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- Tome, ayúdeme por favor.
- Pero…
- Ahora ésta. Guarda que pesa.
- ¿Dónde la pongo?
- Ahí, formando una trinchera.
- ¿Una trinchera?
- Ahora vamos entre los dos, que esta viene brava. A la cuenta de tres. Uno, dos y …
- ¿Me pude decir qué tiene acá adentro?
- Menos averigua Carrió y Bonadío más perdona.
- ¡Mire cómo me quedó la manga, llena de polvo! Parece que estas bolsas estuvieran llenas de piedras.
- Shhhh! Que se van a avivar.
- No me diga que…
- ¡Shhh, shhhh, shhhh! Desde que ocuparon la AFI ya nadie guarda un secreto, mamma mía! Somos el hazmerreír del mundo. Volvé Mauricio, te perdonamos.
- ¿Usted pidió autorización para construir en la Sala de Prensa?
- ¿Autorización? Usted se quedó en el 2003. El populismo está muerto y enterrado. Y empezamos la resistencia a las profanadores de tumbas. ¡Qué titulo le tiré, ¿eh?
- Pero no puede…
- Mire como puedo. Páseme la bolsa de allá así la ponemos arriba y no nos ven.
- Pero alguien se va a dar cuenta de lo que está haciendo.
- Mejor.
- ¿Mejor?
- Claro. Así los denunciamos ante la OEA, Bolsonaro dice que hubo fraude y después viene Trump, bombardea y chau: a jugar al fútbol con Evo Morales en Tijuana.
- ¿Y que conseguiría con eso?
- Las masas volverán a llevar a Mauricio en andas, pero está vez de regreso a la Casa Rosada. Será más popular que el gobierno de Pinedo, acuérdese lo que le digo.
- Es un atajo peligroso.
- Peor es que uno no pueda llevar las piedras donde se le antoje. Cuando vuelva Mauricio, el que puso piedras retirará piedras.
- Suena amenazante.
- Estamos cumpliendo una orden de la Jefa Espiritual del Movimiento. Es lo único que le puedo decir.
- ¿Qué orden?
- Todas las piedras que tirasteis volverán a tus manos, para que golpees tu propio rostro.
- Además de cruel su gramática es complicada.
- Y lo harás setenta veces siete.
- ¿Puede hablar como una persona normal?
- ¿Normal? Normalidad había antes, cuando nos felicitaban Trump, Piñera y Macrón, cuando nos endeudábamos a troche y moche con el FMI, cuando las tarifas estaban en dólares y los precios aumentaban todos los días. Repita conmigo: Volvé Mauricio, te perdonamos.
- …
- Más alto que el cielo no escucha. No se olvide que Bergoglio juega para la contra.
- Si yo no dije nada.
- Es hora que lo haga. Diga conmigo: Vol-vé Mau-ri-cio, te per-do-na-mos.
- Es absurdo.
- Mire que cuando vuelva el campo va a tronar el escarmiento, ¿eh?
- …
- Bueno, haga lo que quiera. Pero después no venga a pedir la escupidera.
- Un momentito, yo nunca le pedí nada.
- Obvio, porque nosotros nunca dimos: sacamos.
- Con tanta sinceridad, ni rezando se la va a cumplir el deseo de volver.
- Nosotros a los argentinos les decimos siempre la verdad.
- No empieza de nuevo por favor.
- Es que los argentinos ya lo extrañan.
- ¿A quién?
- A Mauricio. ¿De quién estamos hablando? ¿De Balcarce?
- Es que usted dice tantas cosas que me marea.
- Bueno, no le digo más nada, entonces. Y ahora discúlpeme, que tengo que terminar la trinchera antes de fin de año.
- ¿Por?
- Porque si no da resultado quiero empezar el 2020 con nuevos aires.
- ¿Qué nuevos aires?
- Venga acérquese, pero no lo divulgue... Mi dijeron que Alberto está buscando un vocero.
- Pero usted ya estuvo con…
- No sea sectario, ¿quiere? Todo sea por la Argentina.
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