendió para obtener efectivo. Por esos movimientos pagó un costo financiero de 16,6 millones de pesos.

Aquel revoleo de recursos extraordinarios representó una oportunidad para pensar otro tipo de desarrollo en Neuquén, pero el dinero se esfumó en muy poco tiempo, mayormente en gastos corrientes. Cuando a Sobisch lo reemplazó Felipe Sapag en diciembre de 1995 solo quedaban 6 millones en efectivo, según el resultado de la auditoría contratada por la provincia a FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), con Ricardo López Murphy a la cabeza de la investigación y vocero de las lapidarias conclusiones.

Con parte de esos fondos Neuquén compró el 19,5% de acciones clase B en Alicura, el 39% en Cerros Colorados, el 13% en Piedra del Aguila y el 29,9% en El Chocón. Destinó para ese fin unos 280 millones, pero Sobisch y Sapag vendieron las acciones en dos de las cuatro centrales para atender necesidades de financiamieno de gastos corrientes. Neuquén perdió su participación en Alicura -se invirtieron 58,5 millones por acciones que luego se vendieron en 4,5 millones-, y se desprendió de los papeles de Cerros Colorados, por cuyas acciones se pagaron 48,8 millones y se liquidaron en 39,9 millones. Entre ambas operaciones, la provincia perdió 63 millones de pesos/dólares.

Neuquén sumó, ya en el gobierno de Felipe Sapag, acciones clase B en Pichi Picún Leufú, pero la participación del 24,5% de la provincia se pagó con regalías que no se cobraron durante un tiempo, a cambio de terminar la obra que estuvo paralizada por problemas de financiamiento.

El diario La Nación publicó el 6 de julio último que en Santa Cruz "solo quedan" 9.295 dólares en efectivo de aquel acuerdo con Nación. Esa provincia recibió, cuando el gobernador era Néstor Kirchner, 630 millones de pesos/dólares. Si se toma por válido lo que publicó un diario que se prende en cuanta campaña antikirchnerista anda dando vuelta, una mirada comparada permite otra interpretación: Neuquén agotó el tanque adicional de combustible en menos de tres años y los santacruceños, 30 años después, no "solo" sino "aún" disponen de efectivo.

Sobisch, que esta semana recibió el visto bueno de Juntos por el Cambio para presentarse a una interna por la candidatura a gobernador por ese espacio de la derecha neuquina si, entre otros trámites, se afilia a Encuentro Republicano de Miguel Ángel Pichetto que ya forma parte de la alianza política, tuvo mirada corta cuando tuvo que decidir sobre aquellos fondos. Aquí van otros dos dislates:

* Se inyectaron 50 millones al denominado Fondo de Desarrollo Productivo, que dependía del exministro Elías Sapag, hermano de Jorge Sapag. Se usaron para otorgar créditos, pero salieron sin garantías reales. Hubo investigación judicial sin condenas.

* Maniobra ruinosa, detectada en este caso por la Fundación Capital de Martín Redrado, que puso la mirada en la timba financiera, canalizada por la provincia a través del BPN en la financiera Argemofin que dejó un saldo negativo de 72 millones de pesos/dólares. Esta jugada también derivó en la apertura de una causa judicial que se cerró.

De las joyas de la abuela quedan las acciones en El Chocón y Piedra del Aguila, y algunas obras como un tramo de la multitrocha a Plottier, la que une Neuquén capital con Centenario, el puente Centenario-Cinco Saltos y el estadio Ruca Che. El informe que entregó López Murphy al gobierno de Felipe Sapag fue categórico en sus conclusiones:"Resulta difícil seguir el curso de las inversiones efectuadas con estos recursos".

Aquél Sobisch que gastó más de lo que dejó después de administrar dinero extra, comparte hoy el mismo espacio ideológico con López Murphy que lo investigó a pedido de un rival. Inclusive, en una hipotética interna de Juntos por el Cambio, puede que se cruce con Jorge Taylor, el exdiputado que lo denunció a fines de 2002, utilizando una cámara oculta, por intento de soborno, a cambio de respaldo legislativo para el nombramientos de vocales en el Tribunal Superior de Justicia, una causa en la que Sobisch fue sobreseído años más tarde.

Este cruce entre el pasado y el presente de la derecha en Neuquén es ahora una ensalada con ingredientes conocidos y otros nuevos, como Pablo Cervi, la pieza que el radicalismo promueve como precandidato a gobernador y a la que el MPN sigue de cerca. Por las dudas, el partido provincial ya metió cuchara en esta ensaladera que, por si fuera poca mezcla, empezó a frecuentar Ramón Rioseco, socio en el Frente de Todos por el Frente y la Participación Neuquina.

29/07/2016

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