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El director de Protección al Consumidor del ministerio de Gobierno, Pablo Tomasini, describió la alta demanda de alquileres en la provincia, producto de la cantidad de familias que se establecen en busca de trabajo atraídas por Vaca Muerta. Consideró que el Estado debe intervenir en el mercado inmobiliario, aunque de manera “selectiva”.
-¿Cuál es el panorama actual del mercado inmobiliario en base a los datos que aporta el Monitor de Alquileres?
-Hay dos cuestiones importantes que tienen que ver con el diagnóstico de la situación en la que estamos actualmente: el primero, que es un dato impactante, es que por lo menos 20 familias por día llegan a la provincia a instalarse en Neuquén. En 2024, el registro dio que fueron alrededor de 22 mil personas llegaron a Neuquén de afuera. Eso significan 6 mil familias que llegan en el año. Para graficarlo, sería algo así como que se necesitan construir 2 aulas por día para albergar a los chicos de las familias. Es un tema del que no se está tomando la real dimensión de lo que impacta en nuestra sociedad de la migración que se genera por el impacto Vaca Muerta. Y lo más profundo del diagnóstico es que estamos pisando el 25 por ciento de la gente que tiene acceso a la vivienda por alquiler. En el censo de 1991 había un 9 por ciento de gente que alquilaba en la provincia; en el censo del 2022 llegó a un 22 por ciento y por este efecto de Vaca Muerta creemos que estamos alrededor del 25 por ciento con picos en algunos lugares de la zona cordillerana con un 30 por ciento de la gente que alquila. Eso hace que la demanda de alquileres sea absolutamente elevada. El gobierno de la provincia tiene dos líneas de trabajo: una el tema de las viviendas con fondos propios más el plan de recupero de las casas que nunca se pagaron, y eso se destina a construir viviendas propias. Pero por otro lado, con el Monitor de Alquileres estamos tratando de construir un conjunto de políticas públicas que tengan que ver con el alquiler. Estas políticas no son uniformes para toda la provincia porque las realidades son distintas. La zona cordillerana tiene una cuestión especial como lo es el alquiler temporario para el turismo porque al propietario le significa más renta que alquilarlas anualmente, y tenemos un problema más focalizado en la Confluencia -Neuquén, Plottier y Centenario-, y después tenemos un problema que abarca Añelo, Rincón de los Sauces y Buta Ranquil que es la zona del petróleo, donde se rigen con otros parámetros los alquileres.
-¿Qué características tienen las familias que vienen a radicarse en Neuquén, en cuanto a trabajo y alojamiento. Vienen con trabajo o sólo con expectativas por el boom Vaca Muerta?
-Igual todos vienen con el problema de que no llegan con una vivienda propia. Luego de estar 4 ó 5 años empiezan a pensar en la vivienda propia. Pero llegan a tener que alquilar. Y eso, en esos tres lugares que mencioné, nos impacta en las políticas públicas. Por ejemplo en Villa La Angostura tenemos un grave problema para asentar médicos porque no tenemos posibilidades de que puedan alquilar. Entre las políticas públicas que estamos pensando hay varias líneas. Una, con dos líneas con el Banco Provincia: una de un préstamo específico para la persona que necesita alquilar y que los precios se les hayan ido muy alto y necesiten 3 ó 4 millones de pesos para ingresar, y una segunda línea son los seguros de caución para evitar las solicitudes de dos fiadores (garantías) para poder alquilar. Estamos intentando impulsar tras políticas públicas más sectoriales, por ejemplo, desde el Monitor con la Universidad del Comahue y con el gobierno de la provincia. El Monitor es un organismo público-privado, porque lo integran las inmobiliarias, los propietarios, los inquilinos, los estudiantes de la FUA que vienen a estudiar a la Confluencia y alquilan, los encargados de edificios y el ministerio de Gobierno. Ahí intentamos sacar algún tipo de política pública. Ahora, la ley de Alquileres quedó sin efecto. De eso vemos que ni el mercado solo puede condicionar todo, ni el Estado lo puede armar. Hay que armar un conjunto de políticas públicas desde el estado pero que puedan estar articuladas con el privado. Cuando se quiso imponer la Ley a rajatablas, se fue el 50 por ciento de las casas para alquilar. Una ley que yo estaba de acuerdo porque era para condicionar un mercado, pero el efecto no fue el esperado. Y eso a la gente que ya estaba alquilando le vino bien porque por tres años mantuvo el precio, pero a la gente que necesitaba alquilar se le generó un enorme problema porque no había viviendas. No sirve el mercado sin el Estado interviniendo. Con la Universidad vamos a trabajar en residencias universitarias porque eso elimina la posibilidad de que muchos pibes vayan a tener que alquilar y eso le saca presión al sistema de alquileres. Como esa, estamos intentando diseñar un montón de políticas, como por ejemplo en algunos lugares turísticos la provincia construya casas institucionales para que los médicos se instalen, con el pago de una especie de alquiler, para que tengan un lugar donde vivir.
