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27/11/2019

Rita Segato

Reflexiones sobre unas palabras inoportunas

Reflexiones sobre unas palabras inoportunas | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Los dichos de la antropóloga feminista sobre Bolivia se estrellaron en el movimiento de mujeres, la intelectualidad y la política. Una lúcida respuesta de Marta Vasallo reafirma la diversidad de “feminismos” y advierte contra su uso como “una coartada” donde se hace “difícil distinguirlo de la antipolítica”.

Susana Yappert

La irrupción masiva de mujeres en las calles de los últimos años no sólo logró diseminar su ola desde aquí hacia América Latina, sino que logró que las mujeres constituyan un sujeto político indiscutible del presente. Y ahora que sí nos ven, que nos escuchan, que nos sienten, nuestras palabras se potencian y toman profunda densidad en un momento latinoamericano sumamente complejo.

Un momento que en muchos sentidos y en el plano discursivo de los fundamentalismos y de acciones que emprenden en consecuencia, nos tienen en la mira. Una de las características de este momento histórico situado, es que presenciamos un fuerte avance de ideologías medievales que toman el poder por la fuerza y con complicidades variopintas que no sólo llaman a abortar procesos democráticos y a violar derechos humanos consagrados, sino que desafían de modo potente las conquistas de las mujeres. Una maraña que hay que saber, que tenemos que poder desentrañar.

El debate que generó Rita Segato estos días se inscribe en esta complejidad. Hace pocos días explicó que el portal Infobae tergiversó sus palabras. Afirma que nunca dijo que en Bolivia no hubo un Golpe de Estado y acusa a sus críticos de quererla sumergir en un pensamiento binario. Rita es una de las grandes referentes del feminismo y quizá tomó real conciencia del poder que pueden tener sus palabras en determinadas coyunturas. Se la ve dolida, pero, lamentablemente quedó presa de sus dichos o de los dichos que le robó la prensa. 

Una cosa o la otra, sus palabras fueron al menos inoportunas en medio de tamaña crisis que atraviesa el pueblo boliviano. A nadie importa en este momento si Evo es más o menos machista. Sí impactó cuando ella afirmó que Evo “cayó por su propio peso”.

La entrevista se estrelló en el movimiento de mujeres, la intelectualidad y la política. A nadie escapa la profundidad de esta lúcida antropóloga, la leímos con suma atención. Lo cierto es que una franja importante de personas, atentas a los temblores que se viven en varios países del cono sur, encendió una alarma. Aparecieron defensoras y críticas. No era para menos. Un debate que todavía no aquieta. Lo que no es posible concluir del mismo es que haya dividido, o divida al feminismo. Porque el feminismo es plural y conlleva en su genética la diversidad. 

Por eso hay que recuperar una de las respuestas más lúcidas que recibió estos días Rita Segato, la de la escritora, periodista y pintora Marta Vasallo [1]. Ella nos lleva a ese punto: hay feminismos. Afirma que las manifestaciones de Segato “provienen de feminismos que tienen una impronta anarquista, en el sentido de que consideran que el Estado es siempre un enemigo, y que donde interviene necesariamente está sellado de corrupción y abuso de poder. Así es como los irrefutables logros de las sucesivas gestiones de Morales, que incluyen las posibilidades abiertas a las mujeres de Bolivia de acceso a la salud, a la educación, a la participación política, quedan en un plano secundario, y se priorizan y magnifican las decisiones y fallas políticas que ofrecieron a sus enemigos políticos dentro y fuera de Bolivia los flancos débiles por donde atacarlo y derribarlo. Los pulcros republicanos insisten en la culpable voluntad de Evo de perpetuarse, que lo convertiría en un déspota, pero no mencionan los 500 años en que se perpetuó el poder colonial, practicando en sordina un auténtico genocidio indígena que ahora decide reanudar”.

Vasallo no duda ni un instante en que fue un Golpe de Estado con responsables muy concretos que señala con nitidez. Ese es el bosque al que ningún árbol debe tapar. Por eso apunta a develar la lógica que subyace en Segato: “La antropóloga acusa a quienes la refutamos de binarismo e incapacidad de pensar, nos culpabiliza de los retrocesos de las corrientes progresistas por la resistencia de esas mismas corrientes al debate y la autocrítica. Vuelve con fuerza la sensación experimentada tantas veces en los últimos años: el uso del feminismo como una coartada tras la cual resulta difícil distinguirlo de la antipolítica o de la pretensión de neutralidad. Se actualiza la dificultad de las relaciones entre el feminismo y las políticas partidarias, inevitablemente selladas por el machismo, la competencia y la voluntad de hegemonía. ¿Pero puede eso cegarnos hasta el punto de establecer simetrías y asimilaciones entre posiciones inconciliables: Evo Morales y Bolsonaro, Evo Morales y Camacho? Son todos machistas, sí, eso ya lo sabemos, ¿pero eso los hace indistintos? ¿La perspectiva feminista autoriza a exigir de los líderes y militantes políticos la perfección personal, la infalibilidad política? ¿Nos autoriza a ubicarnos por encima de las circunstancias, planeando sobre una realidad convulsa, atiborrada de peligros, nunca tan previsible ni controlable?”.

Marta Vasallo nos devuelve una pregunta central que emergió en estos días: 

Hay que detenerse a analizar las relaciones entre el feminismo y las políticas partidarias para poder avanzar. No hay feminismos neutros, ni liberales, ni apolíticos. Se trata de un movimiento profundamente anticapitalista y emancipatorio que no debe errar ante determinadas situaciones de crisis política. El futuro es peligroso, sumamente desafiante. El gobierno que asume el 10 de diciembre, y las feministas que formarán parte de él, deberán lidiar también con la avanzada fundamentalista que busca retroceder siglos. Nadie estará exento. Anteponer la política y gritar con claridad “fue un Golpe” es estar a la altura de los tiempos, lo demás es tan marginal que se perderá en la historia. 

 

Referencia: [1] Vasallo, Marta. El Feminismo como coartada. En Diario Digital Femenino, 21/11/19.

29/07/2016

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