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01/12/2024

El fantasma de las importaciones

El fantasma de las importaciones | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La política del gobierno de reducir aranceles de importación e ir tendiendo a una apertura indiscriminada de productos de todo tipo, es una amenaza para el aparato productivo del país cuya consecuencia inmediata sería un crecimiento de la desocupación.

Pepe Mateos

“El mundo ahora protege la industria y (en Argentina) nos estamos desfasando otra vez”. Esta frase, que podría haber sido dicha en algún evento de opositores a la política del gobierno o en un encuentro de medianos empresarios con perfil nacionalista, fue largada en la última conferencia de la Union Industrial Argentina (UIA) por el economista Mario Cimoli, que en un espacio hasta ahora sostenedor de la figura de Milei se definió como "keynesiano y estructuralista". Una herejía para las huestes libertarias y sus interesados acompañantes.

Paolo Rocca, CEO de Techint, una de las empresas claves en la UIA y el principal aportante a la campaña de Milei, está planteando la necesidad de la protección para la actividad productiva local, al sentirse amenazado por la posibilidad de la entrada del acero chino a precios mucho más bajos que los que ofrecen sus empresas siderúrgicas. Nadie puede decir que no le avisaron que estas son las consecuencias de la libertad. Un empresario del rubro Calzados cuenta que durante la campaña, Milei nunca les contestó a varios pedidos de reuniones. “Estaba claro que la industria no le interesa para nada”, dice Damián Gravagna, titular de la fábrica de zapatos que lleva su apellido.

Franco Gravagna (izq) es el Jefe de Producción de la fábrica de zapatos Gravagna, ubicada en el barrio porteño de Villa Soldati. Sin vueltas, dice “esta película ya la vimos, la importación nos parte al medio”. Su primo, Damián Gravagna (der), se extiende más: “Estamos padeciendo la crisis que atraviesa todo el país. Hay una caída muy importante de la demanda. Esto es producto de las transformaciones de este año de todos los parámetros económicos. Obviamente la apertura de importaciones va a agravar esta situación. La eliminación de aranceles por sí solo no es lo adecuado. A lo sumo debería haber una eliminación progresiva que permitiera a las empresas adecuarse a una nueva ecuación. Nosotros tenemos muchos años, tenemos el oficio, la calidad, hacemos valer nuestra marca y buscamos alternativas para seguir siendo competitivos. Buscamos abrir mercados, en nuestro ADN está el perfil exportador, lo hacemos a una cantidad de países, por ejemplo EE.UU., Rusia, prácticamente toda Sudamérica, Francia, pero es una situación muy difícil con este dólar”, afirma. “El problema más grave es que con estas políticas se terminan perdiendo fuentes de trabajo que son muy difíciles de volver a generar”, concluye .

“En el rubro indumentaria estamos a contra-temporada del mundo, lo que hace que países como China o Bangladesh liquiden sus remanentes de la temporada pasada a precios de lote y contra eso no hay forma de competir”, dice Marcelo Siddig, empresario textil con 40 años de trayectoria. En su taller en el barrio de Chacarita emplea a 15 trabajadores que desarrollan ropa de mujer, hombre y deportiva, desde la moldería hasta la entrega final para distintas marcas.

Siddig forma parte de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), la cual estima que en lo que va del año cerraron 16.500 pymes, dejando un saldo de aproximadamente 380.000 trabajadores que han perdido su empleo desde el inicio de la gestión de Milei, con una media de 11 empleados por cada pyme cerrada.

“Veo a todos los empresarios que conozco, preocupados por la falta de consumo y la amenaza de la avalancha importadora”, dice Siddig.

 

Claudio Lozano, economista, dirigente nacional de Unidad Popular y coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, traza un análisis preciso del momento.

“Son tres las claves de las políticas neoliberales: apertura, desregulación y privatizaciones. En todas las experiencias, la de la Dictadura con Martínez de Hoz, después las etapas con Menem y Macri y hoy con Milei, estas tres características han sido centrales en el esquema general de la política económica que se aplicó y en todos los casos y que produjo los mismos resultados: endeudamiento, desindustrialización, aumento del desempleo, precarización laboral, caída de ingresos e incremento de la pobreza”.

Explica que “cuando se habla de apertura se está hablando de abrir la economía al proceso económico mundial en dos claves: apertura financiera y apertura comercial. La primera tiene que ver con permitir que los capitales entre y salgan sin ningún límite en el circuito económico de nuestro país. Eso hizo posible, desde Martínez de Hoz hasta acá, los fenomenales procesos de endeudamiento y especulación financiera que caracterizaron y lo siguen haciendo a la experiencia económica de la Argentina. En cuanto a la apertura comercial, consiste en facilitar por distintos mecanismos el ingreso de producción importada al mercado local. Esto es lo que en los últimos tiempos hemos visto y escuchado, que el gobierno nacional promueve e impulsa como política central, planteándolo como una manera de evitar la evolución de los precios”.

“Lo cierto”, continúa Lozano, “es que más allá de la excusa de bajar la inflación generando competencia, este tipo de políticas son las que han ido estableciendo procesos muy fuertes de desarticulación del aparato productivo nacional en los últimos 50 años, básicamente durante la Dictadura y en los periodos de Menem y Milei. Esta idea de seguir apelando a la importación, con un dólar retrasado respecto de la evolución de los precios internos, que hace que los productos importados tengan un precio mucho menor en un mercado que se encuentra deprimido dada la caída que se ha vivido en materia de ingresos y poder adquisitivo, con una población muy castigada por estas circunstancias y sumergida en más de un 50% bajo la línea de pobreza, da como resultado lo que podríamos llamar ‘una tormenta perfecta’”, argumenta el economista y dirigente político.

 

“A este panorama hay que sumarle que los sectores productivos locales han tenido un incremento muy significativo de los costos de infraestructura, concretamente de los costos de la energía. Estamos viviendo en nuestro país una cuarta experiencia neoliberal, un cuarto industricidio que va a seguir deteriorando la capacidad productiva de la Argentina y dirigiendo a nuestro país a un espacio donde la única perspectiva productiva sea la de carácter primario. Eso significa una Argentina reducida a la explotación de los recursos naturales, y no destinada a promover el trabajo con valor agregado con el aporte de la inteligencia y la integración de las argentinas y los argentinos”, concluye Claudio Lozano.

29/07/2016

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