-¿Han detectado abusos por parte de propietarios a la hora de imponer las condiciones de los contratos, amparados por la economía liberal marcada por el gobierno de Milei?
-Hay un sistema como de “copia” que consiste en que un propietario alquila su departamento en 600 mil pesos y el de al lado lo alquiló a 1 millón. El propietario le va a reclamar a la inmobiliaria que le administra la propiedad sobre esa diferencia. Y eso provoca una tensión sobre el sistema. Por supuesto que hay inmobiliarias que abusan, que cobran más de lo que deben. Guillermo Reybet, que integra el Monitor, también nos dice que él combate esos abusos. También nos pasa que hay abusos del otro lado, como cuando el inquilino no se quiere ir porque no tiene adónde y tal vez se queda un año sin pagar alquiler. Hay como un sistema que, al no haber legislación, se distorsionó de una manera muy grande. Nosotros hicimos una guía práctica de alquileres que no intenta reemplazar a la ley pero sí poner término razonables en, por ejemplo, los contratos.
-¿Hay alguna forma de evitar que Vaca Muerta sea la que rija el mercado inmobiliario?
-Tiene que haber una intervención selectiva del Estado, pero no significa una intervención sobre todo el mercado inmobiliario, sino inteligente. Lo que planteamos sobre los estudiantes, sobre los médicos en algunos lugares de la provincia, es para nosotros una intervención inteligente que no significa intervenir en el precio del alquiler porque no serviría. Si fijamos un tope en el precio la gente no va a conseguir dónde alquilar. Hoy estamos hablando de un cuarto de la gente de la provincia que alquila, por eso tenemos que ser muy inteligentes en la aplicación de políticas públicas. Por ejemplo, se presentó un proyecto de ley y se armó un registro de alquileres temporarios en los lugares turísticos para aquellos propietarios que quieran alquilar su vivienda por la temporada, tenga que inscribirse con algunos requisitos. Creemos que va a ser bueno porque va a sacar de ese mercado un montón de lugares truchos que no responden a las condiciones, y esa gente probablemente tenga que poner sus propiedades en modo alquiler permanente. Hasta que el sistema de equilibre y se comiencen a construir más casas para viviendas propias, o hasta que las facilidades que están dando el plan de recupero o el BPN se materialicen, vamos a pasar al menos una década en la que nosotros seguiremos pisando sobre distorsiones.
-¿Qué cantidad de viviendas cerradas hay en Neuquén?
-No tenemos datos, pero sabemos que está ocurriendo. En la ciudad de Neuquén, más que nada, en los edificios en los que se compran los departamentos para tenerlos ociosos para especulación. Los compran pero no les interesa alquilarlos. Nosotros creemos que debe haber un sistema de incentivos para que los pongan en alquiler. Actualmente se están construyendo 96 edificios, más otros 200 que están iniciándose. Estamos hablando de muchísimo dinero que tiene que ver con Vaca Muerta. Nos cuesta identificar cuáles son los edificios que tienen departamentos ociosos. Por eso generamos el año pasado el registro de administradores de consorcios, que lo estamos trabajando, para poder rescatar la información necesaria para saber, por ejemplo, cuánta superficie en Neuquén capital está ociosa y que podría estar disponible para alquilarse de manera permanente. En septiembre y octubre del año pasado hicimos la primera encuesta inquilina de la provincia, de la que hemos sacado algunos datos interesantes pero nos falta trabajar para rescatar otros datos. Este año se va a hacer otra en la misma época.
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