-?
En un subcontinente que se encuentra en disputa, este año 2020 plantea una serie de retos electorales que definirán el destino de una región que muestra claros signos de resistencia a la restauración conservadora y neocolonial.
En ese sentido, el año pasado nos presentó un escenario con importantes movilizaciones sociales en Colombia, Ecuador y Chile, marcándoles a los regímenes de la derecha un límite que deberá expresarse en una fuerza políticamente organizada, cosa que sí ocurrió en Argentina con un peronismo unificado y conduciendo un amplio frente sociopolítico, el cual logró derrotar por el voto popular a un gobierno con una capacidad de daño nunca visto desde la última dictadura militar.
El sabor amargo que nos dejó el 2019 fue el golpe contra el gobierno de Evo Morales, un gobierno que con aciertos y errores dio un giro a la sociedad boliviana en todos los planos, tanto en lo social como en lo político y también en lo económico, transformando a Bolivia en una de las sociedades más estables y pujantes del sur del continente. Precisamente, el golpe no fue por sus errores sino por sus aciertos, tal como sucede con las persecuciones (lawfare mediante) que se llevan a cabo a todos los dirigentes populares de la región. Pero, además, el golpe cívico-militar ocurrido en Bolivia nos deja como advertencia que las llamadas “derechas modernas” no dudan en apelar a las viejas metodologías golpistas con apoyo extranjero y militar para conseguir recuperar espacios de poder que consideran propios, con un resabio xenófobo y racista que viene de tiempos coloniales.
El presente año arrancó electoralmente en Perú el domingo 26 de enero. Un Perú con una importante crisis política, por la que el presidente Martín Vizcarra tomó la decisión cuatro meses atrás de disolver el Parlamento y llamar a nuevas elecciones, ante sus conflictos con el fujimorismo, jugada en la que tuvieron cierto protagonismo las fuerzas armadas en favor del presidente. Como expresión de la crisis política que vive este país, un oficialismo sin partido decidió no presentar candidatos. De las elecciones surgió un Congreso fragmentado y dominado por las distintas fuerzas de la derecha neoliberal (incluidos los evangelistas de la llamada Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal), con una fuerte derrota del fujimorismo y la desaparición del histórico Partido Aprista, que sólo obtuvo el 2,6% de los votos y no alcanzó el piso del 5% requerido para obtener representación parlamentaria.
El domingo 2 de febrero se llevaron a cabo elecciones municipales en Costa Rica, y el 16 se votará también a nivel municipal en República Dominicana. En este último país, el 17 de mayo tendrá lugar la elección para presidente y cargos legislativos (diputados y senadores). En caso de que ninguno de los candidatos a la presidencia logre el 50 % más un voto, el 28 de junio se celebrará una segunda vuelta entre los dos más votados. Las dos principales fuerzas políticas son el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado por el novelista y ex presidente Juan Bosch con un perfil de carácter popular; y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), de orientación liberal. Como resultado de las elecciones primarias ambas organizaciones postularán para la presidencia a sendos empresarios. El PLD propone a Gonzalo Castillo Terrero, ex ministro de Obras Públicas que derrotó por poco más de un punto en la interna al expresidente Leonel Fernández, quien disconforme con el proceso electoral abandonó el PLD y, con el aval del Tribunal Superior Electoral, se postulará bajo la denominación Fuerza del Pueblo. Por el lado del PRM, quien logró la candidatura es el empresario Luis Abinader, derrotando al expresidente Hipólito Mejía.
El mes de marzo presenta elecciones presidenciales en Guyana (día 2). El partido del presidente David Granger perdió una votación de confianza propuesta por el opositor Partido Progresista del Pueblo. Por eso se llamó a elecciones para definir la Asamblea Nacional de 65 miembros de dónde surgirá el nuevo líder nacional.
Por otra parte, el 20 de marzo se deberá definir quién será el nuevo titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), elección en la que el actual secretario general Luis Almagro (uruguayo) cuenta con el apoyo de Estados Unidos. De momento, además de Almagro se postulan el embajador de Perú en EE.UU., Hugo de Zela, y la ex canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa. Como dato curioso, ni Almagro ni Espinosa son promovidos por sus países de origen. La reelección de Almagro tampoco cuenta con el aval argentino, que ya presentó al ex diputado Carlos Raimundi como nuevo embajador ante dicho organismo.
