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05/03/2017

Tarde de gestos

Tarde de gestos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Este 1 de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias hubo, como suele ocurrir, datos para tener en cuenta. Muchos fueron apenas gestos que, como se sabe, en política suelen ser más importantes que las palabras.

Héctor Mauriño

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Los 1 de marzo -antes eran de mayo- son una buena oportunidad para tomar la temperatura política de la provincia. Por lo general constituyen un fasto en el que se hacen presentes las figuras más notorias de la política local. Como si marcaran tarjeta, desde el gobernador para abajo lucen las principales espadas del gobierno y del partido, y algo parecido ocurre con los referentes de la oposición.

Aún los que no van, de un lado y de otro, contribuyen cual aderezos a conformar un plato político común que se cuenta entre los más importantes del año, o deja huella o no la deja pero no pasa desapercibido.

Por supuesto el bastonero mayor es el gobernador de turno, el que realmente corta el bacalao, pero todos los miembros de la corte juegan un papel, por acción u omisión, que no puede sino ser tenido en cuenta.

Esta vez hubo, como siempre, datos para tener en cuenta. Muchas veces fueron apenas gestos que, como se sabe, en política suelen ser más importantes que las palabras.

Así, por ejemplo, podría anotarse entre los hechos llamativos del inicio del período ordinario de sesiones del miércoles pasado, el retorno al escenario político de Jorge Sapag, un hombre que a pesar de su ausencia de poco más de un año conserva un buen predicamento en el partido de gobierno, entre otras cosas porque fue el gran elector del gobernador y el vice actuales y por lo mismo se sospecha con algún fundamento que continúa moviendo los hilos por detrás de la escena.

A diferencia de lo que ocurrió el 1 de marzo del año pasado, Sapag estuvo allí y, contrariamente a lo que le tiene reservado el protocolo como ex mandatario -otro gesto-, eligió resignar la primera fila para internarse en las gradas altas del recinto y confundirse entre los asesores.

Desde su atalaya legislativa Sapag no buscó a la prensa sino que como era de esperar ésta lo buscó a él, entre otras cosas para preguntarle el sentido de su presencia. “Vine a acompañar para apuntalar la gobernabilidad”, deslizó con su habitual moderación.

Sapag también aprovechó para elogiar al gobernador Omar Gutiérrez, de quien dijo que “no para de trabajar, trabajar y trabajar” y cuando vino la pregunta atrevida, negó con su habitual sonrisa ser “su jefe político” y por el contrario se manifestó agradecido. “Soy quien le pasó la posta y él tomó la mochila y asumió una gran responsabilidad”, afirmó.

Entre algunos de los presentes quedó flotando la impresión de que, al igual que esbozó hace una semana el vicegobernador Rolando Figueroa, Jorge Sapag hizo acto de presencia en el recinto para contribuir a “la unidad” de su partido-gobierno. “Vino, por los mismos motivos que no vino el año pasado, para ayudarlo a Omar”, dijo alguno.

Acaso haya quedado flotando también entre los testigos del magno retorno aquella sentencia sabia que da cuenta de que “el ojo del amo engorda el ganado”.

No por el orden de importancia de los signos, sino por continuar con los Sapag, debe apuntarse que el miércoles se dieron cita en el recinto legislativo, por lo menos cinco de ellos: además de Jorge sus hermanos Alma “Chani”, Felipe “Pipe” (que hizo rancho aparte) y Elías “Gringo”, y también el primo Luis (no contamos a los que llevan el mítico patronímico como segundo apellido).

Ahora sí, en orden de importancia, deben apuntarse algunos gestos que dieron color a la presencia al gobernador. En un estilo que recordó vagamente la estética macrista, Gutiérrez se presentó ante la Cámara acompañado de su bella esposa, y la juventud de ambos contribuyó a acentuar, el mentado “relevo generacional” que agita de un tiempo a esta parte el oficialismo.

Hasta donde se pudo saber, no hubo tantos Gutiérrez como Sapag en el recinto. Pero casi. Al menos hubo cuatro: además del gobernador, su abuelo Reynaldo Pastor, su padre Omar “Yeyé”, y su hermano Pablo.

El MPN tiene una fuerte impronta familiar, y si bien los Sapag constituyen el linaje con más lustre hay varios más, como los Salvatori, los Tosello, los Sobisch y parece que también los Gutiérrez.

Que se sepa no hubo muchos Figueroa el miércoles, pero también el vice tendrá motivos para sentirse orgulloso de pertenecer a una de las prosapias emepenistas.

Más gestos: antes de que comenzara la sesión especial, el vice Figueroa recorrió de arriba abajo las gradas saludando uno por uno a diputados e invitados.

También, con su amable talante, advirtió a la barra emepenista del gallinero, que no debía proferir insultos o agravios a ninguno de los presentes. Las mujeres de la seccional primera fueron las únicas autorizadas a entrar al recinto y fatigaron a la audiencia con cantos y consignas que, al decir de alguno, se parecían más a las de algunos fans que las de los militantes políticos. “¡Oomar, Oomar; Omar, Omar, Omar!”.

Gutiérrez, ya sólo, también trepó las gradas para saludar a quien se pusiera a tiro. El gobernador, normalmente hiperactivo, enérgico, hace esfuerzos por ser amable y agradar.

El miércoles también fue de la partida el senador Pereyra. No podía ser de otra forma, el líder del sindicato petrolero es otro de los referentes de peso del partido provincial y tendrá algo que decir este año respecto de una eventual lista de unidad con Sapag. El “Caballo” saludó, fue saludado y se internó en la parte alta de las gradas para no regresar.

No faltaron las dos principales figuras de la oposición: “Pechi” Quiroga y Ramón Rioseco. El primero, como es práctica deslizó un juicio ácido sobre el discurso del gobernador: “Quedó gusto a poco en lo que se refiere a la capacidad de gestión de los recursos propios”, apuntó.

Rioseco, escoltado por su hermano José, el intendente de Cutral Co, escuchó en silencio y se escurrió temprano sin dejar declaraciones.

Los diputados Raúl Podestá y Eduardo Fuentes, del bloque Nuevo Encuentro-Frente Grande, exhibieron, en fin, sendos carteles en defensa de la lucha de los docentes.

En hall del edificio de proporciones descomunales, tanto que recuerda vagamente la opulencia del Primer Mundo, la masa de simpatizantes seguía con mirada bobina, entre incontables botellas de agua vacías, todo lo que iba ocurriendo en el recinto a través de las enormes pantallas dispuestas para el magno evento.

Afuera, bramaban los gremios estatales.

29/07/2016

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