Las diferencias internas en el MPN se acaban cuando se discute la política energética, se intentan redefinir aspectos del negocio de la industria petrolera y el rol que le corresponde a cada uno de los actores, en especial al Estado que debe arbitrar ante la ferocidad en la que se mueve este mercado. Es un debate que unifica posturas en el partido provincial y termina con Vaca Muerta en el centro de la escena.

En medio de las PASO, los sectores enfrentados por las candidaturas a diputados en el MPN cuestionan, con discursos homogéneos y sin fisuras, anclados todos en la tradición argumentativa del MPN con sentido federal caudillesco, un anteproyecto que dicen desconocer pero al que igualmente critican por "trascendidos".

"Los trascendidos", que siempre son potenciados por algún sector interesado, han provocado el milagro de alinear los pareceres del gobernador Omar Gutiérrez y de su ex vicegobernador y precandidato a diputado en la interna del MPN, Rolando Figueroa, mientras que el mentor de la prolongada renovación generacional controlada, el que empujó a ambos a los primeros planos de la política neuquina, el exgobernador Jorge Sapag, le puso el moño a la batería de críticas expresadas en contra de un anteproyecto que, hay que pensar a esta altura, no les gusta por las dudas.

"No vamos a ceder y no vamos a regalar ni un solo recurso", insistió Gutiérrez esta semana con su posición en contra de la llamada "Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas", cuyo texto está bajo análisis en presidencia, según lo expresado por el secretario de Energía, Darío Martínez. El gobernador ya había dicho anteriormente que no conocía el texto del proyecto, puso en duda con su pregunta "¿entra?" el envío al Congreso y, en su rol de presidente de la Ofephi, activó el poder de lobby institucional que tiene esa organización que agrupa a las provincias que cuentan con los recursos de gas y petróleo.

Bajo el paraguas de un eslogan de campaña que dice "neuquinizante" (vaya a saber qué significa alcanzar ese estado), Figueroa escribió una carta esta semana con apreciaciones que van en el mismo sentido que lo expresado por el que fue su excompañero de fórmula en el 2015: "Vamos a ser consecuentes en poner un freno a la Nación y hacer efectiva nuestra Carta Magna para que los recursos de nuestra tierra sean realmente nuestros", dice el texto del precandidato opositor a la lista oficialista del partido provincial.

Mientras Omar y Rolando arengan contra el centralismo porteño como influencers de la causa federalista, el ex gobernador Jorge Sapag y mentor de la oficialista lista Azul habló esta semana en base a "un borrador que estuvo dando vueltas de más de cien artículos", según expresó en entrevistas por radio. La precaria fuente que originó la crítica, el borrador, no le impidió afirmar que el proyecto "invade" la esfera de la autoridad de aplicación provincial. "Parece que terminaron el borrador y se lo dieron al Presidente", pero "el proyecto oficial no está", sentenció Sapag, que también dejó palabras ácidas contra Figueroa cuando dijo que prefiere en la banca de Diputados a alguien que sepa "trabajar en equipo" y "sintonice" con el gobernador porque, reconoció, en esta interna se juega la gobernabilidad en la provincia de los próximos dos años.

¿Cuál es el problema para el MPN?, ¿que el proyecto no está?, ¿que está pero no se lo dieron con membrete? ¿O hay que pensar que conocían el contenido del proyecto, había aspectos que no gustaban y eligieron el momento para blanquear sus discrepancias? Si esta última opción es cierta, la cartera de Energía le dejó en bandeja al MPN un tema para la campaña en el que se mueven como tiburones.

La secretaría de Energía fue la que plantó la idea de que el proyecto estaba terminado y en presidencia para su evaluación final antes de ser enviado al Congreso para su tratamiento. Ese punto que obró como disparador de la confrontación con el partido que gobierna la provincia que proporcionalmente produce la mayor cantidad de gas y petróleo del país, tenía el antecedente de la publicación de un supuesto anteproyecto en medios que se especializan en hacer lobby para los intereses de la industria petrolera. Y de ese supuesto anteproyecto que desde la secretaría de Energía afirman que no corresponde con el que ingresó a presidencia, se colgaron los que hablaron.

El debate de un tema central para la economía ahora es con ruido, empobrecido y se empantanó en un clima de desconfianza. Alguien salió ganando.

En este contexto electoral será difícil avanzar en tiempos más veloces. La cancha ya está recontra embarrada, pero la curva de aprendizaje, dirían los expertos en Vaca Muerta, hay que tenerla en cuenta para la próxima: para discutir con tiburones hay que transformarse en uno de ellos.