En momentos en que el diputado rionegrino Martín Doñate solicitaba que el presidente Mauricio Macri pida la renuncia de Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, cerró el micrófono del legislador del FpV, que quedó sin audio y gesticulando sin que se escucharan sus críticas a la dirigente del Pro y al gobierno nacional, situación que generó un escándalo y una situación de tensión en el recinto.

Doñate argumentaba que “en estos seis meses de gestión, Laura Alonso ha transformado la Oficina Anticorrupción en la oficina de autoprotección del gobierno del Pro”, tras aconsejar en televisión a los funcionarios que “deleguen sus firmas hacia abajo o hacia el costado” y así evitar ser alcanzados por la ley de Ética Pública, en contratos que beneficien a las empresas en las cuales se despeñaban como CEO o directivos.

“Es una vergüenza total. La defensora oficial del gobierno de Macri se llama Laura Alonso”, indicó el diputado, quien al querer continuar con su intervención fue cortado por el diputado del Pro y presidente de la Cámara, Emilio Monzó, provocando el rechazo del bloque del FPV que automáticamente, a modo de repudio, comenzó a aplaudir incesantemente imposibilitando continuar el discurso del diputado del Pro, Eduardo Amadeo, quien tomó la palabra al cerrarse el micrófono de Doñate.

El legislador rionegrino, también criticó al presidente Macri por haber puesto en funciones a Alonso mediante la sanción de un decreto de necesidad y urgencia, cuando la dirigente del Pro se encontraba incapacitada para tal nombramiento por no ser abogada, rompiendo el espíritu de la ley por la cual se había creado dicha oficina.

“El presidente de la Nación recurrió a un decreto de necesidad y urgencia para modificar las condiciones de aquella ley de creación de la Oficina Anticorrupción, porque los argentinos aparentemente teníamos necesidad y urgencia de que Alonso ocupe el lugar de responsable de la misma”, recordó.

Doñate aseguró que la ex diputada del Pro no tiene la “imparcialidad” necesaria, así como tampoco las “condiciones éticas ni morales” para continuar ocupando dicho cargo”.

“Las incompatibilidades son de (el ministro de Energía Juan José) Aranguren, que está imputado, y de 54 funcionarios que tienen incompatibilidades. Este Gobierno de CEO está lleno de personajes que hacen sus propios negocios con decisiones en el Estado y Alonso no ha movido un solo papel. Aranguren es el paradigma, es el emblema de ello”, precisó Doñate.