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09/03/2025

La democracia resiste pero colapsa

La democracia resiste pero colapsa | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El estado de derecho ya no resiste tanto agravio y que los argentinos ya no saben en que sistema creen que están viviendo.

Osvaldo Pellin

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A esta altura de la gestión Milei caracterizada por lo

discrecional, lo anticonstitucional, lo corrupto y otras yerbas, uno se pregunta cómo puede resistir el estado de derecho una gestión que lo degrada ante cada medida que toma desafiando la historia y la legalidad.

En un reciente artículo de Rafael Bielsa aparecido en el diarioar, se comenta una entrevista que un periodista tuvo con Richard Nixon después que este renunciara por el escándalo del Watergate. Allí sostiene el defenestrado Nixon que las ilegalidades no son tales si las toma y asume un presidente.

Evidentemente y por suerte es esta una apreciación de un desalojado de su cargo de presidente, de lo contrario no es difícil imaginar que una nación se sumerja en un caos.

Entre nosotros pensar que la llamada Justicia en este país es indiferente a crímenes como la criptoestafa se comienza a hablar de complejidades incompatibles con el normal andar de una república.

Pensar que se puede expresar con satisfacción la cesantía de más de un cuarto de un millón de empleados públicos o el cierre de más de 12 mil empresas en un país que requiere desarrollo y en base a ello el ahorro de divisas.

Pensar que se puede designar por decreto a dos jueces del máximo tribunal de la república y exigir acatamiento a los fallos que de ellos provenga, termina siendo un espectáculo de cinismo general del que ni la justicia puede esperarse.

El aguante que hace el sistema o sea sus ciudadanos que aun creen que viven en democracia frente a un concierto de arbitrariedades es cerrar los ojos a transiciones que se avecinan que llevan claramente a una dictadura civil de repudiables características.

Es por toda esta incertidumbre que se ha hecho carne en la mayor parte de los ciudadanos argentinos que ya no saben en que orden viven si en el que señalan las normas civiles o las que dicta un autoritario investido por privilegios deleznables, como que desde su elevada tribuna se dedica a insultar, amenazar y denostar a cuanto persona exprese desacuerdo con su estilo y al contenidos de sus medidas.

De allí que sostengamos que el estado de derecho ya no resiste tanto agravio y que los argentinos ya no saben en que sistema creen que están viviendo. En propiedad vamos hacia una dictadura de medidas de número impreciso y que se expondran cómo y cuando se le antoje a quien se arroga el nombre de primer mandatario de la República. Mientras tanto es probable que se siga votando un resultado que seguramente podrá ser defraudado por el poder vigente y seguramente ese mismo poder lo llame Democracia.

29/07/2016

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