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A medida que se acerca el inicio de las obras de la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner, crece la preocupación de intendentes de la región. Sucede que muchas de las localidades que circundan a la industria de Vaca Muerta ya se encuentran desbordadas por el crecimiento de población que han tenido en los últimos años. Para la megaobra, se espera la llegada de unos dos mil trabajadores más y desde los municipios advierten que no los van a poder contener con la infraestructura actual. Piden al gobierno nacional y a las provincias que se ocupen.
La primera etapa del gasoducto Presidente Néstor Kirchner, que unirá los 558 kilómetros que separan a la localidad neuquina de Tratayén de la bonaerense Salliquelló, permitirán transportar 22 millones de m3/día de gas que actualmente se importa. Este tramo de la obra, importantísima para ampliar la capacidad energética del país, tendrá un costo aproximado de 1.500 millones de dólares que será financiado con fondos del Tesoro Nacional y del Aporte Solidario y Extraordinario. Lo que no contempla ese presupuesto es el desarrollo de infraestructura que van a necesitar las localidades aledañas para contener el movimiento que la obra genere.
El estado de las rutas y la disponibilidad de servicios de alojamiento (con todo lo que eso significa: servicio de agua, cloacas, gas, energía eléctrica); la seguridad; servicios de salud y educación cuando quienes se radican son grupos familiares. Cómo ampliar la prestación de esos servicios es lo que preocupa a los intendentes.
"Los representantes de la Uocra en la localidad me contaban que cuando comience el gasoducto más de dos mil personas van a ingresar a trabajar en ese lugar", dijo a Leandro Bertoya, intendente de San Patricio del Chañar, localidad que se encuentra a 20 kilómetros de la obra y cuya matriz productiva, basada en la fruticultura, ha sido desplazada con la llegada de Vaca Muerta.
Entre los principales déficits que tiene actualmente esta localidad de 15.000 habitantes, Bertoya señaló la falta de viviendas. "Hoy hay 800 familias sin viviendas", aseguró, y advirtió que esto está empujando a la ocupación de tierras particulares. También mencionó que cuando ocurre un robo, "la gente ya casi no hace la denuncia en la comisaría", que se creó cuando se fundó San Patricio del Chañar, en los años ‘70. "Es la misma comisaría, no se amplió en absolutamente nada. Entonces esa estructura tiene que contener lo que contenía a un pueblito de 1.500 habitantes. Es imposible que eso suceda", manifestó el intendente.
"Todo el corredor que está impactado por Vaca Muerta necesita inversiones urgentes y una infraestructura que no está en manos de los municipios resolver", afirmó Bertoya.
Milton Morales, intendente de Añelo, dijo a que el impacto que va a generar la obra del gasoducto en las localidades cercanas "se debería prever y nosotros estamos exigiendo que se prevea porque estamos en el corazón del desarrollo de Vaca Muerta".
El problema principal de su localidad es la falta de infraestructura básica para sostener el crecimiento. Indicó que en 2013 habían radicadas alrededor de 1.300 familias y ahora, con el boom de la industria hidrocarburífera, hay más de 8.000.
"Quintuplicamos la población y a eso hay que sumarle alrededor de 25 mil personas que diariamente se movilizan de diferentes puntos de la provincia y de otras provincias a trabajar al desarrollo de Vaca Muerta, que utilizan los servicios permanentes de la localidad", detalló. "Eso nos genera grandes trastornos y complicaciones". Como ejemplo, agregó: "Tengo alrededor de 700 familias sin gas".
Días atrás, el intendente de Campo Grande, Ariel Rivero, se sumó a un corte en la ruta 69 (que conduce a Vaca Muerta y atraviesa tres de los cuatro pueblos que componen a la localidad: San Isidro, Villa Manzano y Labrador). Pedían más seguridad vial, luego de un grave accidente que protagonizó un conductor por esquivar un pozo en una ruta que está muy deteriorada.
"Por las rutas nuestras pasa el 70 por ciento de la logística que necesita Vaca Muerta para funcionar", indicó el intendente en una entrevista con la radio750 Neuquén. Agregó que "a veces no tomamos dimensión de dónde estamos parados. Estamos parados en el segundo desarrollo más importante del mundo de gas y eso trae aparejado un montón de cosas".
Las principales demandas que tiene hoy la localidad, que en siete años duplicó su población y hoy cuenta -se calcula- con 11.000 habitantes son una planta potabilizadora, escuelas y más seguridad.
Los tres intendentes están trabajando en conjunto para presentar un petitorio a los gobiernos provinciales -Morales y Bertoya a Neuquén, y Rivero a Río Negro- para que junto con el gobierno nacional asuman un compromiso formal para el desarrollo de infraestructura para la región.
"El gobierno provincial tiene que involucrarse de lleno en estas cuestiones porque las obras de infraestructura para sostener semejante desarrollo es una necesidad prioritaria", consideró Morales. Agregó que con el gobierno que conduce Omar Gutiérrez "estamos trabajando en una mesa de negociación pero todavía no hemos tenido respuesta".
Para Bertoya, "el Estado nacional debe acompañar al provincial porque nosotros como municipio, por más eficientes que seamos, no tenemos capacidad para abordar la demanda de la gente que viene". Para concluir, remarcó que "indudablemente acá hace falta una fuerte intervención del gobierno federal".
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