-?
Pablo Llonto, periodista y abogado militante por los Derechos Humanos, consideró que el país vivirá “etapas de más resistencia todavía” que las actuales, y que “más temprano que tarde, en las urnas y en las calles, Milei y sus aliados recibirán su merecido”. Recordó que “en la dictadura hubo momentos en que la sociedad parecía mirar para otro lado” y “llevó un tiempo despertarse”.
Criticó a “tres medios de comunicación centrales, que tienen alcance nacional fuerte y que son (el canal) La Nación Más, el Grupo Clarín e Infobae”, los cuales “por un lado se encargan de esconder” problemas como la desocupación y los “salarios miserables”, y por otro “se dedican a agitar las mentiras que repiten Milei y sus ministros”.
Llonto, quien como abogado representa a querellantes en distintos juicios por crímenes de la dictadura, calificó a la condena de Cristina Kirchner como “una barbaridad jurídica”, manifestó su expectativa de que “más adelante la sentencia sea anulada”, y sostuvo que “tenemos la peor Corte Suprema de la historia de la democracia”.
En esta entrevista con
dijo que en Argentina “rige el Estado de Derecho pero la mayoría de los jueces no lo hacen cumplir”. Respaldó la idea de “cambiar en la Constitución el sistema de elección” de los cargos judiciales, y propuso tomar como ejemplo “la decisión valiente y corajuda que adoptó México de elegir a los jueces por el voto popular”.
-Quería pedirle una reflexión por el fallecimiento de Lolín Rigoni, la última Madre de Plaza de Mayo que quedaba en Neuquén y que falleció este miércoles.
-Sí, un dolor muy grande porque también con el caso del fallecimiento el mismo día de Enriqueta Asunción Rodríguez, una Madre de acá (Buenos Aires), que nos llegó la noticia a las pocas horas del fallecimiento de Lolín. Así que se nos fueron dos Madres en 24 horas el pasado 5 de agosto, y uno va sumando los fallecimientos, las partidas de las Madres, viendo las pocas que quedan. Pero nos vamos a nutrir siempre de la fuerza de las que partieron y de la fuerza de las que están. Así que va a ser con la fuerza de ambas que vamos a multiplicar las nuestras para seguir peleando por memoria, verdad y justicia, pero además por la defensa de todos los derechos humanos.
-¿Cómo ve la situación actual de Argentina en cuanto a la vigencia del Estado de Derecho y las libertades democráticas?
-Estamos en un momento en el que todo hay que defenderlo y todo hay que resistirlo. Milei y sus aliados lo que quieren, y yo estoy seguro que no lo van a lograr porque este es un pueblo de resistencia, un pueblo con contradicciones también muchas veces, pero un pueblo de resistencia, y yo creo que no va a lograr el objetivo central que es convertir a nuestra Argentina en un país que se caracterice por todo lo contrario de lo que se ha conquistado en estos años de democracia. Es un país que ha defendido con uñas y dientes cada uno de los derechos humanos, desde el primero, la vida, hasta, bueno, las defensas de la libertad de expresión, la defensa de los salarios dignos, de la vivienda, de la salud pública, de la educación pública, de la identidad, y podría estar enumerando cada uno de los derechos humanos que significó y significa en la Argentina mucho para la inmensa mayoría del pueblo, y estoy seguro que no que no va a ocurrir esto. Que vamos a vivir etapas de más resistencia todavía y que más temprano que tarde, en las urnas y en las calles, Milei y sus aliados van a recibir su merecido. Por supuesto uno quiere que sea lo más pronto posible, quiere que sea mañana, pero sabemos que los tiempos de lucha y de aguante y de resistencia de los pueblos se miden de otra forma, y que los gobiernos que vienen a ahorcarnos y a acogotarnos tienen una sobrevida que a veces parece muy larga pero que existe. Nos ha pasado con el macrismo, nos ha pasado con el menemismo y nos ha pasado con la propia dictadura. Pero las tres plagas, estas últimas que acabo de nombrar, se terminaron, y yo creo que la plaga Milei también se va a terminar.
-¿Qué le parece la represión de este gobierno que vemos cada miércoles con los jubilados frente al Congreso?
