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Sin ningún tipo de escrúpulos, se inscribió en la historia de Neuquén un hecho inédito: el Intendente de la ciudad logró que los concejales le aprueben un nuevo contrato eléctrico con la cooperativa CALF, de forma directa, por 25 años (20 años más 5 años de prórroga), a “costo cero”, con una tarifa transitoria (que se incrementa periódicamente) hasta que se realice un estudio tarifario, el cual prometen llevar a cabo en 2-4 años, y cuyos términos de referencia surgirían de una auditoria, también a futuro, plasmados en una nueva ordenanza. Los contratos con la cooperativa siempre fueron por 10 años.
Así las cosas, lo único concreto que se aprobó ayer es asegurarle al partido gobernante un negocio cautivo y multimillonario, disfrazado de cooperativismo, donde se obvió la audiencia pública y con escasa información a la sociedad. Con estas señales, todo indica que las cosas empeorarían para los usuarios, dado queel municipio profundiza el hecho de atender a los dos lados del mostrador, con una inclinación muy clara.
Subrepticiamente y sin muchas explicaciones, con información engañosa, insustancial, y algunas expresiones reñidas con la verdad (“…acordaron un despacho que contiene lo establecido y acordado en el Marco Regulatorio…”), ya se había anunciado a los medios, antes del tratamiento en el recinto, que estaban los votos para aprobar el nuevo contrato del servicio eléctrico. El proyecto que se votó ayer, no tiene cambios importantes, a pesar de la “supuesta” apertura del año pasado a otras voces (Cámaras Empresariales, Organizaciones, Colegios Profesionales y Usuarios), que plantearon un tema central: años que la ciudad padece una de las tarifas más caras del país. Nadie habla ni reconoce esto.
Este nuevo contrato, similar al que presentaron al principio (un engendro), deja supeditado hacia el futuro el cuadro tarifario final sin ningún condicionamiento previo, habilitando el camino hacia un sistema eléctrico con tarifas altas para los próximos 25 años (como ocurre actualmente). Esto perjudicaría enormemente a los vecinos y a la ciudad en general (80% de los usuarios son residenciales). ¿Cómo se puede aprobar un contrato por 25 años así? No es una cuestión de confiar o no, es una cuestión de responsabilidad con los usuarios y la ciudad. Este no es cualquier contrato para dejar librado al azar, o a la confianza y buena voluntad de las partes, para dentro de 2-4 años. Dejan a los usuarios sin ningún tipo de protección o condicionamiento. Por ejemplo, se podría haber agregado un artículo que estipulara un tope a la tarifa final futura, “por debajo del promedio país”. Teniendo en cuenta los actores involucrados, que, llegado el momento, podrían gravitar en la dirección que siempre lo hicieron, se hace necesario tomar las precauciones del caso. Si no, y como diría don Luis Landriscina, “es como dejar al perro cuidando el asado”.
Un negocio multimillonario
En el proyecto de contrato de concesión presentado, se daba a conocer el costo total del servicio eléctrico para la Ciudad de Neuquén durante el año 2020, el cual alcanzaba unos
$ 3.298 millones. Si proyectamos ese valor constante durante 25 años (sin inflación), nos arroja un monto acumulado de $ 82.450 millones. Ahora, si aplicamos una tasa de inflación anual solo del 20% para el mismo lapso de tiempo, el monto acumulado se multiplica por 22,65 veces.Por otro lado,si decidieran cuidar los recursos de los vecinos y se incorporara un artículo con una tarifa tope por debajo del promedio país, este monto acumulado proyectado podría reducirse en más de un 30%.
La cajita feliz
Además de la distribución eléctrica a un costo elevadísimo, la cooperativa se ha convertido en “una cajita feliz”, un lugar de encuentro de propios y extraños, donde abrevan una gama variopinta de expresiones políticas, sindicatos, amigos, punteros políticos, vecinalistas, funcionarios de toda laya, opositores, disfrazados de opositores, conchabados, conchabados vip, etc. Todos encuentran un lugarcito al reparo del calorcito que irradia “la caja”, abastecida con aportes de los usuarios de la ciudad. Las elecciones de la cooperativa desde hace años son un trámite, y ya casi no hay oposición. La participación de los usuarios (80.000-90.000) siempre es solo del 7-9% del total.
