Tras la publicación en el Boletín Oficial entró en vigencia el decreto 1170/18 del gobernador Alberto Weretilneck, a partir del cual se autoriza un aumento del 95,7% en el servicio que presta la empresa Aguas Rionegrinas. La norma establece además que el nuevo cuadro tarifario comenzará a aplicarse con el vencimiento de las facturas del mes de diciembre, y luego tendrá actualizaciones cuatrimestrales.

Entre los fundamentos de la decisión, se menciona la necesidad de equilibrar el flujo de ingreso y egresos del servicio concesionado. Otra modificación, que imita en parte lo dispuesto por el gobierno nacional, es la de facturar el servicio mensualmente y no como ocurría hasta ahora, que se hacía con una frecuencia bimestral.

Autoridades de la empresa detallaron que en la actualidad la mayoría de los usuarios, alrededor de un 70 por ciento, pagan unos 200 pesos bimestrales por el servicio de aguas y cloacas. La tarifa inicial de agua pasará de 110 pesos a 216 pesos bimestrales.

Cuando se conoció la iniciativa, que en principio pedía un incremento del 110%, la senadora Magdalena Odarda planteó que “lamentablemente Río Negro elige transitar el mismo camino de ajuste que el gobierno nacional sobre los sectores más vulnerables”, y aseguró que “este tarifazo sobre un servicio público considerado a nivel internacional como un derecho humano básico, representa un nuevo golpe para los rionegrinos y las pequeñas y medianas empresas”.

El presidente de ARSA, Roger García, reafirmó que “ese último aumento se remonta a febrero del 2016”, ya que fueron “más de dos años y medio sin actualización”, mientras las “subas en los principales costos, como la energía, fue de más del 400%”.

El Departamento Provincial de Aguas (DPA), que es el órgano de control, avaló la solicitud de la empresa al manifestar que “el 95,70% de aumento resulta debidamente justificado a fin de restablecer el equilibrio económico financiero de la empresa, garantizando además de tal modo la calidad, regularidad y eficiencia en la prestación de los servicios a su cargo”.

En algún momento, el gobierno provincial analizó un incremento gradual, que comprendía un alza inicial y cuotas. Pero el diseño aprobado fue un aumento en shock y se priorizó un fuerte flujo de fondos para ARSA, porque el desfasaje se incrementa con las subas de los costos que se sucedieron después de la petición tarifaria remitida en el inicio del año al DPA.