No hubo sorpresa. Gutiérrez ganó y ganó bien. Por una diferencia del orden de los 20 puntos, se convirtió en el candidato a la reelección por el Movimiento Popular Neuquino.

El gobernador ganó poniendo como eje de campaña su gestión. Con inauguraciones, anuncios de nuevas obras e inversiones y el peso del presupuesto más alto de la historia de la provincia producto de los ingresos extraordinarios por Vaca Muerta, el aumento del petróleo y la fuerte devaluación.

Pero su campaña tuvo un déficit político. Más allá del eslogan que puso a Neuquén en el podio entre todas las demás provincias, no hubo debate de ideas ni exposición de un proyecto consistente.

Con eso alcanzó bien. La fórmula se reveló exitosa, tanto como lo fue la decisión de ignorar al adversario interno: la lista Azul fue una pared contra la que fueron a estrellarse todas las invectivas del vice Rolando Figueroa.

Lo demás lo hizo el tremendo aparato del partido provincial y el gobierno juntos (si es que son algo distinto).

Figueroa perdió pero hizo una muy buena elección. El 38% de los votos es una performance que adquiere mayor peso aun cuando se pondera la maquinaria electoral que tuvo enfrente.

Su espacio no podrá ser ignorado de ahora en más y la dupla oficialista Sapag – Gutiérrez cometería un grave error si no lo tiene en cuenta.

El avance de Figueroa guarda estrecha relación con los déficit del gobierno. Con su falta de disposición para abrir el partido a la participación; el fuerte seguidismo respecto del gobierno nacional, y el tecnicismo apolítico que tiene la gestión y que quedó reflejado en la campaña.

Si Figueroa no fue más allá, fue porque sus críticas no alcanzaron a estructurar una propuesta superadora del esquema actual. No alcanza con cañonear al adversario, hay que plantear algo diferente, pero como nadie ignora el partido provincial arrastra un déficit de representatividad desde hace ya años.

Falta saber qué hará Figueroa. Hasta anoche no había reconocido su derrota y el vocero de su lista denunció fraude y un cúmulo de irregularidades. Eso sí fue una sorpresa en el MPN.

Es un secreto a voces que el vice viene agitando el fantasma de la ruptura para ir por afuera de su partido, y que para eso habló con distintos referentes de la oposición. Habrá que verlo. Pero en todo caso en mucho dependerá de la forma en que lo traten los ‘azules’. Como se dijo, su espacio no podrá ser ignorado.

Mientras esto ocurre, en la oposición algunos deben estar celebrando.