La Coordinadora del Copade, Silvia García Garaygorta, celebró el proyecto que lleva adelante la Secretaría de Planificación junto al Ministerio de Educación neuquino para crear en la provincia una Escuela de Robótica como la que hay en Misiones, y afirmó que "la idea es poder tener acá la segunda escuela pública y gratuita de robótica del país".

En diálogo con , la funcionaria dijo que la pandemia aceleró la preocupación por disminuir la brecha digital y explicó cómo es el acuerdo marco que se firmó con la provincia de Misiones. Detalló que la intención es que comience a funcionar en alguna localidad del interior neuquino a partir de 2022, a contra turno, y abierta a cualquier persona sin límite de edad porque "la inclusión es uno de los ejes de nuestra gestión".

García Garaygorta explicó que "la robótica es un recurso pedagógico muy potente" porque permite abarcar todas las asignaturas que tiene el programa educativo formal y desarrollar habilidades sociales y creativas, mediante proyectos que buscan solucionar una problemática o una necesidad concreta.

"El futuro va a estar de la mano de las habilidades digitales y el que no sepa programar en un futuro va a ser un analfabeto digital", aseguró la funcionaria y destacó que otro de sus objetivos es "ir reduciendo la brecha de género en materia de tecnología, que tengamos más mujeres graduadas en este tipo de disciplinas".

-¿Cómo surgió la idea de traer a la provincia una Escuela de Robótica?

-Para contextualizar, el eje de nuestra gestión de gobierno es el Plan Quinquenal. Dentro del Plan Quinquenal se ha definido a la ciencia, la tecnología y la innovación como uno de los pilares estratégicos para la sostenibilidad y el desarrollo, para este modelo de provincia que queremos alcanzar hacia el 2023. Desde que Pablo Gutiérrez Colantuono -el Secretario del Copade- asumió, nos propuso el desafío de integrar estas dos grandes funciones que tiene el Copade, que son la planificación territorial, y la promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación. Esto quiere decir, poner a la ciencia, la tecnología y la innovación al servicio de los problemas que encontramos en el territorio, y por otro lado, planificar usando estos instrumentos. El Copade es el actor que debe definir la política científica y tecnológica de la provincia.

El segundo desafío era reposicionar en la agenda pública el rol fundamental que tiene la ciencia. La pandemia contribuyó mucho a esto porque reconoció y puso nuevamente el valor estratégico que tiene la ciencia, la tecnología y la innovación para resolver los problemas, para promover la sostenibilidad y el desarrollo. En este marco, uno de los proyectos que venimos llevando adelante se llama "Reducción de la brecha digital educativa", que nace en el marco de la pandemia, cuando Copade empieza a hacer con otros organismos de gobierno y con los municipios un diagnóstico de qué estaba ocurriendo en nuestro territorio. Una de las grandes problemáticas era la brecha digital. La pandemia nos obligaba a digitalizarnos y había grandes asimetrías con gente que estaba quedando alejada de esta nueva tendencia que había acelerado la pandemia.

Para reducir este gran problema, al proyecto lo abordamos en cuatro componentes. El primero tiene que ver con el equipamiento. Había estudiantes que no se habían podido conectar por falta de computadoras, principalmente familias de extrema vulnerabilidad donde había solamente un celular para que se conecten seis hermanos. Para ese punto conseguimos una inversión de 300 millones de pesos gracias al CFI (Consejo Federal de Inversiones) y ya hemos entregado las primeras 1.000 de 10.000 equipos. El segundo problema era la conectividad. Había que mejorar la conectividad en aquellas zonas donde era mala y había que llevarla a donde no estábamos llegando. Ahí ya se gestionaron más de 200 millones de pesos gracias a un convenio con el gobierno nacional y con un aporte que realiza la provincia a través del Enacom y Neutic. El tercer punto era la ciudadanía digital, algo en lo que hizo mucho hincapié el Ministerio de Educación, y tiene que ver con ser responsables en el uso de esa tecnología. Entonces estamos desarrollando un programa de formación en ciudadanía digital, pensado no solo en los estudiantes sino también en sus familias. Pensado, por ejemplo, en los abuelos o las abuelas que necesitan hacer un trámite en el Pami y va a necesitar esa computadora que le entregamos al estudiante y tiene que saber cómo usarla con seguridad para no ser víctima, por ejemplo, de una estafa. El cuarto componente es la Escuela de Robótica.

-¿En qué consiste?

-El gobernador firmó un convenio con el gobernador de Misiones (Oscar Ahuad) para trabajar en conjunto varios temas y uno de ellos es la Escuela de Robótica. Misiones tiene el primer modelo del país de una escuela de robótica pública y gratuita. Nosotros lo trabajamos con el Ministerio de Educación.

-¿Reemplaza a la escuela normal?

