La sequía que llevó a la cuenca de los ríos Neuquén y Limay a los niveles más bajos en los últimos 15 años pone en tensión la priorización que se hace sobre el uso del agua, un recurso que se volvió escaso. Si bien la disminución del caudal tiene un componente difícil de revertir en el corto plazo, como es el cambio climático, la utilización del agua para producir energía eléctrica por encima del consumo poblacional y productivo es una decisión que desde sectores productivos piden sea revisada.

Esteban Jockers, vicedecano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue (UNC) dijo a que "nosotros adherimos a los reclamos de organizaciones, comunidades y referentes del sector para jerarquizar adecuadamente el uso del agua para satisfacer las necesidades básicas de la población y de la producción agropecuaria por sobre sus otros usos". Precisó que la sequía ya se nota en la producción de forraje, alimento que usa el ganado.

Explicó que las leyes provinciales definen la prioridad del uso del agua y sostuvo que, en términos generales, en primer lugar se ubica "el abastecimiento de poblaciones, después la irrigación, usos terapéuticos y termales, usos industriales y energía hidráulica y, por último, para estanques y piletas".

"La producción es una de las prioridades y el abastecimiento para las poblaciones y para la producción", remarcó el vicedecano y adelantó que desde la institución están elaborando una declaración para difundir en los próximos días, donde también pondrán a disposición sus recursos para la asistencia técnica en el desarrollo de estrategias y planes de emergencia que se puedan elaborar.

Con respecto a las consecuencias de la falta de agua, Jockers dijo que "en las áreas bajo riego, aún no se está viendo afectada la producción porque eso, si se da, se daría en el verano".  Agregó que "se espera que haya una reducción comparado con los otros años, en donde se van a ver afectados los distintos valles de las dos provincias".

Apuntó que "lo que ya se está empezando a notar es en el secano, en la producción ganadera" y explicó que "hay una diminución en la producción del forraje que crece con la lluvia y los sistemas productivos ganaderos regionales, en su mayoría, se sostienen con esa producción".

Acerca de la fruticultura, dijo que "podría haber una disminución de la producción, pero eso se va a expresar más adelante" y remarcó que la magnitud de la afectación no se puede saber todavía.

Productores

El titular de la Cooperativa de Productores de Fernández Oro y presidente de la Cámara de Fruticultura de esa localidad, Edgar Artero, agregó que "hay un atraso de 15 días en la floración" y agregó que otra consecuencia de la escasez de agua para la producción podría ser que la fruta alcance un tamaño menor al habitual.

En diálogo con , el productor se preguntó "¿para qué están hechas las represas? ¿Para producir corriente o para regar los valles?", y consideró que "si nos organizamos podemos destinar un dinero de lo que genera esa hidroeléctrica a optimizar el riego en el Alto Valle" porque "vamos a tener que empezar a utilizar el agua mucho mejor".

Explicó que los productores "regamos a manto", es decir, inundando grandes superficies, "cuando podríamos regar individualmente cada árbol con micro goteo como hacen en Israel", para lo cual se necesitaría una fuerte inversión.

El 11 de agosto el gobernador Omar Gutiérrez declaró la emergencia hídrica por 180 días. La norma establece el Desastre Agrario por consecuencia de la sequía y prevé una inversión de 800 millones de pesos en obras que garanticen el agua para consumo y riego.

En Río Negro, en tanto, la gobernadora Arabela Carreras dijo este martes que "por el momento" no declarará la emergencia hídrica. El anuncio lo hizo durante el acto de apertura del riego en el Dique Ballester que da inicio a una nueva temporada frutícola de la región del Alto Valle.

Fin de la concesión a las hidroeléctricas

La profundización de la sequía este año puso en agenda la renovación de las concesiones a las empresas hidroeléctricas que vencen en 2023, y abrió a la discusión sobre si deberían estar en manos de los Estados provinciales.

El representante de Neuquén en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), Elías Sapag, brega por la provincialización y esta semana participó de una reunión de la Comisión de Ambiente de la Legislatura neuquina y dio apoyo al proyecto presentado por el diputado de Frente de Todos Mariano Mansilla mediante el cual se inicia el proceso de recuperación de El Chocón y de cinco presas sobre el río Limay y una sobre el Neuquén.

 "Nosotros consideramos que la administración de las represas debería ser del Estado para poder definir mejor esta jerarquización de los usos", dijo Jockers y agregó que según los últimos informes que hablan del cambio climático se prevé que los fenómenos extremos, como las sequías, ocurran cada vez con mayor frecuencia "por lo tanto tenemos que prepararnos para atender estas situaciones".

Sostuvo que desde la facultad "apostamos a la formación de recursos humanos capacitados en esos temas principalmente".

Artero, en tanto, dijo que la sequía es un problema que "todos los años se agrava un poquito" pero remarcó que este año "estamos muy mal en los ríos y estamos pésimo en los lagos porque las empresas que concesionan las hidroeléctricas usan el agua indiscriminadamente para producir corriente entonces ahora te encontrás con que tenés sequía y los estanques vacíos".

"Aunque cueste decirlo, este año algo vamos a tener que dejar de hacer: o dejamos de producir corriente o dejamos de producir comida", advirtió y cuestionó que cuando venza la concesión de las empresas, en 2023, "nos van a dar las hidroeléctricas sin agua, es como si te doy el auto pero no te doy el combustible".

Señaló que "esto es una sangría, es poco federal y después nos echan en cara que la pampa húmeda es la que genera riqueza y la que trae dólares. Bueno, que con la soja hagan corriente", finalizó.