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En Astillero Río Santiago se sintetizan las peores recetas del neoliberalismo que aplica el gobierno de Cambiemos en el país. La gestión de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, intenta despedir trabajadores o directamente cerrar una fábrica estatal, donde trabajan 3.309 personas, y le va quitando volumen y capacidad de producción importando los mismos barcos que podrían realizarse en Argentina, frenando obras cuya finalización le aportaría financiación y más empleo, y descartando toda búsqueda de nuevas producciones o reparaciones.
Las palabras orgullo, familia, hermano, trabajo se mezclan con tristeza, incertidumbre y bronca en la boca de los trabajadores del astillero por la situación que atraviesan; y los mismos ojos que se iluminan cuando hablan de la construcción de turbinas para Yaciretá o Piedra del Águila, el techo del Estadio Único de la Plata, el buque General Belgrano o el Eva Perón, se nublan cuando miran el presente de este gobierno que quiere destruir ese pasado y su futuro.
“Está paralizado” definió Francisco Banegas, secretario general de ATE Ensenada, sobre la situación del astillero, y remarcó que “quieren que vegetemos así como estamos, nos pagan los sueldos y no reactivan el trabajo”.
El viernes 24 de agosto, y luego de meses donde los trabajadores denunciaron una intención de venta y de privatización que fue coronada por la frase del presidente de que había “que dinamitarlo”, los representantes gremiales mantuvieron una reunión con los ministros de Trabajo y de Economía de la provincia de Buenos Aires quienes prometieron que no iba a haber despidos, ni se iba a vender.
“La situación mucho no cambió con la reunión, ratificaron los dichos de la gobernadora de que no va a haber despidos, no va a haber privatización y que no va a haber cierre; lógicamente es un punto de partida pero ellos hablan de reordenamiento del astillero y nosotros hablamos de reactivación”, expresó Banegas a .
Y agregó que “la forma de ordenar seguramente no va a coincidir porque para nosotros el ordenador tiene que ser el trabajo y hoy el astillero está parado”.
Lo que denuncian tanto desde ATE como los trabajadores en el astillero es que no hay insumos para seguir haciendo las obras que tienen que finalizar y entregar, como los buques Eva Perón y Juana Azurduy que encargó el gobierno de Venenzuela; dos lanchas de instrucción para la Armada Argentina, un buque al que se le hizo la reparación de media vida; además de que “no están tomando ningún tipo de reparación, ni ningún trabajo menor de metal mecánica”.
Banegas explicó que “si se ordena, podemos hacer muchas cosas con el mismo plantel, pero tiene que haber planificación; el primer paso es que se continúe con las obras que ya tenemos, y el segundo, que se avance con los contratos firmados que hay”.
Lo que aclara el gremialista es que no solo hay trabajo por terminar, sino que hay compromisos para hacer cuatro remolcadores, dos Bulk Carrier de 20 mil toneladas y dos de 40 mil; que se financian a través de cartas de créditos y por cada uno de esos contratos hay una opción para hacer dos embarcaciones más, lo que implica que “es trabajo por mucho tiempo y eso es lo que la gobernadora no está haciendo; tomar la decisión política de financiar a través de esas cartas de crédito” para poder avanzar.
Marcos, delegado gremial con 17 años de trabajo en el astillero como eléctrico, describió que “con el cambio de gobierno en 2015 comenzó una etapa triste, se dejó atrás todo tipo de inversión, los laburos que se buscaban no se concretaban y empezamos a hacer reclamos al gobierno provincial por inversión pero no pasó nada”.
Y explicó que actualmente la capacidad del astillero está en un 40% y sostuvo que están “retrocediendo” porque “no hay laburo” y “lo último que dijo el gobierno es que no iba a haber despidos pero nos hacen vegetar, no nos dan trabajo y no podemos producir, estamos haciendo lo que se puede”.
Para Marcos, “no hay una política nacional que favorezca a toda la industria naval, tanto del Estado como privados y están comprando barcos a Israel, patrullas a Francia cuando podríamos hacerlas acá en Argentina”.
El astillero demanda un presupuesto de salarios de 3.500 millones de pesos al año, y de acuerdo a Banegas “es lo que el gobierno está observando con una mirada financiera”; pero “nosotros le damos una mirada estratégica al astillero, una mirada de soberanía, porque en el mundo la industria naval está subvencionada, porque es una industria donde no se invierte hoy y se cosecha mañana, son inversiones a largo tiempo”.