Chile convocará todas las miradas regionales el próximo 26 de abril, cuando se lleve a cabo el plebiscito para avalar o no la reforma de la Constitución, proceso logrado tras las masivas movilizaciones sociales, fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad, que pusieron en evidencia las graves grietas de un modelo que se presentaba como ejemplar para América latina. La protesta tiene un alto protagonismo de sectores juveniles que no vivieron la dictadura pinochetista.
En ese sentido, la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales y Feedback llevaron a cabo, en conjunto, la Encuesta “Participación, jóvenes y consumo de medios” donde se muestra que el 61% de los jóvenes entre 18 y 29 años participaron de las movilizaciones callejeras en el 2019, contrastando con el 32% que marcaban las movilizaciones estudiantiles del año 2011. Asimismo, el 45% se manifestó interesado en desarrollar conversaciones políticas con amigos y familiares, cuando un año antes el interés alcanzaba al 30%.
Respecto de Chile Vamos, la alianza de derecha actualmente en el gobierno, no existe unanimidad para definir posición. La derechista Unión Democrática Independiente (UDI) manifestó a la coalición su rechazo en cuanto a modificar una Constitución legada por la dictadura.
Las elecciones en Bolivia, convocadas para el 3 de mayo, serán un punto de atención para el interés político internacional. El burdo, pero efectivo, golpe de Estado perpetrado por la Policía, las Fuerzas Armadas y organizaciones civiles de la ultraderecha y sectores evangélicos, conmovió más allá de las fronteras latinoamericanas. El Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales, parece haber superado la conmoción inicial, logró vencer las operaciones para ilegalizarlo y eligió a sus candidatos a presidente y vice: el exministro de Economía Luis Arce y el ex canciller David Choquehuanca. La derecha se presenta fragmentada para la primera vuelta con la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, el dirigente de los llamados “cívicos” Luis Camacho -uno de los instigadores del golpe- y el expresidente Carlos Mesa. La incógnita es si tras la violenta usurpación del Gobierno, que impide el libre regreso al país de Evo Morales y Álvaro García Linera, los golpistas permitirán un proceso electoral libre y transparente.
Mayo tiene, además, elecciones generales en Surinam (día 25), y también departamentales y municipales en Uruguay (día 10) que servirán para medir la situación del Frente Amplio tras la derrota en las presidenciales de noviembre pasado.
Otras dos elecciones que tendrán importante repercusión a nivel continental serán las parlamentarias de Venezuela, el 6 de diciembre, y las presidenciales en Estados Unidos, el 3 de noviembre. Donald Trump fue “exculpado” el pasado miércoles del proceso de acusación política en el Congreso por participar con un país extranjero (en este caso Ucrania) en hechos de espionaje contra el ex vicepresidente demócrata Joe Biden. El actual presidente fue respaldado en el Senado por la totalidad (con solo una excepción) de la bancada de su partido, el Republicano, y de ese modo el “impeachment” -juicio político- fue rechazado. Además, según distintas encuestas y otros indicadores políticos, cuenta con importantes niveles de aceptación entre sus conciudadanos.
Venezuela debe renovar todas las bancas de la Asamblea Nacional por los próximos cinco años. Casi un año largo para un país convulsionado políticamente, con un presidente electo acusado de dictador y terrorista por la principal potencia mundial y sus aliados regionales, un presidente autoproclamado, un dificultoso proceso de diálogo, y todo ello sumado a sanciones económicas que afectan el normal desenvolvimiento del país y su sociedad. El monto de los bienes venezolanos bloqueados en el exterior se encuentra en el orden de los 40.000 millones de dólares. El presidente Nicolás Maduro invitó como observadores de los comicios a la Unión Europea y Naciones Unidas, no así a la OEA, punta de lanza en la operación para expulsar al chavismo del gobierno.
Cuando la derecha creía haber consolidado su poder, y desterrado a los gobiernos “populistas” con distintos métodos -algunos llamativamente enlatados para uso general-, América Latina vuelve a mostrarse como un continente en disputa que no se resigna a ser una colonia exprimida por las elites locales y los poderes financieros internacionales.
Va con firma | 2016 | Todos los derechos reservados
Director: Héctor Mauriño |
Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite