Cuenta regresiva para un nuevo satélite construido en Bariloche que se lanza al espacio: el “Saocom”.  Para muchos, es el más importante en la historia de Argentina, tanto por el desafío tecnológico que implicó construirlo como por el objetivo para el que fue diseñado.

A horas del despegue que se producirá esta noche a las 23.22 hora argentina, el jefe del proyecto, Nicolás Renolfi, quien se encuentra en la base de lanzamiento en Vandenberg (en el estado de California, EE.UU.), hizo públicas sus expectativas acerca del momento que viven todos aquellos que formaron parte de la fabricación del satélite, tanto de Invap como de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).

El ingeniero explicó que el Saocom "sacará imágenes como una cámara de fotos, pero la diferencia es que el satélite transmite su propia energía y no necesita la luz del sol, sino que puede atravesar las nubes para ver el suelo y también sacar imágenes de noche".

Eso permitiría hacer "un soporte a emergencias", ya que "cuando tenemos inundaciones en el país, generalmente está nublado y tenemos que saber qué es lo que está pasando abajo". La función también está vinculada a la agricultura, ya que el satélite podrá medir la humedad del suelo desde el espacio.

El experto agregó que, además, "combinando imágenes uno puede ver desplazamientos en centímetros del terreno", por ejemplo "se puede ver el estado de los puentes, rutas y desplazamiento de glaciares, se pueden detectar derrames de petróleo, algunos fluidos contaminantes, medir el espesor de hielo y monitorear barcos en las aguas".

También explicó que el aparato espacial trabajará en constelación con otros satélites italianos. "Tenemos que ir y estacionarnos en formación con ellos y compartir los datos", resumió.

Una vez lanzado al espacio, "en 12 minutos tiene que llegar a destino, donde hacemos la separación del cohete y luego el despliegue de los paneles. Después hay un ajuste fino de la posición definitiva en los próximos cinco días", anticipó Renolfi.