-No. Funciona a contra turno. Comenzaron con una prueba piloto en la capital de la provincia y después lo fueron llevando a todo el interior. Este año los ayudó mucho el tema de la pandemia y la virtualidad porque lograron llegar a toda la provincia de Misiones. Funciona desde los cinco años hasta los 99, no tiene límite de edad. Ellos empezaron con los más chicos y se dieron cuenta que los niños y niñas volvían a sus casas, se ponían a armar el robot con la familia y después llegaba la madre, el padre, el tío, el abuelo, y ellos también querían aprender. Y comenzaron a generarse talleres para todas las edades. Nosotros vemos que la robótica es un recurso pedagógico muy potente por varias cuestiones. Nos permite por un lado abarcar todas las asignaturas que tiene el programa educativo formal y trabajarlo en un proyecto concreto. En Misiones trabajan de manera multidisciplinaria y eso permite además desarrollar habilidades sociales, creativas. Se trabaja por proyecto y en proyectos reales, que buscan solucionar una problemática o una necesidad. Entonces permite trabajar con los más chicos desarrollando la curiosidad, la investigación, el juego, y con los más grandes también. Son las mismas materias pero también permite ir desarrollando capacidades para el trabajo. Se desarrollan capacidades de innovación, de creatividad, se trabaja en equipo, se experimenta con las nuevas tecnologías, se diseña en 3D. Se trata de buscar ese problema o necesidad, intentar encontrarle o experimentar una solución, diseñar, programar, armar el prototipo y luego hacerlo funcionar. Es muy motivante para el estudiante, porque tiene un rol muy activo, y nos permite despertar las vocaciones científicas tecnológicas y también generar oportunidades de empleo. Desde siempre Copade ha trabajado arduamente para que niños y niñas se acerquen a la ciencia y la tecnología, que podamos aumentar la matrícula de inscriptos en las universidades en estos temas. También buscamos ir reduciendo la brecha de género en materia de tecnología, que tengamos más mujeres graduadas en este tipo de disciplinas, son parte de nuestro objetivos y creo que este proyecto va a ayudar mucho a que esto suceda. Sin duda, el futuro va a estar de la mano de las habilidades digitales y el que no sepa programar en un futuro va a ser un analfabeto digital.

-¿Van a copiar el modelo de Misiones?

-Nosotros queremos copiar todo lo bueno que ellos han hecho pero no traer el modelo de Misiones y aplicarlo directamente. Queremos evaluar qué cuestiones se han hecho bien, qué sirve para nuestra realidad, cómo podemos adaptar ese modelo y hacerlo una realidad en función de nuestras necesidades, y en función también de nuestro potencial y de todas las experiencias que como gobierno provincial hemos venido desarrollando en estos temas. La idea es poder potenciarnos junto con Misiones y poder tener acá la segunda escuela pública y gratuita de robótica del país.

-¿Cómo lo piensan implementar? ¿Van a hacer una prueba piloto en la capital?

-De acá a diciembre nos tenemos que sentar con Educación y con Misiones y empezar a ver cómo armamos nuestro modelo. Lo primero que te diría es que no. Para mí tenemos que empezar por un municipio del interior y por ahí elijamos distintos municipios de las distintas microrregiones de la provincia. Copade tiene este enfoque territorial. Esto implica una gran inversión en capacitación del personal, compra de tecnología, insumos para armar los robots. Tenemos un lindo desafío de acá a diciembre para el año que viene poder concretar el proyecto y ponerlo en marcha. Tenemos el compromiso del Consejo Federal de Inversiones en acompañarnos en esta iniciativa y tenemos toda la experiencia de la escuela de robótica así que estamos muy expectantes para ponernos a programar cómo va a ser la implementación concreta de este proyecto.

-¿Qué tipo de cosas se pueden inventar en una escuela de robótica?

-Los saberes se basan en lo que es el diseño, el armado del prototipo y la programación. Luego se va aumentando la complejidad. Por ejemplo, todo lo que implica hoy el diseño de videojuegos, que es una de las disciplinas que integran las industrias creativas, que estamos promoviendo a través del Centro de Diseño, creatividad e Innovación acá en el Copade. El mundo de los videojuegos está permitiendo que neuquinos y neuquinas estén exportando servicios al mundo, generando recursos muy importantes para la provincia. Esta es una de las cuestiones que más se ha avanzado y en la escuela de robótica se puede empezar a trabajar. Esto nos va a permitir articular con la Universidad Nacional del Comahue, que a través de la Facultad de Ingeniería tiene una gran trayectoria en este tema y nosotros podríamos trabajar con ellos en el diseño de aplicaciones, en videojuegos, en realidad aumentada. Son distintas temáticas que, a medida que se va avanzando en los talleres, se pueden ir complementando.

-¿En Neuquén también será una escuela sin límite de edad?

-Sí. Es uno de los objetivos que ha planteado el secretario del Copade, precisamente pensando en los que no somos nativos digitales, en las personas adultas mayores y en lo que ha implicado la pandemia. La inclusión es uno de los ejes de nuestra gestión y creemos fundamental, cuando hablamos de inclusión, de derechos y de planificación territorial, incluir también por supuesto a las personas adultas mayores así que no vamos a tener límites de edad. Empezaremos con los más chicos y las más chicas, desde los cinco años de edad en adelante, y desde ahí iremos armando el programa para cada grupo etario. Es un proyecto muy ambicioso, que vamos a empezar con pruebas piloto para ir ampliando la oferta. A Misiones les llevó más de cinco años. Un gran desafío va a ser encontrar a esa persona, que tiene que ser una apasionada del tema, que conduzca el proyecto para que pueda perdurar en el tiempo.