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Nada se pierde todo se transforma, decía Lavoisier y aunque el químico francés hablaba de la materia y la energía, y en el siglo XVIII del MPN ni noticias, la sentencia se le aplica perfectamente.
El partido provincial anda sin rumbo y sin patrón, y sus dirigentes, los que lograron sobrevivir al terremoto de 2023, han optado por ponerse enteramente en manos de Figueroa. Tanto así, que hasta han renunciado a la vida interna del partido y a elegir sus propios representantes, optando por encomendarle todo a su antiguo compañero y, en los hechos, nuevo líder indiscutido. Del presidente de la Convención emepenista, Jorge Sapag, y del presidente del partido, Omar Gutiérrez, ni noticias.
Días atrás los titulares de las seccionales del MPN, en un pronunciamiento tan complaciente como empalagoso, se alinearon con el actual gobernador de cara a las elecciones legislativas de este año, en las que el gobierno de Figueroa se juega a conseguir representación cien por ciento propia en las dos cámaras del Congreso.
Si los dirigentes del MPN dijeron presente, otro tanto habían hecho sin ahorrarse elogios la gran mayoría de los intendentes, que participaron de un encuentro para dar su apoyo a Figueroa a fin de que sea él quien defina los candidatos a diputados y senadores.
No hay duda: el gobernador se quedó con el tablero y todas las fichas, y además ya está en campaña. Elegirá entre sus colaboradores más cercanos a los incondicionales que representarán al Frente Neuquinidad, aunque muy probablemente será él quien la haga la campaña. Y si enfrente está La Libertad Avanza, como todo lo hace presumir, será una campaña por la positiva, con la gestión y no basada en una riesgosa crítica al presidente.
Para decirlo con todas las letras, Figueroa pondrá a Julieta Corroza primera en la lista de senadores y a “Pepé” Ousset, en la de diputados. Ambos de su propio riñón y por lo tanto indiscutibles como él mismo, no vaya a ser cosa de que en esta sopa de letras que es el frente gobernante se le alborote el gallinero.
Alguna encuesta que anda dando vueltas ya le da la delantera a La Libertad Avanza y seguramente Figueroa ha tomado nota de ello, por eso el apuro en cerrar filas con todos los aliados. De hecho según comenta el entorno oficial “‘Rolo’ quiere ganar”, y no es seguro que en las actuales condiciones no pueda hacerlo. Aunque históricamente las elecciones legislativas fueron esquivas para un partido provincial como es el MPN, no han faltado momentos de bonanza en los que llegó a colocar hasta dos diputados. ¿Por qué no lo haría también un Figueroa hasta ahora exitoso?
Como fuerza organizada, el mileísmo es raquítico en la provincia (como en casi todos lados) pero, claro está, por ahora cuenta con viento a favor. Lo votaron buena parte de la clase media gorila y de los empleados del Estado; muchos docentes, los petroleros (a pesar de que Rucci los llevó a hacer número al acto de Massa) y hasta los pobladores rurales.
En suma muchas de sus actuales víctimas, que ahora, encandilados por el macaneo de los medios y acaso para no dar su brazo a torcer se han convencido a sí mismos de que les va mejor. No importa que la inflación siga siendo alta, que se destruya la industria, se pierdan centenares de miles de puestos de trabajo, la Patagonia se convierta en cenizas o el inefable “Javier” los insulte todos los días, todavía le dan crédito.
Mientras tanto, el peronismo en la provincia está planchado. Los que se fueron con Figueroa, van a hacer campaña para los candidatos que el gobernador designe (acaso con la secreta esperanza de ir de relleno en alguna lista). Y los que se quedaron con la estructura partidaria han perdido poder de convocatoria y seguramente este año les espera, con suerte, un cómodo tercer puesto.
Lo cierto es que el Neuquén de Figueroa nada en cierta abundancia de la mano de Vaca Muerta. El gobierno no sólo se apropió del tablero sino que tiene también la billetera, y ¡qué billetera! Además, la usa. Los estatales tienen el mejor acuerdo salarial del país y basta pasar por un supermercado para darse cuenta el alto nivel de consumo por contraposición a la paz de los cementerios que reina en el comercio del resto del país.
Figueroa tiene su propio decálogo para mantener a la provincia fuera del cúmulo de contradicciones que afloran por todas partes a nivel nacional. “No podemos embalarnos cuando se pelean unos con otros. Acá no es una lucha. Acá se acuerda”, recitó al inaugurar una escuela en Lago Hermoso.
Seguramente lo cree. Cree que Neuquén puede permanecer al margen de las brutales contradicciones que exhibe la Argentina de hoy, aunque la historia guarda múltiples testimonios de que, al final de cuentas, la provincia es parte del país. Dicen quienes lo tratan (él no habla casi con nadie, sólo comunica cuando lo estima conveniente) que su norma es impulsar “todo lo que convenga a la (su) gestión y a Neuquén”.
Mientras la Patagonia arde y el gobierno nacional permanece de brazos cruzados (después de haber desfinanciado a los equipos de manejo del fuego y haberla puesto a la inútil de Patricia a cargo de Medio Ambiente para que no haga nada), en Neuquén se acaricia una ilusión.
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