Hay $65 millones proyectados (2020) para la plantilla política. Son gastos institucionales por los que no se rinden cuenta. De aquí saldrían los recursos para solventar el consejo de administración. La normativa vigente menciona que se debe reservar hasta un 2% de los ingresos tarifarios (sobre los que no se rendirán cuenta), para multas y penalidades aplicadas a la Distribuidora.Al parecer, no se entendió bien el destino y se lo aplica para pagar la plantilla política de la cooperativa.
Hay sueldos VIP también. El ahora concejal (ex secretario de Hacienda), denunciaba en otros tiempos (2017) “la existencia de más de 50 sueldos ‘de nivel gerencial’”, que pagaba la comuna y que no entraban “en las obligaciones contractuales”. Desde mi banca de concejal impulsé varios proyectos sobre este tema. El problema son estos sueldos, no el de la gente operativa (los que trabajan). Para dar un ejemplo, el sueldo bruto más alto de la prestadora de servicio al 01/02/2017 y según la planilla que envió la Subsecretaría de Servicios Públicos Concesionados del Municipio (Expediente N° CD-172-B-2017), era de $ 214.728. Con el Decreto Municipal N° 524/2017 y más un 15% de aumento anunciado por el gremio en ese momento para los primeros seis meses de 2018, este monto se transformaba en ese año en cerca de $ 310.000. Actualizando con inflación para los años: 2019; 2020 y 2021, obtendríamos un monto que despertaría el interés de cualquier gerente de alguna petrolera. Al respecto, el informe de la consultora Deloitte del año 2019 menciona que el costo salarial por usuario de la cooperativa local excedía en un 60% a otros concesionarios de otras localidades (Bariloche, Zárate, Pergamino, Godoy Cruz).
Se la pasaron hablando de superficialidades
Las suspicacias naturales se potencian al máximo cuando se observa que el contrato más importante de la historia de la ciudad, es abordado en su mayoría, con desidia y en algunos casos, con declaraciones insustanciales de algunos/as actores/as con responsabilidad institucional (se esmeran en hablar del árbol cuando se están llevando el bosque). Esto, sumado a ciertos silencios (para descifrar), nos abre un gran interrogante hacia el futuro en un hecho tan trascendental para los vecinos de la ciudad.
Con la poca información en los medios, se entretuvo a la sociedad con tres temas insustanciales que según dicen, son “polémicos”: Pérdidas técnicas y no técnicas; Auditoria y Aportes Reintegrables de Obras (ARO). Primer tema: ya se anunció que sigue igual (19-20% perdidas). Decir que van a reducir las pérdidas, cuando en los asentamientos los últimos 13 años los consumos eléctricos no se controlaron, no se midieron y no se cobraron, suena irreal; Segundo tema: la Auditoria a CALF, la pasaron para discutirla más adelante. Ni siquiera aprobaron que debería ser la Universidad Nacional del Comahue (UNC) quien lleve adelante este estudio. En una comisión de Servicios Públicos, fueron los mismos profesionales de la UNC quienes manifestaron que era posible tener una tarifa por debajo del promedio país. Tercer tema: (ARO) es un pasivo de CALF, donde la consultora Deloitte informó que desde el año 2009 hasta 2019 la Cooperativa gestionó en total 112 AROS por $32,8 millones. El problema actual está en ver qué valor se le da al kwh para actualizar ese monto. Según Deloitte (2019), de varias opciones el valor máximo se ubicaba en los $147,5 millones. Esta es una suma irrisoria, al lado del contrato multimillonario que se aprobó. Así, resulta llamativo que algunos hagan eje solo en esto.
De esto no se habla
Este nuevo contrato, condiciona todo el sistema eléctrico de la ciudad a tarifas altas durante 25 años (como hasta ahora) debido a que cuando se calcule el cuadro tarifario en el futuro, van a tomar como base de partida las tarifas actuales que están dentro de las más caras del país. Esta es la razón por la cual era esencial dejar estipulado en el nuevo contrato un tope tarifario por debajo del promedio país, como ocurre en otras 12-13 provincias, que no producen ni exportan energía. ¿Por qué no en Neuquén?
Pérdidas técnicas y no técnicas. Sin que se le moviera un pelo, informaba el responsable del bloque del MPN en el Concejo Deliberante que habían decidido bajar del 20% de pérdidas técnicas y no técnicas propuesto ($659 millones – Proyectado año 2020), a un 19%, para luego bajar gradualmente en 10 años del nuevo contrato hasta alcanzar el 12%. Lo que oculta y no dice el edil es que este mismo mecanismo ya consta en el contrato actual, vigente desde el año 2007 (hoy extendido) y que nunca lo cumplieron ni la cooperativa ni la autoridad de aplicación.
