En el entorno de Horacio Quiroga ya hay decisión tomada: las elecciones municipales serán convocadas para septiembre próximo, despegándolas de esta forma de las nacionales teniendo en cuenta que Cambiemos, a decir de los hombres del propio intendente, se ha convertido en un salvavidas de plomo y su sentido de supervivencia les indica la necesidad de dividir las aguas.

La decisión choca con el anuncio que hace un tiempo había formulado Quiroga, en el sentido de que los comicios se unificarían con las presidenciales de octubre. Pero ahora las cosas se han precipitado y la crisis económica y social en la que Macri ha sumido al país los obliga a cambiar.

Sin lugar a dudas la decisión de pegar el volantazo ha sido tomada en soledad por Quiroga, en su calidad de líder indiscutido de su fuerza. Pero como aclaró con sorna uno de sus colaboradores “una decisión política debe ser además administrativamente correcta”, por lo cual el pedido de adelantar la fecha será presentado como una solicitud de los propios interesados, los candidatos.

La otra revelación que trascendió esta semana es que el candidato terminaría siendo Marcelo Bermúdez. Como todo el mundo sabe, la candidatura del secretario de Coordinación municipal y líder del Pro en Neuquén, no contaba con el beneplácito de Quiroga.

Pero los que sí contaban con la venia del jefe comunal, Monzani, Schlereth y Artaza, se fueron cayendo uno a uno. Alguno porque desistió de presentarse por motivos familiares, otro porque tiene planes diferentes y otro más porque parece que no mueve la aguja en la intención de voto.

Por otra parte, desde el quiroguismo fue descartada tajantemente la especie que daba cuenta de que el intendente impulsaría a una de sus hijas como candidata. “Es no conocerlo a Quiroga. Es un machista consecuente y jamás expondría una hija a semejante jugada”, apuntó un colaborador.

Mientras Cambiemos se cocina en su propio caldo el MPN, cuyo sueño de recuperar la capital reverdeció con el triunfo de marzo, no para de promocionar a su candidato, Mariano Gaido. Pero como con eso seguro que no alcanza, también trabaja en tratar de tramar alianzas, por ejemplo con el PJ, donde las posiciones al respecto no son unánimes.

Además, con el atractivo de las concejalías se apunta a formar colectoras y, cuándo no, a fragmentar al máximo el espacio político provincial, cuestión de que la pelea se convierta en una pulseada entre varios.

La otra novedad de la semana fueron los cambios en el gabinete de Gutiérrez. Las decisiones tomadas en este plano dan cuenta de una reafirmación de los aspectos técnicos por encima de los políticos. Algo que no es nuevo en el actual gobernador y que recoge en parte la vocación anti-política del macrismo.

Así, por ejemplo, el flamante jefe de Gabinete Sebastián González es un técnico del Copade, de activa participación en el mentado Plan Quinquenal del gobierno, pero no cuenta con mayores antecedentes políticos como se presume que requiere un cargo de la naturaleza del que acaba de asumir.

Con el ministro saliente de Salud, Ricardo Corradi Diez, queda la duda sobre si no se ha cometido cierta ingratitud. Después de todo se jugó por la causa del oficialismo en Cutral Co, donde los Rioseco parecen indestructibles, y obtuvo como recompensa el despido.

Sobre lo que ocurrió con la profesional seleccionada para ocupar el ministerio de Niñez y Adolescencia, que no pudo asumir porque aún no alcanzó la edad requerida por la Constitución, lo menos que se puede decir es que deja al descubierto cierta improvisación.

En cuanto a la decisión de incrementar la cantidad de ministerios -son 12 o 13, quién sabe- la impresión es que el gobierno simpatiza con la fórmula del gabinete supernumerario de Macri, que ya se mostró como un fracaso. Lo mismo ocurre con lo de “el mejor equipo”, que Gutiérrez repitió acaso sin caer en la cuenta de que ya resulta un bochorno.

Como se aprecia claramente, Figueroa está en campaña para ser senador. Aparentemente cuenta con una indulgencia plenaria de Jorge Sapag, que parece haberlo amnistiado por su díscolo proceder en la interna, pero no es seguro que pueda alcanzar el éxito sin el visto bueno de Gutiérrez.

Será por eso que algunos en el entorno del vice están pensando en armar una fórmula para el Congreso que lleve también a un Gutiérrez. Sería Pablo Gutiérrez Colantuono, el jurista hermano del gobernador, quien iría por la diputación nacional.

De cualquier manera, estas conjeturas sólo son posibles si Pereyra resigna su reelección en el Senado, posibilidad que no está descartada porque el año que viene “El Caballo” deberá revalidar sus títulos en el sindicato petrolero, algo que como se sabe no es el premio consuelo sino la verdad de la milanesa.

Todo esto cierra, claro, si hay un acuerdo de unidad en el oficialismo.