Y en este sentido destacó que los 400 millones de dólares que está pagando el gobierno para comprar los buques a Israel y a Francia “son más o menos 4 presupuestos que hoy tiene el astillero en salarios”; y aclaró que la construcción de cada buque de los que se le compran a Francia ocuparía 1200 trabajadores.
“Se van entre 7.000 y 8.000 millones de dólares en fletes”, agregó Banegas y sostuvo que “si tuviéramos una flota propia lo estaríamos ahorrando”.
Marcos coincidió en que “no hay una política a favor de la soberanía, de crear barcos para nuestro mercado o hacer buques patrullas para cuidar nuestro litoral marítimo”, y remarcó que al “dejar al astillero sin producir estás quitando soberanía, y nosotros estamos discutiendo qué Argentina queremos, qué va a pasar con nuestro Estado; y acá se está abandonando soberanía”.
“También tenemos la posibilidad de construir barcos de pesca y se están hundiendo en el mar y se están perdiendo vidas”, por esta situación, agregó y sostuvo, con bronca, que en el astillero podrían haber “revisado el submarino ARA San Juan” y si como “dicen tenía fallas técnicas, tranquilamente lo podríamos haber visto acá y repararlo”.
Jonatan, trabajador del área de arenado y con nueve años en el astillero explicó que están “en una situación compleja donde el gobierno nos amenaza cada día”.
“Nos dice que nos van a despedir, que somos improductivos, que somos un gasto innecesario para la provincia” y a pesar de eso “estamos todos los días trabajando en el Eva Perón para entregarlo lo antes posible y para mostrarle a toda la sociedad y al extranjero que el astillero tiene mano de obra calificada y que a pesar de la situación compleja que estamos viviendo y que no tenemos los insumos, estamos dispuestos a entregárselo a Venezuela, que es el armador”.
El trabajador relató que además de toda esta situación tienen inconvenientes en materia de seguridad ya que fueron a pedirle al gobierno “unas máscaras de protección con aire asistido” que usan a diario y les dijeron que “se cortó la caja chica”.
“No tenemos los elementos para entrar a arenar, y entre todos tratamos de armar máscaras y hasta hicimos un fondo común para comprar los elementos de seguridad, cintas, guantes y pantalones”, describió Jonatan.
“Sabemos cuáles son los objetivos del gobierno neoliberal, así que no le creemos nada de lo que sale en televisión”, dijo Nicolás, que trabaja hace 12 años y agregó que le “gustaría ver al astillero producir, que funcione en un 100%, porque si el astillero sale adelante, sale adelante toda la provincia, no es un proyecto egocéntrico en el que nos beneficiamos solos, se beneficia toda la sociedad”.
El Eva Perón
La construcción 79 es el buque Eva Perón, que fue encargado por el gobierno de Venezuela en el 2005 y al que le falta un 3% para su terminación, que básicamente son 49 millones de pesos que tiene que invertir el gobierno provincial en insumos.
Banegas explicó que “es una cuestión política entre el gobierno nacional y el de Venezuela y buscan justificaciones para no terminarlo, ya que falta el viaje de prueba y la entrega definitiva”, y destacó que “con esa entrega se liberan pagos por 8 millones de dólares” por lo que se beneficiaría la provincia de Buenos Aires.
“Se trató de instalar en la sociedad y sembrar duda en los vecinos de que el Eva Perón no se puede hacer o que estamos hace diez años trabajando”, describió Marcos refiriéndose al informe televisivo que hizo el animador oficialista Jorge Lanata hace alrededor de un mes y que fue una de las alarmas que encendió en los trabajadores de que se estaba desprestigiando al astillero para vaciarlo y venderlo.
El delegado gremial indicó “que el proyecto del Eva Perón está hace 10 años, pero hasta que llegaron los planos, los insumos y demás recién se empezó a trabajar hace dos años y medio, y el barco tiene un atraso de dos meses nada más”.
Y agregó que “es una desidia total por parte del gobierno provincial”, porque además “el aporte de insumos que falta luego es devuelto por el armador; vuelve al Estado”.
El orgullo de los trabajadores es tal que Jonatan contó que están “dispuestos a poner plata” de su propio bolsillo “para terminarlo” y “para demostrarle quiénes somos a la sociedad y al extranjero”.
La familia del Astillero
Juan, de gorro y campera por la lluvia y el viento que azotan desde el río en Ensenada, describió la fábrica como “la gran familia del Astillero Río Santiago”.
Y contó que a muchos de los “muchachos” que ingresan a trabajar, ya los conocen porque son hijos o sobrinos de otros trabajadores y ya compartieron con ellos “comidas y asados”.