Los quebrantos de la cooperativa en otros servicios que presta. Son servicios que no tienen relación con la distribución eléctrica, pero los quebrantos se terminan cubriendo con recursos del sistema eléctrico. Así lo informó la consultora Deloitte para los años 2014, 2016 y 2017.
Gastos por unos $ 65 Millones, por los que no se rinden cuentas. En este escrito ya se abordó este tema.
Las ineficiencias y tropelías de la prestadora del servicio eléctrico en la ciudad durante estos años. Esto surge del informe de la consultora Deloitte en el año 2019, que nos costó $2,4 millones. En este documento, se mencionan solo algunas de ellas.
Comparaciones. Edersa (Río Negro) es una empresa privada que tiene que atender unos 227.000 usuarios distribuidos en una superficie de concesión de 203.000 km2. CALF atiende 80.000-90.000 usuarios (2,5 veces menos) en una superficie de 128 km2 (1.586 veces menos) y, sin embargo, la cooperativa local tenía entre Ago/2019 – Ene/2020, una tarifa residencial de un consumo tipo de 61% superior a la empresa privada Edersa. Es decir, con solo cruzar el puente, en Cipolletti se pagaba el kw un 61% menos. Lo llamativo es que ambas ciudades se alimentan, en su mayoría, de la misma Central Térmica Alto Valle.
El nuevo contrato no soluciona la caja negra del sistema eléctrico local
Las deudas y/o compensación de deudas por consumos eléctricos de los organismos municipales y provinciales con CALF, no se conocen. En mi mandato como concejal solicité esa información. Nunca respondieron. En ambos presupuestos (municipal y provincial) figuran las partidas asignadas para cubrir estos consumos.
La energía eléctrica que consumen los asentamientos (48) sin regularizar no se mide y no se cobra, solo se estima. Tampoco hay información si, en esa estimación, se incluye o no a los subsidios nacionales y municipales. En algunos casos por sumas millonarias.
Millones de kilovatios por año en subsidios eléctricos sin conocer su destino. Según Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico, Sociedad Anónima) en 2016-2017 a la ciudad de Neuquén habrían llegado cerca de ocho (8) tipos de subsidios para distintas categorías, algunos a costo cero (150 kwh/mes). A esto hay que sumarle los tres (3) subsidios municipales para distintas categorías. A pesar de esto, las tarifas siguieron altas, y los consumos en los asentamientos se siguieron computando.
La deuda de CALF. No se conoce ni se dan explicaciones acerca de a cuánto asciende su monto en la actualidad. Además, hay que analizar responsabilidades.
Aporte de capital que por normativa debían ir a inversiones y se desviaban. La Consultora contabilizó $ 34 Millones de aportes de capitalización que no estaban en inversiones.
La energía eléctrica que consumen las “tomas VIP”. No se conoce si esto continúa aún, como tampoco se conocen los montos totales del desfalco que habría sufrido la cooperativa por este hurto.
Con el nuevo contrato se deja la puerta abierta a las altas tarifas como las que soportamos desde hace años. ¿Por qué siendo CALF una cooperativa, nos brinda un servicio mucho más caro que incluso varias empresas privadas? ¿Qué tienen de cooperativismo estas tarifas? Todo podría explicarse a partir de la colonización y manejo de la cooperativa por parte del partido gobernante, que la transformó en una herramienta política y para hacer negocios (Electricidad; Servicio Telefónicos; Internet, Servicios de Sepelios; Servicios Asistenciales; Medios de comunicación; Gas Licuado de Petróleo (GLP), etc.). A esto se le agrega una regulación permisiva que a través de los años siempre le reconoció todos los costos, sin exigencias de mayor eficiencia (bajar costos) y, además, con controles muy débiles (así lo expresó y demostró la consultora Deloitte).
El mismo mecanismo regulatorio (permisivo) está implícito en el nuevo contrato. Las razones podrían ser varias, algunas mencionadas en los títulos precedentes. Lo preocupante hacia el futuro es que todo esto se va a acentuar mucho más ahora que el municipio es juez y parte en la concesión eléctrica, como quedó demostrado al impulsar este nuevo contrato por 25 años, que se transformará en “leonino” para los vecinos.
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