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16/02/2025

Aquella enmienda constitucional de 1994

Aquella enmienda constitucional de 1994 | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La enmienda fue una promesa de campaña del Movimiento Popular Neuquino, desde la elección interna que ganó Jorge Sobisch.

Osvaldo Pellin

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Hace pocos meses se cumplieron 30 años de la Enmienda constitucional neuquina aprobada mediante referéndum popular en 1994.

Mediante la misma se modificó el régimen electoral para la elección de los diputados provinciales, para lo cual comenzó a utilizarse el sistema D’Hondt y a partir de entonces la composición de la Cámara de Diputados amplió el número de diputados de 25 a 35, dando lugar a la representación pluralista de la misma.

El acontecimiento ha sido debidamente recordado por la actual Legislatura por eso es que mi propósito será evocar algunos hechos que hablan de la dificultades políticas que encontró la iniciativa, que contaba con suficiente consenso en la población toda vez que fue aprobada por referéndum popular del 60%.

La Enmienda fue una promesa de campaña del Movimiento Popular Neuquino, desde la elección interna, donde prevaleciera Jorge Sobisch, del mismo partido.

Pero llegados a las instancias ejecutivas se presentaron, con el MPN en el gobierno, disidencias internas que hicieron peligrar el objetivo de la medida.

Un sector del partido gobernante se oponía pues pensaba que siendo habitualmente el más votado no debía conceder la ventaja de la mayoría que le otorgaba el anterior texto.

Era ese el argumento del Presidente Honorario del partido el Senador Elías Sapag.

¿Por qué debemos ser nosotros, se decía, los que concedamos lo que la oposición debería conseguir en la porfía electoral?

Pero, claro está, se trataba de acelerar, imbuidos de clamor democrático, las bases institucionales para la actualización de la carta magna provincial.

Eran tiempos donde aún prevalecía la influencia de una intensa vida política que señalaba el acuerdo con el presidente Menem para reformar la Constitución Nacional, cosa que se llevó a cabo ese mismo año.

Los partidos políticos conservaban una vigencia institucional e histórica que permitía dar pasos hacia la profundización del sistema. Pero la hegemonía que por entonces tenía el MPN les hacía ver una resignación gratuita de su poder político para cederlo a la oposición. En realidad una medida de ese tipo sin contraprestación de la parte beneficiada parecía de una gran ingenuidad pero obedecía no solo a reparar un déficit en el equilibrio de los poderes republicanos, cuando no un anacronismo del sistema democrático, ya que con la mayoría parlamentaria asegurada el Poder Legislativo provincial equivalía a una mera escribanía que aún antes de debatir, todas las iniciativas del Poder Ejecutivo, se sabía que serían aprobadas por una mayoría siempre idéntica de 15 a 10.

No obstante estas evidencias, hubo un conato por parte de la cúpula del partido provincial de retirar del debate el tema. La ratificación del mismo contó entonces con el apoyo del Partido Justicialista de Neuquén, que fue quien finalmente, en la persona del Dr. Roberto Natali, a la sazón miembro informante del proyecto de ley, el que presentó a la Cámara el apoyo a la ley de Enmiendas, no sin mencionar observaciones.

Hoy nuestro parlamento cuenta con el pluralismo anhelado que vive lo que otros parlamentos también padecen: el empobrecimiento del debate, el cajoneo sistemático de temas urticantes para los oficialismos, ausencia de diálogo entre las diferentes bancadas y hasta la cooptación dolosa de algunas voluntades, a efectos de hacerles renunciar a los principios de sus propios partidos y aun a las promesas preelectorales.

El soborno, paralelamente a la decadencia del sistema, fue denunciado por los medios y la ciudadanía hasta el punto de ser motivo de paralización de la acción legislativa.

Recordar que el Parlamento debería representar la voz del pueblo, esclarecer en base al debate y decidir en función de la democracia como sistema, resulta obvio. Pero a pesar de ello, lo obvio, en este caso, comienza a ser una omisión que desnaturaliza a la caja de resonancia del acontecer político presente y futuro, que termina siendo el Poder Legislativo.

29/07/2016

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