Daniela Amondarain tiene un espíritu nómade notable y persistente, y lo pone en acción siempre que puede. Quizás esta peculiaridad tenga que ver con su incansable motivación por la búsqueda de todo; así como es de inquieta es exploradora, en el arte musical y en la vida.

Daniela es neuquina, cantante, intérprete, docente y compositora. Su nomadismo no es solo una mera acción de cambio de locaciones, también es algo que se manifiesta el cambio de raices que ella hace para abordar profesionalmente la música. En sus más de veinte años de recorridos en escenarios ha cantado y tocado folclore argentino y latinoamericano, tango, música clásica, rock, electrónica y música de corte experimental. Desde hace varios años decidió volcarse a un género que le permita hacer todo eso sin tener que ir cambiando “el domicilio del documento”: así se volcó de llano al canto jazz, género en el cual se desempeña profesionalmente desde entonces. Ella vive de cantar, tocar y enseñar el jazz.

Argentina, Ecuador y Chile han sido países testigos de su aventura. Sus pergaminos académicos acompañan la carismática vestimenta natural intuitiva que lleva en sí. Se recibió de Maestra de Música con Especialidad en Canto en la Escuela Superior de Música de Neuquén y es una agradecida eterna de haber tenido esa oportunidad, por lo que la viste marchando hace unas semanas en defensa de la educación pública con una sonrisa de oreja a oreja. Y luego le llegaron las especializaciones: es Licenciada en Artes Musicales y Sonoras en la universidad de los Hemisferios de Quito Ecuador y especializada en Musicoterapia y Educación Musical Especial en la Universidad Euroinnova de España.

En Neuquén ha quedado grabada a través de conciertos y álbumes de estudio con diferentes proyectos. Integró la banda Elefanticomio, con quienes grabó en su primer disco titulado “Nohy”; grabó en el disco de bajo solo del músico Gustavo Giannini “Nunca confies enun guitarrista”. Además, tuvo participaciones en grabaciones de diversos artistas, como corista y cantante, entre las que se destaca el disco “Despierta” de la artista Maca Montovi.

Volviendo un poco a su nomadismo: destáquese que en 2021, cuando cada humanos aun tenía temor de alejarse a más de dos kilómetros de su casa, ella se muda a Ecuador, involucrándose rápida e intensamente en el circuito musical local, realizando conciertos en diversos teatros y casas de espectáculos de Quito y otros lugares del país y la región. Así es como llegamos al 2023, cuando Daniela graba en Ecuador su primer disco solista: “Algo de vos” y para hacerlo se junta con el grupo de Pies en la Tierra, consolidada formación de jazzeros quiteños que aceptaron el desafió que les propuso: grabar canciones clásicas del rock argentino, con preponderancia en los 90's, pero con algunas perlas de décadas anteriores (como “Durazno Sangrando”) y posteriores (como “El Tesoro de los Inocentes”).

El disco es de factura impecable, porque está “calzado” a la perfección en la coloratura de la voz de Amondarain, pero es intrépido en su búsqueda de fusión de los originales con una base de color anclada en el jazz, pero con fuertes pinceladas de música latinoamericana. Y cuando se entra en una aventura tal, el peligro de hibridar y desvanecer la esencia original de la obra es altísimo, cosa que -por el contrario- no sucede en este trabajo de estudio, donde cada versión es un verdadero y emotivo hallazgo.

Te proponemos lo siguiente: compartamos una entrevista que le realizamos hace unos días en la paz de su casa del emblemático Barrio TCI del Oeste Neuquino, pero -si vos querés- antes le hacés una primera escucha a “Algo de vos”, o lo vas escuchando mientras lees la entrevista. Vos elegís tu propio recorrido para lo que resta de nota:

-Contanos del proceso de creación de este disco ¿lo inspiró la lejanía que estabas viviendo en Ecuador?

-Bueno, el disco surge mientras estaba viviendo en Quito, que de pronto en las radios comenzaba a sonar música argentina de los 90 y me daba la nostalgia, pero también una sorpresa de decir: ¡Ah! ¡Mira que bien como la pegaron por acá estos muchachos! Y viste como es, cuando estas lejos, escuchar música de tu país es un mimo. Entonces ahí pensé “¿qué pasa si armo unas versiones con mis compas de acá, súper jazzeros, de temas de allá?” Lo propuse y comenzó la aventura….

-Es de suponer que la selección fue bastante difícil de hacer. Un recorte así debe ser complejo: nueve canciones entre miles que se te deben haber cruzado por la cabeza como posibilidad concreta...

-Ufff sí, elegir fue difícil, porque por un lado quería dejar plasmada mi propia historia y re versionar la música que escuchaba de chica. A su vez, lo que fuera más conocido en Ecuador, y a su vez (sonríe) ¡no dejar a ninguno afuera, cosa que era imposible!

Entonces empezamos a probar, pero a la vez no es que ensayábamos tanto, había que llegar con las ideas más claras. Entonces con Cayo, arreglador y director musical, chateábamos y nos mandábamos músicas y las fantaseábamos sonando con la banda. Finalmente quedaron las nueve músicas que dijimos “sí, estas lo tienen casi todo”.

-¿De qué manera le fueron dando forma a las versiones? Porque no hay ni una sola de las canciones que sea un calco del original, todas tienen una búsqueda ¿Cómo fue ese recorrido y entre quienes lo hicieron?

