Entre los años 2015 y 2020 los premios Azucena Villaflor de Devicenti fueron suspendidos. Aquel reconocimiento a la trayectoria cívica en defensa de los derechos humanos, instaurado en el 2003 por Néstor Kirchner, dejó de hacerse bajo el mandato de Mauricio Macri

Este 10 de diciembre, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner rehabilitaron el carril de la memoria para que el tren de la historia no se detenga. 

Rodolfo Kusch decía que ‘pensar lo americano al abrigo de la propia sombra’ constituía un rito clandestino para recuperar lo segregado, para recuperar la integralidad. Y algo de esto ocurre cada 24 de marzo y cada 10 de diciembre, cuando las y los argentinos miramos nuestra propia sombra para contrastar la claridad del presente y asegurarnos una futura.

En esta oportunidad, se homenajeó con este premio a Víctor Basterra –detenido desaparecido y testigo clave en la causa ESMA- fallecido el 8 de noviembre pasado; a Rosa Schoenfeld de Bru, mamá de Miguel Bru desaparecido por la policía bonaerense en 1993;  Vera Jarach, Madre de Plaza de Mayo; Iris de Avellaneda,  vicepresidenta de la Liga Argentina por los derechos de Hombre; Lita Boitano, presidenta de  Familiares de detenidos -desaparecidos y Rosa Roisinblit, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo. 

Al reconocimiento, se sumó la entrega a los organismos de derechos humanos, de 250 mil fichas y 700 cajas de documentos de la ex SIDE recuperados por la actual gestión de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI)

Sin duda, estos documentos permitirán avanzar en los juicios de lesa humanidad; un registro histórico de identificación y acreditación de acciones y agentes responsables de los crímenes cometidos

¿Qué contienen estos archivos? Según lo publicado por el diario Página 12, constan pedidos de investigación y antecedentes de dirigentes de las organizaciones de derechos humanos, cobertura de marchas y reuniones, información sobre correspondencia privada e incluso del propio episcopado argentino

El 20 de septiembre de este año, se conoció también el hallazgo – en dependencias de esa secretaria de estado- de un álbum con más de 500 fotos de hombres y mujeres buscados por la dictadura. Una prueba más, acerca de la planificación y sistematicidad con que las fuerzas de seguridad ejecutaron coordinadamente las tareas de identificación, detención y represión sobre la disidencia política.

En 1983, ya con las jerarquías militares en retirada, la SIDE elaboraba un informe detallado sobre las acciones y participantes de la asociación de Familiares de detenidos y desaparecidos, a la que llamaban “Familiares de delincuentes subversivos”. La obsesión con esta organización al parecer se debía a su capacidad de establecer redes de solidaridad y el alcance nacional que lograba

El reconocimiento que se hizo a su presidenta Lita Boitano, el pasado jueves, refleja esta condición y su amplitud en cuanto a horizontes de derechos, ya que la sede de Familiares dio albergue también a las primeras reuniones de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) en 1984. 

Por si fuera poco, esta referente de 88 años desde muy temprano adhirió al movimiento de mujeres: en 1986 asistía al Primer Encuentro Nacional, realizado en el centro cultural San Martín. En ella se conjugan la lucha de los organismos de derechos humanos y la del feminismo, escribió Luciana Bertoia.

Pasados cuatro años, retomamos el camino de la memoria después de una interrupción desgraciada, basada en la hipocresía negacionista y en una supuesta reconciliación sin responsables, sin justicia.

Pero aún bajo la demolición de sentido en que se hundió la Argentina pasada, siempre es bueno mirarse en la propia sombra, como dice un proverbio mapuche. 

Una invitación a proyectar, desde nuestra historia y sabiduría negada, un poco de luz para avanzar.