-Y, es un sello de estos gobiernos. Es un sello de los gobiernos como el de Milei, pero que, bueno, que lo hemos tenido con la Alianza de De la Rúa, con tantos muertos en aquel 2001 y en los años previos. Lo hemos tenido también con la represión del macrismo y lo que fue el asesinato de Santiago Maldonado y lo tuvimos hace poco, bueno, muy ejemplificado en el disparo criminal contra el reportero gráfico Pablo Grillo. Creo que no hay ninguna duda de que se tratan de gobiernos que silencian las voces y las protestas a balazos y machetazos. Y que esto indigna, pero necesitamos que un sector de la sociedad que todavía no está indignado por esto, no sabemos bien cuáles son los factores que están influenciando para que no se indignen tanto como deberían indignarse. Pero esto es inevitable, esa indignación es inevitable. La dictadura también tuvo momentos en que la sociedad parecía mirar a otro lado y no darse cuenta de lo que estaba sucediendo en cada una de las ciudades, provincias, pueblos, en el aspecto represivo. Llevó un tiempo despertarse. Bueno, aquí estamos todos y todas haciendo lo imposible para que esos tiempos se aceleren, contribuyen por supuesto los medios alternativos, contribuyen los movimientos sociales y las organizaciones poniendo la protesta en la calle y poniendo la denuncia en las redes sociales. Pero es un trabajo en el que no hay que retroceder un paso ni un minuto y esa tarea, porque es la verdad, ese es el valor más fuerte que tenemos nosotros. Nosotros no estamos mintiendo como miente el gobierno y sus aliados. Nosotros estamos diciendo la verdad cuando decimos, por ejemplo, acá en la ciudad de Buenos Aires hay 12.000 personas que duermen en la calle. No estamos exagerando, sino que estamos diciendo que todos los días los ojos de la ciudad ven a 12.000 personas revolver los tachos, dormir con un colchón de 20 años o 30 de antigüedad abajo de algún techo, si puede, o adentro de un banco (cajero). Y esto, bueno, es lo que tiene que conmover en algún momento a los que todavía no se han conmovido. Lo mismo pasa en muchas ciudades del país en distintos aspectos, y yo creo que este es el tema central. Que esa verdad empuje y empuje frente al aparato de mentira de Milei y los suyos, encabezados por tres medios centrales, que tienen alcance nacional fuerte, que son La Nación Más, el Grupo Clarín e Infobae. Esos tres medios son los que se encargan de, por un lado, esconder las noticias totales que hay que dar, esconder lo que está pasando con la desocupación, con los salarios miserables que ganan sobre todo los jóvenes, con la falta de vivienda, con lo que pasa en las rutas, con los salarios de los médicos, también miserables los salarios. Se encargan, por un lado, de esconder eso y, por otro lado, se dedican a agitar las mentiras que repite Milei y sus ministros. Mentiras que tienen que ver con la falsa detención de la inflación, que no es cierta. La inflación va golpeando y va golpeando, y no hay más que preguntarles a jubiladas y jubilados y a los asalariados cómo están sus ingresos para tener claro si la inflación sube o no sube.
-¿Es peligroso el discurso de odio que transmite el presidente, sus funcionarios, su aparato de comunicación? ¿Eso tiene repercusión después en la en la sociedad?
-Sí, sí, en un sector de la sociedad ese discurso de odio del presidente Milei y de Patricia Bullrich y de varios ministros, derrama para un sector de la sociedad que lo repite y lo multiplica y lo agranda. Y eso significa un riesgo, porque en cualquier momento puede terminar en una tragedia. De todas maneras, yo siempre dije en este año y medio que nosotros tenemos un pasado, ese pasado es el pasado de lo que ocurrió en la dictadura, y somos una sociedad que en general no quiere violencia. No quiere violencia, y que ha aprendido todas las lecciones y que le exige al Estado que no derrame violencia. Entonces me parece que hay un contrapeso, yo no quiero decir no pasa nada, no va a pasar nada, lo que digo es hay un contrapeso en un sector importantísimo y mayoritario de la sociedad que impide por el momento que ese discurso de odio y de desafío hacia la hacia la muerte y a la violencia por parte de Milei y sus ministros y su aparato comunicacional tenga algunas redes de contención. Ojalá que podamos sostenerlo hasta que Milei se vaya, y ojalá que sea lo más pronto posible que Milei se vaya porque hay que reconstruir mucho todavía. Hay que reconstruir mucho de lo que se ha perdido y entre eso que se ha perdido es la posibilidad de que, desde los medios de comunicación al menos ese discurso de odio y de construir el enemigo, se corte. Se corte porque esto es como como la vieja propaganda que alguna vez se pasó por la televisión respecto del tema de la violencia en las canchas, cuando la propaganda decía, no cantes “los vamos a matar, los vamos a matar” (a los rivales), porque en algún momento ese canto se transforma en una acción que consiste precisamente en “los vamos a matar”. Así que bueno, hay que hay que bregar mucho por esto.
