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02/10/2016

El Mini-Davos y la lluvia de inversiones

El Mini-Davos y la lluvia de inversiones | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

De enero a agosto, la inversión extranjera directa sumó 1.642 millones de dólares, mientras que el envío de utilidades al exterior alcanzó a 1.916 millones. Un paisano podría decir que la lluvia fue de abajo hacia arriba.

Humberto Zambon

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El actual gobierno viene anunciando desde antes de asumir que, en función de la confianza internacional que genera, vendría al país una lluvia de inversiones.

Para lograrlo, en primer lugar, pagó a los fondos buitres lo que ellos pedían, sin mayor discusión, cuando se habían ganado todos los juicios planteados internacionalmente, excepto en la justicia norteamericana, y se tenía el apoyo político abrumador de la Asamblea de las Naciones Unidas.

Posteriormente el Presidente concurrió al Foro Económico Mundial, más conocido como el “Foro de Davos”, del que Argentina en los últimos 12 años se negó a participar. Cabe recordar que este foro está organizado y financiado por las principales empresas multinacionales (según la información circulante en Internet las empresas miembro típicas facturan más de 5.000 millones de dólares anuales) y a la reunión en Davos (Suiza) concurren, además de los miembros,  por estricta invitación los líderes empresarios y políticos del mundo, del periodismo y de la intelectualidad. Conociendo quienes son los que financian no es necesario detenerse en analizar cuál es la base ideológica que caracteriza al encuentro. En especial allí van dirigentes políticos para garantizar que en sus respectivos países no se discute ni la primacía del mercado ni la seguridad jurídica de las inversiones, lo que en castellano significa que nadie se va a animar a tocar los privilegios de las trasnacionales y sus socios, y, como de pasada, los países de la periferia mundial van a “tirar la manga” para conseguir migajas de la torta que allí se maneja.

Finalmente el país organizó en Buenos Aires un “Mini Davos” financiado por nosotros (aunque no sabemos cuánto salió la fiesta) y al que concurrieron unos 1.900 invitados. Es importante saber que el gobierno informó en su folletería que somos un país en crecimiento económico, buena situación social y prácticamente sin deuda externa, lo que cambia un poco su visión sobre la “herencia recibida”.

Vamos a los resultados. De enero a agosto de este año la inversión extranjera directa sumó 1.642 millones de dólares, mientras que el envío de utilidades al exterior alcanzó a 1.916 millones. Un paisano podría decir que la lluvia fue de abajo hacia arriba y se terminaron llevando casi 300 millones de dólares.

El 23 de setiembre desde el ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas se comunicó que el Mini-Davos dejó anuncios y promesas de inversión por 8.290 millones de dólares. Para analizar la importancia de esta cifra cabe compararla con la de los años pasados: el promedio de inversión extranjera directa de los cinco años transcurridos entre 2010 y 2014, en plena crisis mundial y en medio de la lucha judicial por parte de los fondos buitres, fue de 11.670 millones de dólares anuales, con pico en el año 2012 de 15.324 millones, casi el doble de las promesas anunciadas.

Alguien podría pensar que capitular frente a los fondos buitre y pagarles unos 10 mil millones de dólares para conseguir tan poco ha sido un pésimo negocio. Pero se trataría de un juicio de valor en los que no queremos entrar. Que las conclusiones y los juicios valorativos los haga el lector.

29/07/2016

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