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Ver y oír

Y la nave va

Una enorme nave/museo recorre los mares rescatando migrantes, convirtiéndolos en obras de arte para poder ser aceptados. Un (¿delirante?) proyecto concebido por el colectivo de artistas “Estrella del Oriente” cuestiona la forma en que el capitalismo opera en el mercado del arte y por otro lado segrega a millones de personas.

Pepe Mateos

“La ballena. El Metamuseo” es el nombre con el que se presenta en el Centro Cultural Kirchner esta instalación que incluye maquetas, piezas audiovisuales y material gráfico que aborda la problemática de los migrantes y la forma en que el sistema capitalista opera en el mundo del arte. Generado por el colectivo de artistas Estrella del Oriente, conformado por Ana Aldaburu, Juan Carlos Capurro, “Tata” Cedrón, María Negro, Roberto Plate, Pedro Roth y Daniel Santoro, la idea original surgió a partir de conversaciones acerca de la dramática situación de los migrantes en el mar Mediterráneo que no eran aceptados en los países centrales y los subsidios que algunas instituciones vinculadas a empresas y bancos ofrecen a artistas. De esa conjunción surge el planteo de transformar a migrantes, que no eran aceptados como personas, en obras de arte, para ser admitidos en los más renombrados museos del mundo (que en parte son subvencionados con grandes aportes de capital provenientes de mecenas que redimen de ese modo los orígenes espurios de esa riqueza y generan burbujas financieras alrededor de los artistas), luego de ser rescatados por una especie de crucero con forma de ballena, una figura casi bíblica, una especie de arca salvadora.

Con un incansable espíritu didáctico y también provocador, Daniel Santoro explica y desarrolla una y otra vez la conformación y el origen de la obra y las múltiples conexiones entre el mundo del arte, las despiadadas formas del capitalismo y las contradicciones culturales que se presentan en esta fase de la civilización.

Transformar a las personas en obras de arte tiene su origen en “la familia obrera”, la polémica instalación que Oscar Bony realizó en el Instituto Di Tella a fines de los 60 en la que expuso a un obrero de la Renault con su familia pagándole el triple de su jornal diario convirtiéndolo en el equivalente a una obra de arte.

En el proceso concebido para esta operación los migrantes rescatados pasarían por un proceso de conversión en el que atravesarían todas las etapas de la historia del arte, desde la pintura que es apreciada solo con mirarla hasta las más complejas formas del arte conceptual que requiere una elaboración intelectual.

“Le pedimos 300 millones de euros al presidente del Banco Santander para construir el barco y llevar adelante este proyecto” dice uno de los miembros del colectivo.

En la película “La ballena va llena” que relata como se origina y se plantea el proyecto, se puede escuchar el diálogo telefónico con el presidente del Banco Santander de España, en una conversación digna del humor más absurdo y que a la vez abre interrogantes sobre las dificultades para resolver las tragedias del mundo actual donde parece inviable salvar las tremendas desigualdades que se presentan. La película, de la que se ven algunos fragmentos en la exhibición, fue realizada hace 10 años y mezcla las conversaciones del colectivo que busca una manera de encontrar una solución a través del arte con situaciones que muestran las dificultades para realizar acciones concretas.

La exhibición funciona como una revisión de la historia del arte occidental siempre poniéndola en contraste con dramas y realidades que cuestionan con una filosa ironía, los más relevantes y rupturistas momentos de lo que llamamos ARTE. Las citas a obras están presentes en todos los detalles de un modo interrogativo e irónico.

Los migrantes rescatados por La Ballena hacen un trayecto en su proceso de conversión en obras de arte en el que asimilan como el arte ha ido derivando de algo que requería de una gran capacidad y talento para realizar obra (pinturas o esculturas) hasta el momento en que Duchamp instala un mingitorio declarándolo un objeto artístico instalando de ese modo las bases del arte conceptual. Sin embargo, no hay una conclusión definitiva y quedan abiertas preguntas que en si no tienen una única respuesta.

"Crecen los efectos exponenciales del capitalismo ahora financiero, y de la globalización: en una sociedad donde domina el fetichismo de la mercancía no puede haber un verdadero sujeto humano,¿qué vale más? "Los girasoles" de Van Gogh o una familia de recolectores de un país de la periferia?”, escribe Ana Aldaburu, también integrante del colectivo Estrella del Oriente.

Un concepto arriesgado el que plantea Santoro,”¿Por qué el arte no puede dar una solución? qué pasaría si todas las personas migrantes son consideradas obras de arte como lo fue el mingitorio de Duchamp, con la misma operación conceptual y si son obras de arte por que no pueden ser donados a los museos y en vez de pasar por migraciones en condición de personas humanas pasan por aduana en condición de objeto artístico? Y bajo esa condición quedan protegidos por las leyes de las obras de arte que son mucho más benéficas que las leyes que atañen a los humanos.”

Tremendas paradojas que cuestionan las profundas inequidades y conflictos que atraviesan nuestras sociedades.

La exhibición puede visitarse de miércoles a domingos, de 14 a 20 hs hasta el el mes de diciembre en el Centro Cultural Kirchner. La actividad es gratuita y no requiere reserva previa.

29/07/2016

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