-¿Qué lectura hace del fallo contra Cristina, por el cual está presa y proscripta?
-Una barbaridad jurídica que la Corte Suprema tenía la oportunidad de ponerle fin, pero bueno, tenemos la peor Corte de la historia de la democracia, que ya es mucho. Porque es una Corte que tiene muchos puntos de comparación con la Corte menemista. Y, por lo tanto, no hay garantía de nada. Llevar a la justicia un montón de temas sabiendo la Corte que tenemos. Por supuesto, nos hace temblar porque quienes creemos que una de las vías para solucionar problemas, conflictos, es la vía judicial, cuando esa vía judicial está tan contaminada del mismo pensamiento que el de Milei. Bueno, no queda otra que seguir peleando, pero a sabiendas de que ahí no hay garantía de nada. Ojalá, ojalá que algún día en la Argentina se pueda hacer una transformación de todo el sistema judicial y ahí entra, bueno, la posibilidad de que muchas injusticias, como la condena a Cristina, sean reparadas. La justicia está para reparar, para reparar todo lo que desde el Ejecutivo se hace mal o todo lo que desde el mundo privado se hace mal, pero también tiene que estar para reparar lo que la propia justicia hizo mal. Y ojalá estos fallos sean más adelante anulados, el fallo de Cristina. Porque significan la comisión de una barbarie jurídica, condenar a alguien, bueno, no solo por el tema de que los hechos ocurrían a una enorme distancia de la del poder de decisión de Cristina, por lo tanto, se le encajó una responsabilidad solo por una decisión política. Como si hoy nosotros quisiéramos hacer lo mismo, que está mal que lo hagamos, pero quisiéramos responsabilizar a Milei, por los hechos cometidos por un funcionario provincial en alguna de las provincias argentinas. Por más que esté descripto de esa manera en el fallo que condenó a Cristina, eso no significa que está bien. Es una sentencia que contiene barbaridades jurídicas y por lo tanto algún día esa sentencia se tiene que anular.
-¿Qué opina de que Milagro Sala lleve tantos años presa?
-Bueno, sí, más de nueve años. Y ahí tenés un ejemplo de cómo creen que el poder disciplinador a las sociedades y a sus reclamos es encarcelar a sus dirigentes. La historia de la humanidad está llena de ejemplos en contrario, que por más que hayan encarcelado a dirigentes, los pueblos van a seguir, las sociedades van a seguir en la calle y van a seguir defendiendo sus derechos. Desde Nelson Mandela y los años que pasó preso en Sudáfrica, por un reclamo de los más legítimos de la historia, ponerle fin al apartheid, a la discriminación racial, a que no obliguen a los negros en Sudáfrica a estar en lugares distintos y prohibidos porque los blancos tenían sus privilegios. Desde ese ejemplo, a los miles de ejemplos que hubo en la humanidad, los ejemplos de Argentina, de Milagro Sala y de Cristina Fernández, reflejan lo mismo. Creen que, porque los encarcelan, van a poder frenar los cientos y miles de reclamos. Con el agravante, en el caso de Milagro Sala, que se construyó un poder judicial para condenarla. Nunca hay que olvidar que esto lo hizo Gerardo Morales, el gobernador en aquel momento de Jujuy, que, en pocos días, a los pocos días de asumir, construyó ese poder judicial para tener la vía libre para cometer la injusticia con Milagro. Colocó a legisladores suyos al frente de la Corte, todo lo hizo en cuestión de horas después de haber asumido, es decir, preparó el terreno judicial. Hace pocos días se acaba de editar y salir un libro escrito por Elizabeth Gómez Alcorta, la abogada de Milagro y ex-ministra de Mujeres, donde cuenta todo esto. El libro cuenta cómo en Jujuy, Gerardo Morales con Milagro Sala abrió el laboratorio experimental para lo que luego iba a suceder en el país con Milei, la construcción de un aparato judicial que respondía solo a los deseos represivos, en ese caso del gobernador de Jujuy. Otro pésimo ejemplo de lo que ha pasado en la Argentina, mirar a Jujuy, mirar a lo que le hicieron a Cristina y bueno, y ojalá podamos reflexionar para algún día cambiar en la Constitución el sistema de elección del Poder Judicial, no solo del Poder Judicial Federal Nacional sino también de los poderes judiciales de cada provincia y copiar a México que hace poco tiempo tomó la decisión valiente y corajuda de elegir a los jueces por el voto popular que creemos muchos de nosotros que es no la solución completa pero sí el inicio de la democratización de un poder judicial que hoy es el más antidemocrático de la Argentina.
