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10/11/2021

Movimiento Pendular Neuquino

Movimiento Pendular Neuquino | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

¿Qué hay detrás de la oposición dura de Jorge Sapag, el gobernador Omar Gutiérrez y el candidato Rolando Figueroa, al proyecto de ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas?

Adrián Díaz

Sin dudas, el tiempo amorfo y de mucha angustia que abarcó la pandemia mundial durante 2020/21, parece estar encaminando a la sociedad hacia la paulatina normalización de la vida y la actividad económica.

Si bien los muertos directos e indirectos de la pandemia se cuentan en millones de personas a nivel mundial, se avizora un tiempo diferente y por tal, muchas cuestiones que dejan de estar latentes para hacerse visibles y generar las condiciones para esta nueva etapa del capitalismo, donde no está claro hacia dónde girarán las formas y las gestiones de los estados según el favor del viento, que parecen correr en dirección a la derecha.

Los datos económicos y sociales a nivel mundial indican que la pandemia, ha acrecentado las desigualdades, los más ricos han incrementado sus ganancias y los más pobres han seguido cayendo en la pobreza, arrastrando a las capas medias hacia la pauperización y deteniendo el ascenso social en gran parte del mundo.

En este contexto y dentro del reparto internacional del trabajo, la Argentina golpeada por un empobrecimiento de la estructura económica productiva, ajuste, aumento inflacionario, caída de los salarios y alto endeudamiento internacional heredados del gobierno de la alianza Cambiemos, trata de capear la crisis económica y social generada por el COVID, en medio de un descontento social que lima la legitimidad y la fuerza electoral lograda en 2019 por el Frente de Todos.

Dentro de esta nueva crisis, el modelo del capitalismo extractivista, parece ser conjuntamente con el segmento agro exportador, las herramientas que podrían ayudar para volver a la senda del crecimiento y la recuperación económica que el país necesita.

En este contexto, la provincia del Neuquén está llamada a asumir un protagonismo elemental por ser la sede de la formación Vaca Muerta y, por ende, la estrategia es que se intenta poner nuevamente a la Argentina en el camino de la generación de divisas, a la vez que se busca retomar el camino hacia la soberanía energética que quedó trunca en el período macrista.

Es así donde las cuestiones de la geopolítica criolla siguen marcando el compás de un tire y afloje, en un campo donde juegan todas las variables de la economía (que siempre es economía política).

Sin dudas el MPN es un actor excluyente al momento de caracterizar el orden de intereses que juegan dentro del concierto de Vaca Muerta. Siendo el partido provincial que nacido al calor de la proscripción del peronismo en el año 1961 (como alternativa popular), es un partido que siempre ha canalizado las preferencias del electorado desde el retorno a la democracia que ha cumplido 38 años desde la histórica jornada del 30 de octubre de 1983.

Como tal, el MPN siempre ha sido un partido que ha ejercido el poder y el control del Estado, superando crisis y amenazas de cismas a lo largo del período resolviéndolo a través de un complejo mecanismo de democracia partidaria a través de históricas internas, como la de los amarillos contra los blancos en los 90, la de los blancos contra los azules un poco más cerca.

Es innegable que los tiempos y el baile político, siempre han sido al son de la interna del partido provincial, mal que les pese a todas las fuerzas de la oposición presente en la provincia. Los diferentes gobiernos del MPN han sido ajedrecistas en las relaciones con el Poder Ejecutivo nacional, sabiendo acomodarse a los tiempos reinantes, ya sea para un lado o para el otro de la grieta en la que parece sumergida la argentina.

Desde las posturas asumidas por los diferentes representantes legislativos del partido en el orden nacional, a lo largo de la historia se puede vislumbrar que el arte de la negociación ha sido fundamental para seguir legitimándose como un actor político central al momento de definir políticas de gestión en materia energética por ser la provincia con una reserva de hidrocarburos, capaz de equilibrar la balanza tan necesaria en la golpeada y endeudada economía del país.

Así las cosas, el 12 de septiembre ha marcado nuevamente el compás de la renovada interna del partido provincial, donde Rolando Figueroa ha sido claramente quién canalizó el “voto bronca”, que pareció estar dirigido en primer término al gobierno central y en segundo orden, al gobierno de Omar Gutiérrez.