“Estamos esperando el trabajo, porque acá no sobra nadie, acá falta trabajo”, definió Juan.
Uno de los pilares del astillero es la completa formación técnica de sus trabajadores y eso también tiene que ver con la escuela que funciona dentro, donde los alumnos se forman en los diferentes oficios antes de empezar a trabajar.
Alejandro, que trabaja hace 11 años en la fábrica y es egresado, calificó a la escuela como “el semillero del astillero”, cuya función es “alimentar a la empresa”, y agregó que la formación que tiene “está reconocida a nivel nacional y no se le da la importancia que debería”.
Marcos se refirió a la planta de trabajadores, que son actualmente 3.309, y señaló que “tenemos ingenieros, técnicos, gente muy preparada en su oficio” y que en “el nivel que estamos, podemos competir con cualquier astillero del mundo; de nuestros barcos no se queja nadie, ningún armador”.
Y detalló que en el astillero pueden “construir un barco, armar el techo del estadio único de La Plata, levantar torres eólicas, o corbetas que estuvieron en el Golfo Pérsico”.
Los mismos trabajadores destacaron que recibieron llamados “hasta de China” para felicitarlos por la forma en que navegan los barcos que se hicieron en el astillero y ese tipo de felicitaciones adhesiones los llenan de “orgullo”.
“Nos gustaría que las próximas generaciones, porque nosotros estamos por jubilarnos, sigan llevando la bandera de este astillero que nos dio la oportunidad de formar una familia”, dijo Daniel, que hace 43 años que está en la empresa y calificó a la situación como “muy diferente” de cuando empezó porque ve “a los muchachos que está sufriendo”.
Planteó que “es un orgullo particular haber trabajado en el astillero” donde hicieron trabajos “que son íconos a nivel nacional” como las turbinas de Yaciretá o de Piedra del Águila, pero consideró que “es como perder un hermano, ver a esta empresa así”.
Marcos graficó esta situación que viven cuando contó que sus compañeros se “están enfermando, se enojan entre ellos, hay caras tristes, y hasta hay compañeros que quieren pelear”.
“Acá no hay mucho para hacer y desde el gobierno te dicen que quieren dinamitar, cerrar; te deprimen y el compañero está triste y hay que contenerlo”, remarcó, y agregó que por eso recientemente instalaron “una carpa frente a la Legislatura y a la Casa de Gobierno” de La Plata y están haciendo una permanencia y juntando firmas, “para no quedarse haciendo catarsis” entre ellos.
La lucha de todos
A pesar de la grave situación que atraviesa el astillero, los trabajadores se mantienen activos tanto en sus tareas diarias como en la lucha que están encarando para evitar el cierre o despidos, como hizo evidente el presidente Macri, que hasta le ofreció la venta del astillero a un empresario pero con 3000 trabajadores menos.
El miércoles pasado realizaron una marcha de antorchas en Berisso, una de las tres ciudades que están en la zona, además de Ensenada y La Plata, donde participaron 5.000 personas en apoyo al astillero.
“Fuimos a repudiar los dichos del intendente que había manifestado que los trabajadores éramos violentos; nos habían reprimido y dijo que los trabajadores éramos violentos”, describió Banegas y sostuvo que “no puede hablar así porque tiene 1.300 trabajadores en Berisso y siempre demostramos que hemos salido a la calle a pedir trabajo pacíficamente”; pero “nos estuvieron esperando y nos emboscaron”.
Marcos aseguró que la comunidad “nos están bancando” ya que durante la marcha, “en esas 30 cuadras, los vecinos salían de los locales y aplaudían porque se daban cuenta de la situación; que si esas personas pierden el trabajo, el comercio es el primero que va a sufrir”.
“Veo que la sociedad abraza al astillero y le da un abrazo al compañero; en el astillero se discute soberanía y el vecino lo está entendiendo eso, y eso nos hace sentir fuertes”, sostuvo Marcos.
Y explicó que en Ensenada tienen, además del sostén de la gente, el del “intendente Mario Secco que está en todas”, y “nos faltaban las otras ciudades”, por eso la importancia del apoyo que reciben en la carpa que instalaron en La Plata y en la marcha en Berisso.
“Nos nos vamos a quedar con los brazos cruzados, estamos dispuestos a dejar lo que tengamos que dejar para defender el astillero, y el astillero no es cualquier empresa, cualquier organización gremial, tiene una historia de lucha que no la va a regalar fácilmente”, remató Banegas.
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