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La crueldad de los “chistes” de Federico Braun, el presidente de la firma propietaria de los supermercados “La Anónima”, fue solo el comienzo de una seguidilla de revelaciones en los últimos días sobre el accionar y los antecedentes de ese grupo empresarial.
El martes 7, durante el foro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el periodista Ricardo Kirschbaum -uno de los más importantes del diario Clarín-, le preguntó durante una entrevista pública “qué hace La Anónima frente a la inflación”. Riéndose, Braun contestó: “Remarca precios todos los días”.
En las horas y días siguientes hubo repudios y respuestas políticas diversas a esa broma burlona, incluidas críticas del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Kirchner hacia el empresario por esa actitud.
Pero aquel chiste dio lugar a que se hicieran públicos, o se volvieran a poner en los primeros planos de la actualidad, asuntos como los revelados por el diario Página 12 acerca de antecedentes y trayectoria comercial y política de las familias Braun y Menéndez, iniciadoras del emporio económico hace más de un siglo.
Allí se destacan ciertas relaciones de los parientes de aquel tiempo con las matanzas conocidas como “Patagonia trágica” (o “Patagonia rebelde”) entre los años 1920 y 1922, hasta vínculos con regímenes de facto, particularmente con la última dictadura (1976-1983), y finalmente con el gobierno de Mauricio Macri.
En ese repaso, la nota de Agustín Gulman en el mencionado diario recuperó una entrevista realizada hace 14 años al presidente de la poderosa cadena comercial. El reportaje fue realizado en 2008 por la periodista Andrea Lluch y se publicó en la revista Creating Emerging Markets.
Federico Braun contó en esa ocasión que durante la altísima inflación -y finalmente hiperinflación- a finales de la década de 1980, la empresa supermercadista vivió “un momento muy positivo” y tuvo balances “espectaculares”.
En esos tiempos, millones de familias de Argentina sufrían la tragedia del hambre y la desesperación, y miles de personas protagonizaron saqueos a supermercados y otros comercios. La reacción popular fue reprimida violentamente.
Carlos Sarraf, fotógrafo de Clarín por más de 30 años, registró con su cámara esos dramáticos momentos en las localidades de San Miguel y Morón, consecuencia de una política que hoy hace sonreír cínicamente a sus beneficiarios.
Hoy aporta este material fotográfico a evidenciando qué hay detrás de esas muecas depredadoras.
Fotos de Carlos Sarraf realizadas durante las protestas en 1989 a causa de la hiperinflación en Morón y San Miguel para el diario Clarín:
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