-Claro, por un lado dijimos “mantengamos la esencia, pero hagámosla propia, que sea argentino-ecuatoriana cada versión”. Los pibes son Jazzeros de alto level. Entonces fue pensar cada música por ahí, pero a su vez sin que pierda el rock, y a su vez que tenga folclore. Entonces partimos de escuchar y escribir las melos originales, que me llevó un buen tiempo mandárselas al grupo y después juntarnos a ver que sucedía con cada una. Finalmente Cayo Iturralde se sentó y escribió todos los arreglos, menos “Filosofía barata y zapatos de goma” que la armó el pianista, Raimon Rovira, junto con “Un vestido y un amor”, que surgió en el estudio. No iba a quedar en el disco en principio, pero estábamos ahí y dijimos “Metámosla a ver qué queda” ¡y quedó!

-Hablanos un poco de los músicos que grabaron con vos esta aventura de estudio

-Yo llegue a Quito sin conocer a nadie, ni a una sola persona. Vivía en un hotel y por momentos pensaba “¿qué hago acá?”. Entonces iba a caminar, y un poco al gimnasio del hotel. Una mañana estaba ahí, haciéndome la Fit y veo que iba a haber un Festival de Jazz, “El Ecuador Jazz” y ponían una playlist de artistas que iban a tocar, todos nacionales, porque las restricciones de la pandemia estaban aún vigentes. Estaba en la cinta caminando, sola, no había ni una persona más, el celu con la playlist de aire, escucho una banda brutal y pienso “¡Wow! ¿Quiénes son?” Me acerco a mirar y era Pies en la tierra, uno de los grupos que iba a tocar. Me encantó. Al instante pensé que bueno tocar con estos pibes, pero solo lo soñé ahí. Al rato me pongo a buscarlos por Instagram, y mando un mensaje, así como de cara dura, hola que tal, soy Daniela, cantante, estoy acá en Quito y con ganas de tocar, les comparto este material, y mando ni sé qué cosa. Me responde el Cayo, bajista, compositor y arreglador de la banda y me dice “¡De una, tomemos un café!”. Y así empezamos. A los 15 días exactos de estar en Quito toqué por primera vez con quienes seguirían siendo mis compañeros por más de dos años y medio.

-¿Es muy distinto el panorama del trabajar la música en Ecuador que acá, son distintos los circuitos de presentación de lo que uno produce, la posibilidad de hacer docencia para vivir?

-Bueno, allá hay muy buen nivel de músicos. Hay lugares para tocar y un súper festival de jazz, en el que tuve el honor de cantar, en el 2023. Después en docencia trabajé más en forma particular, y ni tanto. Son más exigentes con eso de tener maestrías para dar en la universidad; así que yo hice una Licenciatura estando allá, me gradué de Licenciada en Artes musicales y Sonoras, pero no me dediqué a la docencia en sí. Me dedique a estudiar y presentarme como cantante en cuanto lugar podía ¡y por suerte fueron muchos! Canté por todo Quito.

Me sucedió que me convocaron de una fundación, El triángulo, que trabaja con chicxs con Síndrome de Down, y yo jamás había trabajado en un proyecto así. Acepté el desafío y fue una maravilla para mí, en todo sentido, aprendí muchísimo. Allí me sumé al equipo artístico, que estaba montando una obra, y con el profe de música creamos la música de Marea, partiendo de la musicalidad de lxs alumnxs y de lo que ellxs proponían. ¡Fue un viaje fantástico!

-Y hablando particularmente de este disco: ¿cuáles son tus planes, qué recorrido le soñás, qué te imaginas para él?

-Ay, este disco fue tan esperado por mí, que ya el hecho de que suene en algún lado me deja feliz. Obvio que me gustaría moverlo, presentarlo acá en Neuquén y el Alto Valle, pero bueno, me toca armar banda que aún no tengo. Volver a Ecuador también es un plan, tratar de ir alguna vez mas este año y tocar el disco de nuevo. Allá lo presentamos varias veces y con ese proyecto estuvimos en el Festival Ecuador Jazz. Después moverlo todo lo posible, claro, a donde se pueda. Ese sería mi sueño. Y que comience a gestarse el próximo, con lo que éste deje en el camino, y con lo que vaya vibrándome en las cuerdas vocales y el corazón.

-Hablanos de tus planes para este año ¿Te quedás, te volvés a ir?...

-Por ahora estoy por el valle de nuevo, tengo un viaje pronto a Guatemala y estaré tocando allá con músicos que contacté de la misma manera que hice en Ecuador, y aceptaron también acompañarme, así que tocamos en Antigua. Después creo que vuelvo a Neuquén y me quedo. Iré un poco moviéndome si es que puedo, pero aún estoy, así como viendo qué sucede.

-¿Pero hay un plan firme de presentar el disco en Neuquén?

-¡Ojalá que sí! Necesito una banda, pero sería perfecto poder hacerlo acá en mi valle querido. Vamos a ver si es que consigo que se entusiasmen con la idea, y que exista el espacio para hacerlo. El otro día fui al show por el día internacional del jazz, que estuvo genial, y pensé “¡Qué bien Neuquén!” Que se pare de manos frente a esta situación del país y apueste a la cultura, y haga cada vez más cosas, que suene más música, gratis, para todxs. Espero poder formar parte de alguna de esas presentaciones con el disco.

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