Como resultado, se han abierto los juegos en donde los dirigentes se van alineando en base a los resultados y con la mira puesta en 2023. Claro que, dentro de esta situación interna de la provincia, no todas las voces tienen el mismo tenor en cuanto a la cuestión de la gestión nacional.

Evidencia de ello, son las diferentes posturas con respecto a la ley de promoción de hidrocarburos, impulsada por la secretaría de energía nacional, a cargo de Darío Martínez quien se vislumbra como una figura central en el futuro político de la provincia y tal vez, esta sea una de las causas que avivan los posicionamientos para ganar terreno por parte del candidato del MPN, en miras al 2023.

Dentro de la lógica pendular que ha asumido históricamente el partido provincial, siempre ha habido márgenes que permitieran una zona de negociación con las administraciones que han pasado y pasarán por Balcarce 50 de la CABA.

Dentro de esta zona parece ubicarse el secretario general de los petroleros de base, quién en contraposición al gobernador Gutiérrez y el candidato Figueroa, ratifica su apoyo a la ley impulsada por el ejecutivo nacional, alineándose con voz y peso propio en esta pulseada, que seguramente se resolverá después de las elecciones del próximo 14 de noviembre.

Lo que indefectiblemente permanece estático en la discusión del modelo económico es el péndulo entre el capitalismo financiero- capitalismo productivista, dentro de un modelo extractivo que sigue segregando poblaciones y aniquilando ecosistemas a lo largo del país, sin que el Estado en todos sus órdenes intervenga en una línea de orden para el progreso con respeto a las diversas territorialidades y el respeto al medio ambiente.

Mientras el desmonte y empobrecimiento de los suelos, no son parte de la agenda de la dirigencia empresarial y política, las consecuencias ya se hacen sentir en las diferentes geografías, donde Neuquén no es la excepción. Esta es una clara consecuencia de no haber asumido el compromiso que el estado nacional solicitó mediante la Ley 26160 que hubiera permitido tener un sinceramiento en materia de posesión de la tierra y a la vez, ser una herramienta que podría haber llevado a un encausamiento correcto con respecto a las disputas territoriales que existen en la actualidad.

Por ello, la implantación del discurso sobre “el centralismo porteño” enarbolando el “federalismo”, ya usado en otras etapas de la historia por dirigentes del MPN, resulta remanido, y coloca una vez más la atención del electorado en la estrategia de buscar la agresión externa (como si Neuquén fuera un Estado isla), para lograr cohesión bajo su conducción y retener al electorado provincial de su lado.

Bajo el argumento que no es compartidopor el gobierno central, empresarios y sindicatos, sobre la afectación de la soberanía y propiedad de los recursos, es necesario señalar que es un punto de partida falso. Estos derechos fueron cedidos por el Estado nacional en la reforma constitucional de 1994 (art. 124), en primer término y luego mediante la Ley 26.197, más conocida como ley corta.

Cabe aquí preguntarnos, ¿qué hay detrás de la oposición dura de Jorge Sapag, el gobernador Gutiérrez y el candidato Figueroa, al proyecto de ley de promoción de producción de hidrocarburos?...

Si miramos un poco la historia reciente y repasamos lo que ella enseña, en la lógica pendular, podemos encontrar entre los antecedentes que los principales dirigentes del partido provincial formaron parte del gobierno de Jorge Sobisch, que en sintonía con el gobierno de De la Rúa, le perdonaron por millones de dólares mediante excepción el impuesto a los sellos durante el año 2000, al grupo Repsol… en una provincia que era emblema del desastre social y origen de las puebladas que hicieron historia.

Y esta acción del gobierno del partido provincial encabezado entonces por Jorge Sobisch, se hizo bajo los mismos términos y el discurso del tan mentado federalismo.

Por ello, cuando se habla de federalismo, se debería hacer y defender con la coherencia y teniendo en cuenta qué, cómo y cuánto se hizo para hacer valer los derechos que nos atañen a todos los neuquinos. Sería un buen momento que quién ejerza este tipo de discurso, lo haga elevando la discusión en honor a la representación popular que lo elige para gestionar, es hora de que el federalismo deje de tener un discurso de doble vara cuando sirve sólo a los intereses de una parte de los intereses de las y los neuquinos.


 


 

29/07/2016

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