-¿Quedan genocidas todavía por juzgar? Y con un gobierno negacionista, ¿se puede avanzar igual con estos juicios?
-Sí, sí, se puede avanzar, queda mucho por hacer. Quedan miles de genocidas todavía sin haber sido llevados a juicio. Para que te des una idea, el 60 por ciento de las víctimas aún no tuvo juicio. O sea, llevamos veintidós años desde que se reanudaron los juicios en el 2003, y recién se ha juzgado al 40 por ciento de los casos de víctimas. O sea que tenemos por lo menos para veintipico de años más. Y eso implica miles y miles de genocidas que hay que llevar a juicio. Bueno, posiblemente muchos de ellos no se los va a poder llevar a juicio, ya sea porque murieron o porque están en una situación cognitiva que impide que puedan estar presentes en un juicio. Pero a nivel nacional, si uno hace la cuenta, cuando nos reunimos los abogados y las abogadas de lesa humanidad de todo el país, en los encuentros nacionales pasamos lista y vemos que sí, que queda mucho, quedan muchos juicios por llevar adelante. Así que tenemos para un par de décadas más, al menos, de juicios y de genocidas a los que hay que, algunos están identificados, hay que llevarlos a juicio, y otros hay que seguir trabajando en la investigación para identificarlos y tratar de llevarlos a juicio.
-Frente a estas situaciones de represión, de despidos en el Estado, de avasallamientos, ¿cree que el país sigue viviendo en un Estado de Derecho?
-Sí, sí. Yo soy muy cuidadoso con el uso del de los términos. Sé que hay muchos compañeros que dicen, bueno, esto es una dictadura, muchos compañeros que dicen, esto es un genocidio. Yo trato de poner las palabras en su lugar. La dictadura fue la dictadura, y las dictaduras son las dictaduras. Este es un gobierno que ha llegado con el voto de una mayoría y que se va a ir también por el voto de la mayoría, o se va a ir por alguna de las formas en las que el Poder Ejecutivo en la Argentina se termina. Por ejemplo, la renuncia. Pero hay que tener mucho cuidado para usar los términos, porque si no se minimiza lo ocurrido en la dictadura cívico-militar, se minimiza lo que han hecho otras dictaduras en Latinoamérica. El Estado de Derecho en la Argentina rige, lo que tenemos es unos jueces, una inmensa mayoría de jueces que no lo hacen cumplir. Pero nosotros tenemos normas que están por encima de la barbarie de decretos y de leyes que ha sancionado este gobierno, y que esa Constitución que tenemos, que tiene artículos específicos sobre el tema de la protección de derechos humanos, están vigentes y están por encima de esos decretos y de esas leyes del gobierno de Milei. Por lo tanto, lo que necesitamos son jueces que apliquen esa Constitución, declaren inconstitucionales las normas tanto nacionales como provinciales que se saquen, y que agreden o que sean sacado para agredir los derechos humanos, y se protejan los derechos humanos. Pero bueno, escasean esos jueces. Pero yo tengo la esperanza de que, con las denuncias, con la movilización en la calle, con el trabajo que hacen los periodistas en los medios alternativos, con los reclamos de los movimientos sociales y de derechos humanos, cada vez mayor cantidad de gente tome conciencia y le diga basta a Milei.
Va con firma | 2016 | Todos los derechos reservados
Director: Héctor Mauriño |
Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite