El partido que lidera a nivel nacional Sergio Massa ocupó, con algo más de 90.000 votos, el segundo lugar en las últimas elecciones sin tener candidato en esta provincia. Hoy la realidad marca que es una verdadera incógnita, no por ausencia de referentes, sino porque parece haberse transformado en una embajada.

Por un lado varios eventuales candidatos sin mucho conocimiento de la sociedad que apetecen ser designados como embajadores o al menos un consulado y por otro, varios de los conocidos que vienen de antes de diferentes vertientes, que buscan que les den asilo político en el lugar.

En el 2014 y hasta mediados del 2015 Massa contó con el apoyo del gobernador Weretilneck que luego optó por no llevar candidatos nacionales. Después sumó los  ya conocidos sectores que tenía el partido como el vecinalista Compromiso Cívico y Social de Bariloche y Unidos por Río Negro, más tarde llegaron Tercera Posición y se conformó con anclaje en Bariloche y con la denominación de Partido Renovador, lo que aparenta ser la mesa promotora oficial que lidera Cristian Jácamo.

Y en busca del asilo político desfilaron en estos últimos tiempos figuras de la talla de Ovidio Zúñiga, César Barbeito, Juan Huentelaf, Julián Goinhex, Roberto Vargas, que en todos los casos o dicen que están en conversaciones o que son los referentes provinciales del partido de Massa.

Sabido es la relación que el actual diputado nacional mantiene con el senador Miguel Pichetto por lo que no es de extrañarse que algunos o muchos de los que fueron fieles seguidores del ex candidato a gobernador puedan por propia iniciativa o por indicaciones por lo bajo, estar inclinando la balanza hacia esa posibilidad.

Habrá otros “compañeros” de lo que fue el peronismo rionegrino que no condicen ni con las formas ni con los modos del actual presidente del partido y ya autopostulado candidato a gobernador, Martín Soria y algunos más que quieren definitivamente alejarse del kirchnerismo y que evalúan que tienen dos caminos; el oficialismo de Weretilneck o el partido de Massa.

Hay un lote importante de partidarios de Pichetto que sienten que han quedado a la deriva tras la decisión de su conductor de alejarse de la actividad en el territorio provincial. La semana que pasó quedó evidenciada esta situación con la diferenciada postura pública de dos de los históricos y principales allegados al senador como son los legisladores Javier Iud y Ariel Rivero.

El primero manifestó que estaban en libertad de acción ya que su líder decidió alejarse de la política partidaria provincial, en tanto que Rivero afirmó que “a mí me sigue conduciendo al Miguel Pichetto que está más vigente que nunca, entonces los que creen o incluso les gusta que no actúe en la política de Río Negro están equivocados”.

Incluso Rivero habló de unidad, gobernabilidad y consensos casi que en el mismo tono que su referente, que decididamente no es la posición del actual presidente de su partido en la provincia.

Deben tenerse en cuenta también algunas apreciaciones del dirigente gastronómico Roberto Vargas, que fue legislador provincial también apadrinado por Pichetto y que ya mencionábamos como impulsor del Frente Renovador por estos lares.

Dijo que está conformando aquí el movimiento Tercera Posición que a nivel nacional lidera la diputada del Frente Renovador Graciela Caamaño, esposa del líder gastronómico Luis Barrionuevo, que sigue cerca y respaldando a Pichetto y que él se alejó del partido justicialista por la mala relación que tiene con Martín Soria a quien calificó de agresivo y soberbio.

La novedad surgida en las últimas horas de que también el titular del gremio de los camioneros y de la CGT rionegrina, Rubén Belich se sumaría a las filas del partido de Massa, es otro hecho que tiene significación política importante y que repercutirá en el nivel gremial y político rionegrino. 

Belich brindó su apoyo al senador Miguel Angel Pichetto en las elecciones del 2015 y su ubicación en el campo sindical siempre lo encontró enfrentado con el sector cegetista que lidera el titular del sindicato de la fruta, Rubén López, que en esa misma oportunidad estuvo alineado y lo sigue estando ahora y como legislador provincial, con el gobernador Alberto Weretilneck y su partido Juntos Somos Río Negro.

No es descabellado pensar, en consecuencia, que hay varios referentes cercanos a lo que aparece hasta ahora como un “pichettismo guacho” que no parecen estar tan huérfanos y que se van encaminando, con instrucciones o no, a tomar similares posiciones a las que pretende el senador en la política nacional, pero trasladadas a nuestros pagos.

De confirmarse esta especulación podría el peronismo rionegrino comandado por Martín Soria sufrir un fuerte golpe y otra división como las tantas que ha tenido a lo largo de su historia y que lo catapultó durante 30 años a no poder llegar a erigirse en gobierno en la provincia.

Finalmente cuando todo parecía que los desencuentros se habían superado llegaron a ese objetivo en 2011, y a los pocos días de iniciado, tuvo el fatal desenlace por todos conocidos.

La dispersión solo se evitaría si Soria fuese seducido por las huestes “massistas” cosa por ahora improbable por los nombres del justicialismo que van conformando el Frente Renovador local que en su mayoría se han alejado por desacuerdos y enfrentamientos con él.

La otra alternativa es que el joven intendente roquense decidiera tomar esa opción al verse en notoria desventaja para las elecciones de medio término del año que viene, ante el oficialismo de Weretilneck o incluso por debajo de lo que forme el Renovador o Cambiemos.

Sin dudas una mala perfomance en el 2017, yendo su hermana de candidata o quien fuera, enterrarían lógicamente sus intenciones de llegar a Laprida 212 en 2019.